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El decorador de interiores es una figura clave para la adecuación funcional y estética de los espacios. Este profesional trabaja con el objetivo de proporcionar una bonita y acogedora estancia a sus clientes. Pero, ¿realmente cuáles son las funciones de un decorador de interiores?
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La labor de un interiorista va más allá de elegir la decoración
Frente a la creencia popular de que un interiorista solo elige muebles, este profesional desarrolla otra serie de funciones. Eso sí, deben adaptarse y responder a los distintos proyectos a los que se enfrenta. Abordar cada trabajo con creatividad y versatilidad es fundamental para obtener el mejor resultado tanto en un restaurante como en un hogar.
Crear un nuevo espacio empieza por conocer los gustos y lo que busca el cliente. Comprender sus necesidades y adaptarse a su idea es el primer paso en todo proyecto de decoración.
Un buen decorador de interiores tiene que ser capaz de comunicarse, escuchando los objetivos y transmitiendo la idea. Una larga conversación con muchas preguntas es la base para realizar un trabajo satisfactorio. Eso sí, es importante que sepas interpretar y transformar esas ideas en objetivos claros y plausibles.
¡Fórmate en Funciones de un decorador de interiores!
Descarga gratis la guía formativaComprendidas las líneas maestras marcadas por el cliente es el momento de definir y plasmar los objetivos. En este punto toca traspasar al papel las ideas y comenzar a planificar su desarrollo.
Este proceso requiere un tiempo de planificación y correcciones para aunar los gustos e ideas que persigue el cliente con los objetivos realistas fijados por el profesional de la decoración, es decir, tú.
Con los objetivos bien marcados y la visión final de lo que persigue el cliente es el momento de girarse hacia el espacio. Otra de las funciones principales de un decorador consiste en sacarle el máximo partido a la estancia.
Esto no significa solo aprovechar su espacio, sino que se debe vigilar la luz natural, la circulación y aprovechar los elementos estructurales. Esta labor es clave para construir un lugar que junte la funcionalidad con el buen gusto.
Más allá de las funciones creativas, un buen decorador debe contar con la capacidad de planificar el proyecto. Esta función implica asignar y coordinar tareas entre los diferentes equipos, así como, crear un cronograma de trabajo que garantice su entrega en tiempo y forma.
Esta función es esencial para evitar retrasos y evitar problemas de solapamiento entre los diferentes actores que intervienen en el proyecto. Una correcta planificación deja tiempo para los pequeños imprevistos a los que está sujeta cualquier obra.
Esta tarea es la que primero se viene a la mente cuando uno piensa en las funciones de un interiorista. Como profesional formado en este campo te encargarás de la selección del mobiliario y otros objetos destinados a la decoración del espacio. Sofás, lámparas, cuadros, relojes, cortinas o cualquier otro elemento decorativo que se contemple es tu responsabilidad.
Por supuesto, los materiales que se emplean son otro foco en el que depositar la atención. Es importante que tengan coherencia y casen con el resto de los objetos. El objetivo final es crear un espacio de armonía en beneficio del cliente.
El cálculo del presupuesto y el control del gasto es otra de las tareas que tienes que desarrollar como decorador de interiores. Es importante que establezca un límite monetario con el cliente que resulte realista y acorde a los objetivos del cliente.
Partiendo de esa base su responsabilidad es crear un presupuesto inicial y asegurarse de que las partidas asignadas a cada trabajo se cumplen respetando el proyecto y sin perder ni un ápice de calidad. Para muchos profesionales es una de las tareas menos atractivas, pero también una de las más importantes.
Esta función se sitúa en el cierre de cualquier proyecto. Como diseñador tienes que preocuparte de evaluar el resultado final. Primero en solitario, comprobando que se cumplen las directrices e indicaciones fijadas en el proyecto.
En segundo lugar, de la mano del cliente, es necesario que descubra y este conforme con el acabado del espacio. Recuerda que un trabajo bien hecho abre las puertas del siguiente.
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