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La historia del almacén (o del almacenaje, para ser más exactos) está ligada a la del ser humano. Si en principio las personas almacenaban productos para su propio consumo, con el tiempo la práctica se extendió al comercio: los almacenes se convirtieron en centros de guardado y distribución de mercancías. La palabra almacén, de origen árabe, significa en realidad «tienda, comercio, depósito» (al-mahzan); y el término mahzan deriva del verbo hazana, guardar o proteger. Te invito a descubrir la historia del almacé , su evolución y la situación actual de este sector profesional, tan dinámico como prometedor.
Una buena forma de empezar cualquier recorrido histórico, sobre todo cuando se trata de un concepto, es acudir a la Real Academia Española o RAE. Según la institución, un almacén es un «edificio o local donde se depositan géneros de cualquier especie, generalmente mercancías». Estas últimas dos palabras esconden el quiz de la cuestión: no es lo mismo almacenar géneros para consumo propio, que para comerciar con ellos. Por lo tanto, podríamos decir que el almacén tiene una clara vocación comercial: y para ser capaz de organizarlo y gestionarlo como debe ser, es fundamental realizar cursos de Logística y Gestión de Stocks (almacenes).
No es fácil establecer cuáles fueron los primeros almacenes de la historia de la Humanidad. En general y desde que los seres humanos empezaron a convivir en grupo, las comunidades contaban con lugares donde se almacenaban excedentes o productos para sobrevivir durante las épocas más duras. A medida que fueron surgiendo civilizaciones más ricas, las clases poderosas empezaron a hacerse cargo de los almacenes y de su explotación.
Es el caso, por ejemplo, de la civilización sumeria, la más antigua de todas las conocidas. Se calcula que existió entre los años 3.000 y 2.350 a.C., por lo que podríamos establecer que la historia del almacén comienza en la misma época. En la sociedad sumeria el poder lo ostentaban los sacerdotes; con las donaciones que hacía el pueblo para obtener el favor de los dioses, más los productos de sus propias cosechas (obtenidos de las mejores tierras), llenaban almacenes que posteriormente utilizaban para el comercio de las mercancías.
Unos cuantos siglos después (concretamente en el siglo VII a.C.) los griegos empiezan a utilizar un término que ha llegado hasta nuestros días. Me refiero a la palabra logistikos, que describía a la persona «diestra en el cálculo». Sin embargo, no fue hasta el año 489 cuando se empieza a utilizar con otro sentido: «hacer algo lógico» o «con lógica». Tanto en la Grecia Clásica como en el Imperio Romano, el término pasó a ser empleado para referirse al almacenaje y aprovisionamiento de las tropas militares… Y de allí derivó hasta nuestros días.
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Descarga gratis la guía formativaLa historia del almacén no se entiende sin la evolución de la logística. Entendemos como tal la actividad de gestiona el almacenamiento de las mercancías de forma adecuada, así como su distribución, conservación y mantenimiento. Por lo tanto, es comprensible que el la palabra griega se terminase aplicando a esta actividad: el cálculo y la lógica son fundamentales en el control de cualquier almacén. Sin embargo, no fue hasta 1844 cuando esta actividad pasa a ser catalogada y empieza a ser considerada como una profesión.
El responsable fue el ingeniero, economista y matemático francés Jules Juvenel Dupuit, que estableció entonces la asociación comercial entre los costos de inventario y los costos de transporte. Esta asociación, que tan lógica parece hoy día, definió la función de los expertos en logística y les otorgó un lugar claro en el proceso comercial. En las décadas siguientes, algunos estrategas del ejército norteamericano continuaron desarrollando los cimientos de la profesión (en el campo militar, pero extrapolables al civil) mediante la clasificación de los procesos y la creación de un vocabulario específico.
Los grandes almacenes toman el nombre de los espacios destinados a guardar mercancías. Pero no son lo mismo en absoluto. Su historia es muy reciente comparada con la de los primeros; pero es igualmente fascinante o incluso más. De hecho, hoy día ambos conceptos han pasado a unirse en forma de negocios online: grandes almacenes donde es posible darse un «paseo» virtual, comprar y pagar, y que al mismo tiempo almacenan miles de toneladas de productos en sus centros de distribución.
Podríamos llenar páginas solo con la historia del primer gran almacén, el parisimo Le Bon Marché. Allá por 1938 era un almacén tipo bazar, en el que se podían adquirir distintos tipos de cosas. 20 años después entró un nuevo socio, Aristide Boucicau, que implementó una política de promoción totalmente distinta a la habitual hasta entonces. Entre otras cosas, puso un precio fijo a los artículos: se acabó el regateo, una práctica usual en las tiendas de entonces. En 1869 el éxito comercial les permitió cambiar la sede a un gran edificio, tan impresionante como amplio.
Los siglos XIX y XX supusieron el boom de los centros comerciales. Harrods, Marks & Spencer, El Corte Inglés, Bloomingdale’s… Todo ellos crecieron al calor de la nueva sociedad de consumo, que impulsaba la felicidad a través de las compras. A finales del siglo XX estos establecimientos empezaron a experimentar una clara decadencia: su supervivencia pasa hoy por los grandes almacenes online, con el todopoderoso Amazon como paradigma de éxito.
La importancia de la gestión del almacenaje en las empresas es evidente. A lo largo de la historia del almacén, el éxito en el manejo de los espacios y el stock ha dependido siempre de las personas que trabajan en ellos. Tanto los mozos de almacén como los gestores son piezas de un engranaje que debe funcionar como un reloj. ¿Has pensado alguna vez en trabajar en este sector? Es un momento ideal para encaminar tu carrera laboral hacia él: cada vez hay más negocios online que cuentan con almacenes enormes, y en ellos hacen falta especialistas que los sepan gestionar.
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La historia del almacén no para: el sector evoluciona a la velocidad del rayo. La gestión de estos espacios, hoy totalmente informatizada y dotada de tecnología de última generación, necesita de especialistas con conocimientos y experiencia. Los buenos trabajadores son muy valorados por las empresas y cuentan con posibilidades reales de promoción. ¿Quieres ser uno de ellos? Entonces, ¡no dejes pasar tu oportunidad!