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Como tatuador, la primera pregunta que te harán al entrar a tu taller es: “¿Cuánto cuesta un tatuaje?”. Puede resultar abrumador calcular el precio correcto para que tengas ganancias pero que a la vez no sea abusivo y pierdas el cliente. Es pura estrategia empresarial. En este artículo vamos a intentar aclararte esta cuestión. ¡Vamos allá!
No existen respuestas correctas ni incorrectas, sino adecuadas. Partimos de la base de que cada tatuaje va a ser diferente del anterior por una serie de condicionantes, desde el diseño hasta el tamaño. Por esto mismo es tan difícil responder acertadamente.
Lo primero que debes hacer es ver qué precios rondan en el resto de talleres de tatuaje. De esta forma te asegurarás de encontrar el margen donde puedes situarte: ni demasiado barato, ni demasiado caro. La clave es que puedas vivir de tu trabajo, no lo olvides.
Así, en la estimación del valor de un tatuaje podemos partir de una serie de precios base.
Estos son los precios que se mueven en el mercado públicamente. No obstante, son meras indicaciones que te pueden ayudar a marcar una serie de bases. El tamaño es un factor importante a la hora de fijar un precio, pero hay muchos más en juego.
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Descarga gratis la guía formativaSi decidir cuánto cuesta un tatuaje fuera tan fácil como quedarse con los precios que señalamos previamente, no estarías leyendo este artículo. Así que vamos a profundizar un poquito más en los campos donde debes prestar atención para poner un precio a tu trabajo.
Como tatuador tendrás dos formas principales de trabajo: siguiendo un catálogo o realizando tus propias creaciones. Es aquí donde entra el juego del diseño del tatuaje.
Muchos clientes entrarán a tu taller buscando, quizás, un diseño tribal. Podrán elegir de tus catálogos aquel que más les guste y tú se lo reproducirás en su piel. Esta sería la dificultad más baja ya que tienes práctica con los diseños de catálogo y no es más que copiar.
La tarea se complica cuando te piden algo más abstracto que tienes que diseñar tu mismo o interpretar el diseño de un cliente. El precio del tatuaje será mayor si se encuadra en este grupo, ya que la dificultad aumenta.
En este apartado vamos a centrarnos en el precio de los materiales que utilices para hacer un tatuaje. Al fin y al cabo, son gastos fijos que tienes que pagar para poder trabajar. Así, nos encontramos con que la tinta negra siempre es más barata que la de color. De base esto es ya un motivo por el que debes cobrar más por tatuajes a color.
Pero además hemos de reparar en que los tatuajes a color requieren de mayor precisión y detalle por parte del tatuador. No se trata solo de una cuestión de que quede bien definido el tatuaje, sino de que has de trabajar técnicas como la combinación de color, los degradados o difuminados. Definitivamente sí, tienes que cobrar más si te encargan un tatuaje a color.
Este apartado deberás tenerlo en cuenta una vez te hayas ganado cierta fama con tu trabajo. Es un factor extrapolable a muchísimas profesiones. Cojamos la de dentista, por ejemplo. Si un odontólogo es famoso por trabajar con sus clientes sin causarles dolor y con resultados excelentes, su fama le dará la posibilidad de cobrar más. Lo mismo ocurre con el tatuador.
Los clientes saben de sobra que si eligen al tatuador de moda, éste le saldrá más caro. Tú, como profesional, tendrás que saber gestionar tu fama y saber cuándo puedes exigir más dinero por tu trabajo.
Si además eres capaz de marcar tu propio estilo y diferenciarte del resto de tatuadores, ten por seguro que tu trabajo se valorará mucho más. Los clientes dejarán de entrar preguntando cuánto cuesta un tatuaje, directamente asumirán que por ser tú quién lo haga, pagarán lo que les digas.
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Como empresario deberás tener en cuenta los gastos fijos que tengas en tu estudio. Entre ellos, el alquiler. Evidentemente no será lo mismo pagar un local en el centro de Madrid que en un barrio secundario de Oviedo.
No existe una fórmula matemática que te permita establecer un precio fijo a los tatuajes. Deberás tener en cuenta todos los factores mencionados previamente para hacer una estimación personalizada a cada uno de los encargos que recibas.
Ningún tatuaje va a ser igual que el anterior, por lo que te aconsejamos que tengas claro cuánto vale cada uno de los factores que te comentábamos, para que así puedas hacer una suma de los que entren en juego.
Pongamos un ejemplo: un cliente te pregunta cuánto cuesta un tatuaje pequeño, con tinta a color y de diseño propio. Pues a eso tendrás que sumarle un precio base del que partir, que te cubra en cuanto al alquiler del local y otros gastos fijos, como la luz y los materiales.
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