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La famosa dieta mediterránea se basa en un consumo equilibrado de alimentos propios de esta región, fundamentalmente verduras, frutas y cereales sin olvidar el aceite de oliva, entre otros. Se ha convertido en una cultura en sí misma que incluso es Patrimonio inmaterial de la Humanidad. Te contamos todo sobre ella.
¿Qué es la dieta mediterránea?
Se trata más ya de un estilo de vida que de una dieta en sí misma. Todo el mundo ha oído hablar de la dieta mediterránea y de sus múltiples beneficios. Esta forma de alimentación se basa en el consumo equilibrado de alimentos frescos y nutrientes esenciales propios de la forma de comer de las regiones mediterráneas.
Este estilo gastronómico se ha ido transmitiendo de generación en generación en lugares como Grecia, España, Italia o el sur de Francia.
La dieta mediterránea se basa originariamente en el consumo de alimentos que proceden de cultivos tradicionales de estos lugares tales como olivo, vid o trigo además de otros incorporados posteriormente como la patata o el pimiento.
En general este tipo de dieta se basa en reducir el consumo de carnes e hidratos de carbono en beneficio de más alimentos vegetales y grasas monoinsaturadas.
Ahora que ya sabemos qué es la dieta mediterránea es momento de averiguar cómo es y qué tipo de alimentos incluyen. Entre ellos están las verduras y legumbres, frutas, pescado azul, cereales, pasta, frutos secos, carnes blancas leche y sus derivados o huevos.
El elemento estrella de la dieta mediterránea es el aceite de oliva que cuenta con alto contenido en vitamina E, carotenos y grasas de origen vegetal que ayudan a evitar la obstrucción de las arterias. En esta dieta se recomiendan cantidades moderadas de proteínas magras (como pescado, marisco y aves de corral), así como huevos, productos lácteos o vino. Las carnes rojas y los dulces deben consumirse con menos frecuencia.
La eficacia de la dieta mediterránea está no tanto en el tipo de alimentos sino en la forma de consumirlos. Han de ser frescos y de temporada, sin procesar a poder ser. El aceite de oliva ha de ser la principal fuente de grasa y debe consumirse bastante fibra a través de las frutas, verduras o legumbres. Las proteínas han de venir sobre todo de carnes blancas y pescados. Se recomienda el consumo de lácteos diario ya que son fuentes de proteínas de alto valor biológico, minerales (calcio, fósforo, etc.) y vitaminas. También se debe consumir de forma diaria pan y alimentos procedentes de cereales.
Recuerda que la forma de cocinar es importante con técnicas sencillas que sirvan para potenciar el sabor y aroma de los alimentos. Por ejemplo, hervir los alimentos, hacerlos al vapor, consumirlos crudos en ensaladas o asados con aceite de oliva.
Este es el tipo de alimentación de la pirámide alimentaria que ofrece una pauta equilibrada y completa nutricionalmente.
Esta dieta no es solo una pauta alimenticia, sino que engloba todo un estilo de vida y factores socioculturales.
No te olvides que has de combinar esta dieta con ejercicio físico de forma regular y con una buena hidratación que debe ser de alrededor de un litro de agua y medio al día.
La dieta mediterránea, que en 2010 fue declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, destacó su importancia como expresión cultural de una parte del planeta.
Sus orígenes primarios están en las costumbres alimenticias tradicionales y propias de las regiones del mar Mediterráneo. Aquí florecieron civilizaciones como la griega, la romana, la fenicia etc.
Por ejemplo, en la Antigua Grecia la alimentación estaba basada en alimentos frescos como frutas, verduras, pescado, lácteos o aceite de oliva. La filosofía de la época defendía el equilibrio también con el aspecto alimenticio. En el caso de la Antigua Roma se consumían también alimentos frescos, legumbres, granos, frutas y verduras junto al aceite de oliva, el pescado y el vino.
A esto se une el clima mediterráneo de veranos cálidos y secos e inviernos suaves y húmedos que favorece el cultivo de muchas frutas, verduras, legumbres, aceite y vino. También durante siglos se ha practicado una agricultura sostenible con respeto por la tierra y sus cultivos.
La dieta mediterránea se popularizó en la época moderna gracias especialmente a un estudio que llevó a cabo el epidemiólogo Ancel Keys, titulado “Estudio de los Siete Países», que destacó la relación entre la dieta de los habitantes de la región mediterránea y su baja incidencia de enfermedades cardíacas, menor nivel de colesterol en sangre y en general tasas más bajas de enfermedades.
Si adoptas el patrón de dieta mediterránea debes saber que esta dieta tiene beneficios probados en la salud a través de investigaciones científicas y estudios epidemiológicos. Algunos de los beneficios de la dieta mediterránea son los siguientes:
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