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En el reino animal existen muchos animales que son capaces de moverse a gran velocidad pero es un ave la que se lleva la palma en cuanto a especie veloz, la número uno del planeta. Hablamos del halcón peregrino y en este artículo te contamos cómo es.
A la hora de pensar en animales veloces y rápidos del mundo animal seguro que se te vienen a la cabeza algunos como el guepardo o la gacela pero existe un ave que se lleva la palma en cuanto a velocidad dentro de todas las especies.
Estamos hablando del halcón peregrino que es capaz de alcanzar la velocidad máxima de 360 km por hora. Se considera el ave más rápida del mundo y el animal más veloz del planeta. Esta velocidad de crucero la alcanza el halcón peregrino cuando vuela en picado, durante la caza. El resto del tiempo suele rondar los 100 kilómetros por hora.
Se tienen registros de ejemplares de halcón peregrino que han llegado a los 389 kilómetros por hora, un número incluso mayor al récord de velocidad de la Fórmula 1.
Durante ese recorrido a gran velocidad la presión del aire es tan grande que podría hacer que estallasen los pulmones del halcón peregrino. Es un ejemplo perfecto de ingeniería aviar y por ello algunas de sus características de su cuerpo han sido estudiadas por los humanos para aplicarlas a la aviación.
Si nos adentramos un poco más en las características e historia del halcón peregrino podemos decir que es una de las aves rapaces más conocidas desde la antigüedad y se ha usado para la cetrería desde hace 3000 años comenzado este uso los nómadas en Asia Central. Era muy solicitado y usado a menudo por halconeros con experiencia por su capacidad de lanzarse en picado a gran velocidad.
Durante la Segunda Guerra Mundial fueron utilizados para interceptar a palomas mensajeras. En la actualidad se emplean a veces para espantar aves en aeropuertos y así reducir el riesgo de impactos de estas contra los aviones y como un sistema alternativo de control biológico en la agricultura para erradicar el número de otras aves que dañan los cultivos.
El halcón peregrino presenta un aspecto compacto y musculoso y se alimenta de aves pequeñas y medianas. Las hembras de esta especie son más grandes y pesadas que los machos.
Un halcón peregrino adulto posee las partes superiores de su cuerpo de tono gris oscuro y las inferiores de tono ocre que se extiende también por las alas. Cuentan con un pico corto, potente y serrado cerca de la punta lo que les permite matar a sus presas cortándoles la columna vertebral. Posee ojos muy oscuros rodeados de un anillo ocular amarillo. Su longitud corporal varía entre 34 y 58 cm, y su envergadura es de entre 80 y 120 cm.
El vuelo del halcón peregrino es veloz y poderoso, y en él se alternan los planeos con nerviosos aleteos que el ave ejecuta gracias a la posesión de potentísimos músculos pectorales.
Las alas del halcón peregrino son más bien cortas, al igual que la cola, y resultan mucho más anchas en la zona de inserción con el pecho que en su extremo, donde se estrechan considerablemente.
Vive principalmente a lo largo de cadenas montañosas, valles fluviales, líneas costeras y, cada vez más, en ciudades. A mediados del siglo XX, el halcón peregrino casi se extinguió por completo en el Este de Norteamérica debido a su envenenamiento masivo con pesticidas.
Después de grandes esfuerzos para su conservación, el Halcón Peregrino se ha recuperado y actualmente se le puede ver en muchas ciudades grandes y áreas costeras.
Su esperanza de vida es de hasta 15 años y se alimenta principalmente de aves de tamaño medio, como patos, gaviotas, pájaros cantores y palomas o murciélagos. A veces puede cazar pequeños mamíferos como ratas, liebres, ratones y ardillas. Sus depredadores son grandes águilas o grandes búhos. Estas aves se emparejan de por vida y vuelven al mismo nido cada año. Suelen poner entre tres y cuatro huevos. Durante los primeros 8 a 12 días la hembra cubre los pollos permanentemente y el macho se encarga de traerles la comida a la hembra y las crías.
Además del halcón peregrino tenemos otros dos animales en el top 3 de los más veloces del mundo.
El segundo puesto es para el vencejo, un ave pequeña pero que puede volar entre 170 km/h y 200 km/h, aunque aquí establece su límite. Estas aves pasan la mayor parte de su vida volando, solo se posan para poner huevos, incubarlos y criar a sus pollos. Es decir que se alimentan, se reproducen y duermen en el aire.
Otra ave popularmente conocida por su velocidad al batir sus alas y que también es una de las más rápidas del mundo es el colibrí, que puede alcanzar los 100 km/h al volar.
En el pódium está de tercero un animal marino, se trata del tiburón Mako o tiburón de ala corta que puede alcanzar los 124 km/h nadando, de ahí también viene su peligrosidad. Puede llegar a saltar dentro de los botes de pesca y es capaz de dar saltos grandes fuera del agua. Es una especie considerada vulnerable debido a su comercio descontrolado.
En el mundo marino otras especies también se caracterizan por su rapidez como el pez vela, que puede alcanzar los 110 km/h; o el pez espada, capaz de nadar a 100 km/h a pesar de llegar a pesar 500 kilos.
El guepardo Chita es la especie terrestre más rápida del planeta, capaz de alcanzar los 130 km/h en muy pocos metros, lo que le convierte en un infalible depredador. Además, este felino tiene un buen sentido de la vista y el olfato que, junto a su velocidad, lo hace infalible a la hora de acechar y cazar a sus presas. Habita en las regiones de África y de Oriente Medio.
Los antílopes americanos son los mamíferos más veloces de América del Norte. Alcanzan los 98 kilómetros por hora, solo superado por los guepardos si hablamos de mamíferos terrestres.
Otro mamífero, el tigre siberiano supera los 160 kilogramos, y que alcanza una velocidad de 90 kilómetros por hora al correr y de 60 kilómetros por hora a nado. Se denomina también tigre persa, tigre del Caspio o tigre de Amur.
Entre los insectos también hay especies muy rápidas, como es el caso de la libélula, cuyo vuelo promedio es de 25 km/h, pudiendo llegar a alcanzar los 100 km/h.
El escarabajo tigre australiano está considerado el insecto más rápido del mundo ya que puede desplazarse a nueve kilómetros por hora.
Las ardillas de las Carolinas o el canguro gris oriental son algunas otras especies que destacan por ser capaces de alcanzar velocidades sorprendentes, al igual que la Gacela de Thomson, los avestruces, el caballo, los coyotes o las liebres.
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