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Si quieres saber cuáles son las técnicas generales de laboratorio, en qué consisten exactamente y cómo puedes aprenderlas, en este artículo encontrarás respuesta a todas tus dudas.
¡Sigue leyendo para conocer todos los detalles!
Cuando hablamos de técnicas de laboratorio, nos referimos a aquellos procedimientos estándar que se utilizan habitualmente para la manipulación, preparación y análisis de muestras dentro de un laboratorio químico.
A continuación, repasaremos algunas de las técnicas más conocidas en este ámbito.
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Descarga gratis la guía formativaEfectivamente, aunque existe una gran variedad de técnicas generales de laboratorio, quizás las más utilizadas en el día a día de la práctica profesional son las siguientes:
Se trata del proceso de formación de un sólido cristalino, ya sea a partir de un producto fundido o bien a partir de una disolución.
En caso de que no se pueda lograr el resultado deseado en un primer proceso, es posible repetirlo. Se trataría, entonces, de un supuesto de recristalización.
Consiste en colocar la muestra en un recipiente que se hace girar a una elevada velocidad.
De este modo, gracias al efecto de la fuerza centrífuga, se logra separar, aislar o concentrar determinadas partículas suspendidas en un líquido.
Para algunos tipos de muestras, se trata de una técnica de laboratorio de separación de partículas mucho más rápida que la simple decantación o filtración (que explicaremos a continuación).
Como ya sabrás, la decantación es un proceso de separación de sólidos de líquidos que consiste en dejar que el sólido se deposite en el fondo del recipiente, manteniéndolo en reposo durante un determinado periodo de tiempo.
También puede utilizarse para separar dos líquidos que no se mezclen homogéneamente (no miscibles). Por ejemplo, agua y aceite.
En este caso, se trata del proceso de separación de partículas sólidas presentes en un líquido, que se realiza mediante el empleo de un material poroso denominado filtro (que habitualmente será de papel).
Es posible realizar la filtración simplemente por gravedad, o bien utilizar otros procedimientos para impulsar la muestra. Es el caso, por ejemplo, de la filtración al vacío, que es mucho más rápida que la que se vale solo de la fuerza de la gravedad.
La técnica de la disolución consiste en incorporar un sólido, un líquido o un gas dentro de otro líquido al que se unen. Por tanto, los componentes de la disolución son dos:
Sin duda, esta es una de las técnicas generales de laboratorio más básicas y sencillas de realizar.
Se utiliza con la finalidad de separar un componente determinado, dentro de una mezcla.
Así, básicamente, se trata del proceso de obtención de un sólido (el denominado «precipitado») a partir de una disolución.
Existen distintas técnicas para lograr este resultado:
En cualquier caso, suelen ser necesarios procesos adicionales para un mejor aislamiento o depuración del precipitado. Por ejemplo, utilizando la filtración o la decantación y, finalmente, la cristalización.
Es una técnica de separación de los componentes de una mezcla compleja, a través de la distribución de los mismos entre dos fases: una estacionaria y otra móvil.
Este procedimiento se basa en las diferencias existentes en el coeficiente de partición de los compuestos a separar.
Existen diferentes tipos de cromatografía, de entre las que destacan las siguientes:
Se trata de una de las técnicas de separación de líquidos más utilizadas en el laboratorio.
Esencialmente, consiste en evaporar los componentes más volátiles de un líquido, mediante la aplicación de calor. Posteriormente, se lleva a cabo un proceso de enfriamiento de ese vapor hasta recuperar aquellos componentes, ahora ya en forma líquida (a través de un proceso de condensación).
De nuevo, existen distintos tipos de destilación, de entre los que podemos destacar los siguientes
Además de las que hemos visto, podemos al menos mencionar brevemente otras técnicas que también suelen utilizarse en laboratorio:
Si quieres trabajar en un laboratorio, aplicando estas y otras técnicas, es fundamental que cuentes con una formación adecuada.
Idealmente, debería combinar teoría y práctica, de modo que puedas terminar los estudios con un conocimiento más directo de los procedimientos y tareas que conformarán tu trabajo diario.
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Además de la flexibilidad de ritmo y horarios que te ofrece este curso, tendrás también la posibilidad de realizar prácticas profesionales para adquirir una experiencia directa de las tareas habituales en cualquier laboratorio.
En definitiva, ahora que ya sabes cuáles son las técnicas generales de laboratorio y cuál es su importancia para la práctica profesional, ¿te animas a completar tu formación en este campo?
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