Agricultura ecológica, ¿qué es? Te damos las claves para conocer todo lo que aporta esta actividad a la salud de las personas, del medioambiente y al auge de la economía en el campo. ¡Toma nota!
La fiebre por lo natural ha desbordado previsiones: la agricultura ecológica se ha convertido en los últimos años en una alternativa real y viable para el presente y el futuro del campo.
Pero también ha llegado a las ciudades, y en ellas quien más y quien menos ha alquilado una pequeña parcela de huerto (junto al colegio de sus hijos o a las afueras de la gran urbe) para cultivar su propia coliflor, sus pepinos y cebollas «ecológicas»… O pertenece a un grupo de consumo en su barrio, y compra sus verduras y frutas a través de productores de proximidad que los cosechan de forma sostenible y ecológica…
Pero, más allá de la etiqueta eco, ¿sabemos en realidad qué es la agricultura ecológica?
Hay muchas definiciones pero yo me quedo con la de organización Greenpeace, porque engloba ampliamente todo lo que supone este concepto:
“La agricultura ecológica garantiza una agricultura sana y alimentos saludables para hoy y para mañana, ya que protege el suelo, el agua y el clima, promoviendo la biodiversidad. No contamina el medio ambiente con agroquímicos ni con cultivos transgénicos. Nace del respeto a las dinámicas naturales de los ecosistemas y de la preservación del equilibrio biológico”.
Tal como se extrae de este discurso y contestando a la pregunta: la agricultura ecológica, qué es, se puede resumir que no se trata solo un método alternativo de producción, sino de toda una filosofía de vida.
Es un estilo que se está instalando poco a poco en nuestra cultura para cubrir una necesidad creciente por alimentarse de forma “consciente”, más sana y saludable, y también mucho más racional y sostenible para el planeta. Estos son los puntos básicos en los que se fundamenta su práctica.
¿Qué es la agricultura ecológica?: es una garantía de preservar la biodiversidad vegetal. Y la utilización óptima de los recursos naturales, la mejor fórmula para ello. Esto se logra dando al suelo su verdadera importancia como ente vivo y dinámico. Y tratarlo como tal. Valga este dato anecdótico para constatarlo.
Algunos estudios señalan que puede albergar 600 millones de seres vivos ¡por centímetro cúbico! Sin ir más lejos, las lombrices, verdaderos arados, que producen excrementos que enriquecen muchísimo los suelos…
Extraer de la tierra lo que la tierra es capaz de dar, sin sobreexplotarla, potencia también toda la biodiversidad natural, como las plantas silvestres, los insectos beneficiosos…
El laboreo excesivo intensifica la oxidación de la materia orgánica, del humus, que es fuente de vida, y favorece la erosión. La ecoagricultura no busca solo la productividad, sino la sostenibilidad de la producción combinando diferentes cultivos (asociación de cultivos) frente al monocultivo que se realiza a gran escala industrial.
Los sistemas de producción diversificados siguen, además, un programa de rotación anual para que los recursos se utilicen de manera eficiente. Impulsan la fertilidad y las sinergias entre cultivos y ofrecen muchas ventajas.
A saber: contribuyen al mantenimiento y recuperación de la materia orgánica frente al empobrecimiento del suelo, reducen la erosión hídrica y la incidencia de plagas y enfermedades y aumentan la resistencia de las plantas al cambio climático.
En la agricultura ecológica, qué es el control de plagas y cómo se plantea resulta fundamental: no está permitido el uso de productos químicos peligrosos, ni pesticidas o fertilizantes químicos o sintéticos.
La protección de las plantas contra los parásitos y las enfermedades pasa por sistemas naturales que abarcan muchos aspectos. Algunos, como los de este reciente estudio del CSIC, no pueden ser más soprendentes.
Incluyen innovadores métodos para ayudar a reducir el estrés en cultivos de agricultura ecológica. Ese estrés se traduce en un aumento de temperatura, que al ser detectado, permite descubrir sequías o plagas.
Para medirla, se usan drones con cámaras térmicas e hiperespectrales (que recogen el espectro electromagnético) y testan la diferencia de temperaturas con el fin de llegar a una detección temprana de las enfermedades de los cultivos.
Todo sin emplear ningún tipo de sustancia química. Un tema realmente apasionante. Si quieres ampliar información sobre el mismo, lee el artículo completo en el periódico El País.
Pero sin llegar a esos sofisticados sistemas, la lucha contra las plagas se hacerse aplicando diversas formas naturales, básicas en la agricultura ecológica. Los puntos fundamentales son:
Este último punto es especialmente importante, ya que alimentar correctamente el suelo es pieza angular para que plantas y cultivos desarrollen un metabolismo saludable. Un suelo fértil se consigue con un abonado natural, a través del uso de diferentes fuentes de materia orgánica (compost, abonos verdes, por ejemplo con el cultivo de leguminosas, etc.) e incorporando a la tierra estiércol animal procedente de explotaciones ganaderas ecológicas.
Un suelo rico en materia orgánica retiene mejor el agua y protege contra la erosión. Además, los abonos naturales suponen asimismo un beneficio desde el punto de vista económico para los agricultores, que ahorran en fertilizantes químicos o sintéticos.
Como se desprende de todo lo expuesto, la ecoagricultura está definida por unas prácticas muy ortodoxas y solo aquellos productos que se cultiven siguiendo esos principios se pueden considerar eco. Este tipo de alimentos cada vez ocupa una mayor superficie en los mercados y supermercados de todo el mundo.
España investiga para consolidarse como el principal productor del continente en este tipo de alimentación, que en 2021 estrenará nueva legislación europea.
Sin embargo, bajo el paraguas eco se “cuelan” productos que en realidad no lo son. Para diferenciarlos, deben cumplir unos requisitos que les hacen merecedores de un distintivo. Solo esa certificación garantiza al consumidor su verdadera procedencia.
Todas las unidades envasadas irán acompañadas también del logo y etiquetado comunitario de la Agricultura Ecológica (AE), según recoge el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alientación (MAPAMA).
En este vídeo tienes una explicación muy gráfica y completa de lo que es la agricultura ecológica:
Por todas estas razones, la oportunidad del emprendimiento y el autoempleo está cada vez más extendida en el ámbito de la agricultura ecológica. Cada vez hay más urbanitas que miran al campo como un plan B. Por eso a la pregunta de la agricultura ecológica, ¿qué es? Una de las respuestas podría ser: la de una magnífica oportunidad profesional con buen presente y mejores perspectivas.
¿Te gusta la horticultura? ¿Te preocupa la alimentación sana? ¿Quieres contribuir a un sistema de producción más sostenible? Este puede ser tu camino laboral. Si quieres conocer en profundidad todo lo relacionado con la agricultura ecológica y qué es, prepárate para ello.
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Podrás planificar y ejecutar las tareas necesarias para el establecimiento de explotaciones agrícolas ecológicas, aprovechando los recursos naturales, así como para llevar un correcto manejo del suelo ecológico. Además de controlar el estado sanitario del agro-ecosistema, mediante el uso de técnicas y métodos que mantengan el equilibrio y no contaminen el entorno.
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