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Desde luego, tratar de prever el futuro del empleo público en España no es tarea fácil. Las variables en juego son muchas y muy distintas, a menudo vinculadas con cambios de gobierno y circunstancias económicas.
En cualquier caso, en este artículo trataremos de analizar algunos de los aspectos que más suelen destacar los estudiosos del tema, intentando anticiparnos a próximas tendencias.
Para poder abordar el futuro del empleo público en España, es necesario conocer a fondo cuál es la situación actual.
En este sentido, muchos autores destacan retos o problemas como los siguientes:
El sistema de oposición, que es el más común en el acceso al empleo público, tiene la ventaja de garantizar la objetividad del procedimiento y asegurar que todas las personas puedan participar en condiciones de igualdad.
Sin embargo, lo cierto es que es un sistema lento y muy inflexible, que no facilita dar una respuesta rápida a ciertas necesidades de personal de las Administraciones Públicas.
En general, lo habitual es que los puestos de empleados públicos de una misma categoría y características, tengan retribuciones prácticamente iguales.
Así, aunque existan herramientas para premiar el mayor rendimiento (mediante productividad o gratificaciones, principalmente), estos recursos no suelen utilizarse de forma adecuada en la mayoría de entidades.
El resultado puede llegar a ser una cierta falta de motivación o apatía en algunos trabajadores, que no siempre ven reconocido su esfuerzo de manera justa.
Los procedimientos para cambiar de puesto dentro de una misma entidad y, sobre todo, entre distintas administraciones, se consideran muy mejorables por parte de autores como Sánchez Morón.
La progresión de los funcionarios dentro de la Administración Pública no es fácil ni flexible.
Esto conlleva, muchas veces, la desmotivación de los trabajadores más cualificados, que suelen ver más opciones de crecimiento en el ámbito privado.
Al mismo tiempo, la Administración puede estar desperdiciando talento que ya había incorporado anteriormente, con el coste que ello supone.
De nuevo, Sánchez Morón destaca que los procedimientos disciplinarios que se aplican a los empleados públicos suelen ser excesivamente rígidos e ineficaces.
El autor sugiere que esto se debería a que son procedimientos demasiado garantistas. Es decir, que procuran (hasta un punto excesivo) proteger los derechos del trabajador ante eventuales arbitrariedades o situaciones injustas.
En el conjunto de las Administraciones Públicas (Estado, Comunidades Autónomas y Entidades Locales), conviven habitualmente dos situaciones que podrían parecer contradictorias:
En buena medida, esto es consecuencia de una deficiente planificación de recursos humanos y de las rigideces que mencionábamos en lo que se refiere a la movilidad de funcionarios.
Aunque se haya progresado considerablemente en este ámbito, todavía hay muchas entidades públicas que no han incorporado las nuevas tecnologías en todo su potencial.
Reducir trámites, evitar desplazamientos, acortar plazos y simplificar procesos son metas perfectamente alcanzables con la mejora y plena implantación de la administración electrónica.
De todos modos, también es importante compatibilizar esta digitalización con la garantía del acceso de todos los ciudadanos a los servicios públicos, especialmente los de mayor edad o quienes tengan dificultades para utilizar este tipo de tecnologías.
Como es lógico, los principales retos de futuro para el empleo público en España se deducen de los problemas que acabamos de examinar.
Dar una solución eficaz, eficiente y viable (tanto jurídica, como económicamente) a todas estas cuestiones no es tarea fácil.
En cualquier caso, hay ciertas tendencias que probablemente se vayan a ir confirmando en los próximos años:
De todos modos, muchas de estas cuestiones dependen de la voluntad política, la negociación con sindicatos y trabajadores y la propia coyuntura económica que haya que afrontar en cada momento.
Por ello, es muy difícil hacer predicciones en este sentido.
Al menos en lo que se refiere al futuro más próximo del empleo público en España, desde el punto de vista de las oposiciones, todo apunta a que seguiremos teniendo ofertas de empleo generosas en estos años, ya que:
En definitiva, tratar de anticipar el futuro del empleo público en España no es una tarea sencilla. Las variables e incógnitas en juego son demasiado amplias como para hacer predicciones certeras.
En cualquier caso, si te interesa acceder a una plaza de funcionario, todo apunta a que seguirás teniendo buenas oportunidades durante los próximos años.
¡Ánimo y suerte!
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