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Maite Culebras nos recibe en su clínica con el tiempo justo porque, desde que contrató a Alma Sehovic, la nueva auxiliar y alumna de Campus Training, asegura no tener “ni un hueco en blanco en la agenda; Alma comprueba las citas el día anterior y cualquier posible fallo lo cubre. Me ayuda muchísimo a cuadrar los números”. Maite nos cuenta que comenzó su aventura profesional hace diez años, en compañía de su marido, cuando formaron juntos la clínica de podología Fouz & Culebras.
Constancia y afán de perfeccionismo fueron las claves que les permitieron expandir su negocio poco a poco, hasta alcanzar las cinco sucursales en toda Galicia que regentan en la actualidad. Desde entonces Maite lo tiene claro en lo que a su negocio se refiere: sólo busca empleados con la misma proactividad y ganas de aprender. Algo que encontró en todas las alumnas de Campus Training que hicieron prácticas profesionales en su clínica.
Maite comenzó a colaborar con Campus Training para acoger en formación a sus alumnas hace tres años, cuando necesitaba encontrar una auxiliar de clínica que supiese prestar la mejor atención al público y que quisiera especializarse en podología.
“Contrataría a todas las alumnas por su buena formación y ganas de aprender”
Su experiencia con las estudiantes que realizaron sus prácticas en Fouz & Culebras no pudo ser mejor: “de haber tenido más vacantes, habría contratado a todas las alumnas porque todas llegan con muy buena formación y con muchas ganas de aprender el oficio: las dos características que más valoro en un empleado”, asegura.
Tanto es así, que en cuanto Alma terminó sus prácticas, la contrataron. “Le dijimos que la queríamos trabajando con nosotros porque reunía, completamente, todo lo que buscábamos en una auxiliar. En primer lugar, una muy buena formación que había adquirido en Campus Training y, en segundo lugar, las ganas de superarse a sí misma, ya que es una persona que cada vez se pone el listón un poquito más alto y hasta que llega, no para. Cuando la vi trabajar, me fascinó comprobar cómo Alma convertía en un reto lo que no sabía hacer y cómo, a las veinticuatro horas, ya lo tenía dominado, incluso aunque tuviese que prescindir de horas de sueño. Lo cierto es que con lo efectiva que es, desde que la contratamos, ha ayudado mucho a que la empresa crezca”, afirma Maite.
El caso de Alma no es el único. Maite no para de sorprenderse por el afán de superación y la capacidad resolutiva de las alumnas de Campus Training. “Termino muy, muy contenta con todas. Tanto que, aunque ya hemos contratado a Alma, seguimos cogiendo a gente de Campus Training y yo les ofrezco todas las oportunidades que puedo. Mañana mismo viene Cynthia, una de las chicas que hizo prácticas con nosotros, para cubrir las vacaciones de Alma. Para cualquier tipo de sustitución, siempre acudo a gente con la que he trabajado, gente en la que sé que puedo confiar”, asevera Maite.
Como empresaria considera que formar al alumnado de Campus Training es enriquecedor y produce un beneficio mutuo.
“Es una simbiosis: yo me beneficio de la posibilidad de contar con alumnas muy bien preparadas y de formarlas según las necesidades de nuestra clínica y ellas, a su vez, se benefician de la posibilidad de especializarse en un área como la podología y conocer de primera mano los protocolos de actuación, lo cual les da una ventaja enorme en el mercado laboral”, asegura Maite.
“Yo misma, como podóloga –continúa- si quiero contratar a alguien buscaré a quien haya estado antes haciendo prácticas y ya sepa instrumentar, esterilizar el material, colocar un autoclave, dar las citas porque conoce el tiempo de consulta que necesita cada patología… Que conozca, en definitiva, el día a día de la profesión”, concluye.
Maite está convencida de que haber encontrado el perfil profesional que buscaba en todas las alumnas de Campus Training no es casualidad, sino consecuencia del buen trabajo que desempeña el Departamento de Empleo de Campus Training. “Antes de iniciar las prácticas, me reúno con Vanessa Ferro, una de las tutoras encargadas de las alumnas en formación. Ella ha llegado a conocerme tan bien que siempre me envía justo al tipo de profesional que estoy buscando”, asegura.
Por este motivo, crear sinergias entre las empresas y los trabajadores en formación es una experiencia que Maite recomienda sin ninguna duda: “el tiempo que inviertes en formar a los alumnos y el que los alumnos invierten en sus prácticas se ven recompensados con creces”. Y terminamos la entrevista justo a tiempo para que Maite pueda volver a su trabajo; cada vez más ocupada pero también más feliz, como ella misma nos confiesa.