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Si quieres saber cómo trabajar la psicomotricidad en educación infantil, has llegado al lugar apropiado.
Y es que, en este artículo, descubrirás algunas de las actividades más efectivas para ayudar a los más pequeños a dominar sus movimientos corporales.
¡Vamos allá!
La psicomotricidad infantil es la técnica con la que bebés y niños/as de hasta 7 años aprenden a dominar sus movimientos corporales de una forma saludable. Gracias a ella, son capaces de mejorar la relación con ellos mismos y con los demás, al tiempo que fortalecen su salud física y mental.
De este modo, con la progresión de la psicomotricidad, el niño puede controlar sus movimientos y también sus impulsos emocionales, para así relacionarse mejor con su entorno y también consigo mismo.
Hoy día, sabemos de la estrecha relación que guardan cuerpo y mente para el desarrollo de una buena salud, tanto en niños como adultos. Quizás por eso la psicomotricidad es una de las áreas más populares dentro de la educación infantil, a pesar de que, para muchos, sigue siendo una gran desconocida.
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Descarga gratis la guía formativaLos niños se desarrollan y aprenden a través de la relación con los demás y con ellos mismos por medio de los movimientos.
Potenciar y desarrollar la psicomotricidad es especialmente importante entre los 0 y los 3 años, ya que es un momento clave en su desarrollo cognitivo, comunicativo, afectivo y motriz.
No todos los niños evolucionan de la misma manera. Por ello, hay que tener en cuenta las necesidades especiales de cada uno.
A la hora de trabajar la psicomotricidad en la educación infantil, los expertos hacen especial hincapié en poner atención sobre componentes como los siguientes:
De hecho, los conocimientos sobre psicomotricidad infantil son imprescindibles para quienes trabajan con niños o quienes piensan hacerlo en el futuro.
En este sentido, los profesores y tutores desempeñan un papel fundamental y han de tener la habilidad de detectar los puntos fuertes y débiles de cada uno de sus alumnos.
Ellos son los encargados de guiarlos y acompañarlos con las herramientas más apropiadas para el desarrollo de sus capacidades.
Por tanto, nunca deben subestimar sus capacidades, sino motivarlos y estimularlos para que logren, cada día, una mayor confianza en sí mismos.
Como ya hemos comentado, la relación entre mente y cuerpo es vital para la buena salud de pequeños y adultos.
De este modo, los modelos de desarrollo de la psicomotricidad ponen el foco en la relación directa entre la actividad psíquica de la mente humana y la capacidad de movimiento de las personas.
Más en concreto, cuando nos preguntamos cómo trabajar la psicomotricidad en educación infantil, el objetivo es ayudar al niño en el desarrollo de su movimiento corporal, a través de distintos modelos:
Fundamentalmente, existen dos tipos diferentes de psicomotricidad a trabajar durante la etapa infantil. Cada una de ellas se desarrolla de manera distinta, por lo que hay que poner especial atención a las necesidades que presenta cada niño.
Se trata de aquellas actividades que requieren delicadeza y se pueden hacer con los dedos o los músculos faciales.
Algunos ejemplos de trabajo de psicomotricidad fina serían: coger cosas, pintar, hablar, hacer la pinza con los dedos de las manos, etc.
Por tanto, para estimular la psicomotricidad fina en educación infantil, pueden desarrollarse las siguientes actividades:
En este caso, hablamos de movimientos grandes del cuerpo.
Entre las actividades que requieren del desarrollo de la psicomotricidad gruesa encontramos: correr, saltar, jugar a la pelota, etc.
De este modo, para estimular la motricidad gruesa en educación infantil, podemos incorporar actividades como las siguientes:
Para desarrollar la psicomotricidad de manera efectiva, los profesionales de educación infantil han de estar muy atentos y contar con los recursos que les permitan estimularla de forma divertida y adaptada a las capacidades de los más pequeños.
De este modo, para conocer el tipo de psicomotricidad que se necesita trabajar con cada uno de los alumnos, el docente debe conocer en profundidad sus necesidades específicas y trabajarlas conjuntamente con otros profesionales, en caso de ser necesario.
Dado que el trabajo de la psicomotricidad es vital en la etapa de educación infantil, es imprescindible que los profesionales de la docencia cuenten con una formación adecuada en esta materia.
Por tanto, ya desde el ámbito universitario, pero también en las propias oposiciones de educación, se hace necesario trabajar esta materia para dotar a los profesionales de los recursos requeridos para desarrollar este tipo de conocimientos.
Finalmente, la formación continua y de especialización, ayuda a completar conocimientos y a mantenerse al día de cualquier nueva técnica o estrategia docente en este ámbito.
En definitiva, ahora que ya sabes cómo trabajar la psicomotricidad en educación infantil y por qué es un área tan relevante, ¿te ves preparado/a para incorporarla en tu vida profesional?