Educación emocional: su importancia en los más pequeños

La educación emocional es un proceso pedagógico que permite a los más pequeños identificar sus emociones, gestionarlas y expresarlas de manera adecuada y, por tanto, alcanzar mejores resultados en el aula y en su vida personal. Te contamos la importancia de la educación emocional en los más pequeños.

¿Qué es la educación emocional?

Seguro que en los últimos tiempos has escuchado eso de educación emocional. Se trata de un término que cada vez está más presente en el ámbito educativo desde edades tempranas y en el mundo del profesorado.

La educación emocional es un proceso pedagógico encaminado a potenciar la esfera afectiva como complemento de las habilidades cognitivas para facilitar el desarrollo integral de la personalidad.  Este proceso de aprendizaje va encaminado a desarrollar habilidades emocionales y sociales, al autoconocimiento y a la gestión emocional para ser capaces de afrontar los retos de la vida cotidiana.

Comprender, gestionar y expresar de forma adecuada las emociones es el objetivo de la educación emocional. Unas habilidades que deben fomentarse desde la primera infancia para conseguir establecer relaciones saludables con los demás y con el entorno.

En nuestra vida diaria las emociones juegan un papel importante y tienen un impacto significativo en nuestro bienestar, nuestras decisiones, nuestra rendimiento académico o laboral y nuestras relaciones con los demás. Por ello es clave saber identificar esas emociones.

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Ventajas de la educación emocional en los más pequeños

La educación emocional es especialmente importante para los más pequeños porque les da herramientas para comprender, expresar y manejar bien sus emociones desde una edad temprana.

Entre las ventajas de una educación emocional en los más pequeños están algunas como:

• Desarrolla la inteligencia emocional. La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, comprender y regular las propias emociones, así como de comprender las emociones de los demás. Así los menores pueden gestionar situaciones de estrés, resolver conflictos y establecer relaciones saludables.
• Mejora el bienestar emocional. Al aprender a identificar y expresar sus emociones de manera adecuada, los más pequeños pueden desarrollar una mayor conciencia de sí mismos y de sus necesidades emocionales, lo que aumenta su bienestar y equilibrio.
• Desarrolla habilidades sociales. La educación emocional ayuda a entender a los pequeños emociones en relación a los demás, a empatizar, resolver conflictos de forma constructiva etc.  
• Mejora el rendimiento académico. Si los más pequeños manejan bien las emociones suelen tener un mejor rendimiento académico. Así se enfrentan de forma positiva hacia los desafíos escolares.
• Previene el bullying. La educación emocional fomenta la empatía y el respeto hacia los demás. Al comprender y manejar sus emociones de forma adecuada los menores suelen tener menos opciones de desarrollar comportamientos agresivos, como el bullying y resolverán conflictos de forma pacífica.

La educación emocional y las principales competencias

La educación emocional en el aula es igual de importante para los educadores como para el alumnado. El educador debe tener una clara conciencia de sí mismo y de sus emociones y ser capaz de gestionar con asertividad sus emociones y las de sus estudiantes. Para llevar a cabo esta tarea es necesario conocer las diferentes competencias emocionales.

• Conciencia emocional. Es la capacidad de reconocer y comprender nuestras propias emociones en diferentes situaciones. Con esta habilidad podemos identificar y poner nombre a nuestros sentimientos y emociones, entender su origen y la influencia que ejercen en nuestros pensamientos, actitudes y comportamientos. 
• Autorregulación emocional.  Se refiere a la capacidad para reflexionar sobre nuestros sentimientos y emociones, manejarlos de forma saludable y con dinámicas positivas que permitan tener bajo control nuestras emociones evitando reacciones fuera de control o impulsivas. 
• Automotivación. Es la capacidad de buscar motivos internos que nos ayuden a alcanzar nuestras metas. Implica mantener cierto grado de optimismo para hacer frente a los obstáculos y la capacidad para evitar gratificaciones inmediatas y así lograr resultados más ambiciosos a largo plazo. 
• Empatía. La empatía es una competencia clave en la educación emocional. Es fundamentalmente la capacidad para reconocer e interpretar las señales emocionales de otras personas. Así somos capaces de ponernos en su lugar, comprender lo que sienten, mostrar comprensión y establecer un vínculo más estrecho. 
• Habilidades sociales. Son claves en la educación emocional porque nos permiten comunicar asertivamente lo que sentimos y pensamos y también entender el impacto emocional que pueden tener nuestras palabras, actitudes y comportamientos en los demás.
• Gestión de relaciones. Es la capacidad de manejar conflictos, negociar y resolver problemas de forma constructiva y así mantener relaciones duraderas.

¿Cómo formarte para saber sobre educación emocional?

Integrar la educación emocional en el aprendizaje académico es un reto que actualmente se plantea en las escuelas. Cada vez más se establecen recursos necesarios para ofrecer una educación emocional al alumnado y darles competencias para que conozcan y lidien con sus propias emociones, más allá de contenido teórico propio de la escuela.

Un programa de educación emocional ha de incluir diferentes actividades acordes al desarrollo de los estudiantes. Se puede trabajar con dibujos y cuentos en primaria para aprender a identificar y expresar asertivamente sus emociones. También las películas son un buen recurso para que los adolescentes y jóvenes reflexionen sobre sus sentimientos y se conozcan mejor.

La educación emocional es transversal a todos los niveles educativos y los maestros y maestras han de tratar de ser ejemplos de gestión emocional para que el alumnado los pueda imitar.

Si deseas profundizar en la educación emocional en los más pequeños puedes y debes formarte de manera apropiada para ello con un curso de Educación Infantil y Jardín de Infancia.

Este tipo de formación es para ti si quieres adquirir conocimientos académicos específicos sobre el cuidado y la atención a la infancia, especialmente enfocados a técnicas de animación infantil. También puede ser una formación a tu medida si estudias cualquier rama de educación infantil y quieres especializarte más en atención y animación.

En un curso de jardín de infancia vas a:

• Aprender conocimientos necesarios sobre los cuidados básicos del niño desde sus primeros momentos de vida.
• Conocer los primeros auxilios ante posibles accidentes.
• Estudiar las características evolutivas que faciliten la relación con los niños y permitan la resolución de comportamientos difíciles.
• Conocer los recursos existentes en la zona sobre actividades extraescolares con el fin de integrar a los niños en su entorno social más próximo.
• Adquirir las estrategias de comunicación con la familia a fin de conseguir colaboración ante situaciones conflictivas.
• Conocer las técnicas y recursos sobre la animación de grupos y la organización de actividades extraescolares. 

En el contenido teórico que vas a ver al estudiar jardín de infancia están materias como anatomía, cuidados del recién nacido, desarrollo cognitivo, motor y socioafectivo, alimentación en la etapa infantil, primeros auxilios, educación infantil, psicología infantil, trastornos del lenguaje, psicomotrices o psicológicos, así como aspectos psicopedagógicos de la educación infantil y su didáctica, entre otros.

Ahora ya entiendes qué es la educación emocional y su importancia en la educación de los más pequeños. Si necesitas un centro especializado para formarte en educación infantil y conseguir trabajo en el sector, cuenta con Campus Training.