Si quieres saber cómo dar una clase de aquagym para hacer que tus sesiones de entrenamiento sean más divertidas y dinámicas, has llegado al lugar indicado.
¡Vamos allá!
Con carácter general, cuando decimos aquagym, nos estamos refiriendo a la gimnasia acuática en sentido amplio.
Específicamente, son ejercicios aeróbicos que combinan la natación con otro tipo de movimientos de los músculos.
A estos ejercicios también se los conoce en los círculos profesionales con otros términos como hidrogimnasia, acuaeróbic o fitness acuático.
De hecho, se considera que el aquagym es una versión del aeróbic tradicional, que normalmente se practica en tierra.
Esta variante tiene la ventaja de no cargar las caderas, las rodillas o los tobillos, algo que puede reducir el cansancio y que lo convierte en un ejercicio perfecto para personas con movilidad reducida.
Además de ser ideal para personas con movilidad reducida (usualmente, personas con lesiones, impedimentos o de la tercera edad), al entrenar en cualquier modalidad de aquagym también trabajarás en mejorar diferentes funciones de tu cuerpo:
De este modo, el agua que te rodea durante los ejercicios permite aumentar la resistencia al movimiento, pero también crea un entorno donde hay menor gravidez y tus movimientos son más suaves.
Poder flotar en el agua permite, además, gozar de más libertad de movimientos, cansarse menos y prevenir lesiones, y esto es algo que las personas con movilidad reducida agradecen mucho.
Por tanto, el aquagym es recomendable para cualquier edad y nivel de habilidad.
El aquagym engloba todo tipo de ejercicios aeróbicos hechos en el agua, así que es divertido y variado. De este modo, un buen entrenador sabe escoger el adecuado para sus alumnos.
Aquí tienes algunos ejemplos:
Como ves, hay muchísimos ejercicios posibles que se pueden hacer en una clase de aquagym.
Para realizarlos de forma adecuada y segura, es necesario contar con un especialista que cuente con la formación necesaria.
Así, ya se trate de un curso de personal training o de cursos de especialización en aquagym, la formación es garantía de eficacia y seguridad en el gimnasio.
Aunque dependerá mucho del entrenador, a grandes rasgos, las sesiones de aquagym suelen organizarse con una estructura como la siguiente:
Dado el bajo impacto que caracteriza a estas clases, la sesión de aquagym suele ser de unos 45 minutos, aunque, de nuevo, dependerá mucho de la situación.
Será función del personal trainer o del monitor determinar cuál es la duración idónea en cada caso.
Lo más normal es que en un ejercicio aparentemente tan suave como el aquagym, los alumnos puedan pensar que este ejercicio apenas trabaja los músculos, o que lo hace muy lentamente.
Sin embargo, alrededor de las 4 semanas ya serán perceptibles ciertos efectos beneficiosos, aunque su intensidad dependerá de factores como los siguientes:
Ahora que ya sabes cómo dar una clase de aquagym, ¿te animas a incorporarla a tus entrenamientos?
Sin duda, puede ser una magnífica actividad para todo tipo de personas, con independencia de su edad y estado de forma física inicial.
¡Feliz entrenamiento!