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La enfermería es una actividad que se remonta a nuestros principios como especie y por tanto los orígenes de la práctica de los cuidados de enfermería poseen un aura hasta de misticismo que ha ido evolucionando a lo largo de la historia. En este artículo te explicamos cómo ha sido esa evolución.
La palabra enfermería deriva del latín infirmus, que se significa algo así como lo relacionado con los no fuertes. El oficio de la enfermería es tan antiguo como la humanidad ya que las personas siempre han necesitado cuidados de enfermería cuando están enfermos o heridos.
La enfermería como actividad profesional surge de la evolución del concepto de la actividad de cuidar dentro de la sociedad. Desde sus orígenes el ser humano ha procurado cuidados de sus semejantes para asegurar la adaptación y supervivencia de la propia especie.
La enfermería no como profesión, sino como ejercicio de las «prácticas cuidadoras», ha sido una actividad necesaria para la conservación de la especie humana. En los comienzos, el conocimiento de las personas que realizaban dichas acciones era intuitivo ya que no tenían preparación específica ni retribución económica.
Era una actividad universalmente intrínseca a cualquier forma de sociedad y realizada preferentemente por la mujer. Por tanto, el origen de la enfermería no es otro que el origen de la misma humanidad.
Se cree que la figura de la enfermera desde un punto de vista profesional apareció durante la Edad Media. Las enfermeras eran en su mayoría mujeres sin formación que ayudaban a traer niños al mundo o era nodrizas.
En esa época el cuidado de los enfermos estaba muy asociado a las monjas, con más formación y un voto religioso que les obligaba a cuidar a los más débiles. Durante siglos el cuidado de la salud y la atención al individuo enfermo han adquirido un valor religioso y han sido entendidos como un mandato evangélico.
La evolución del cuidado de enfermería ha incicido directamente en los procesos metodológicos y en cómo se llevan a cabo, los cuales han ido variando por múltiples factores. Estas diferencias observadas en los cuidados enfermeros se manifiestan de forma diferente según los valores en los que se sustentan en cada momento histórico, la percepción de la salud-enfermedad para cada cultura o grupo social.
Para analizar los cambios que se han producido en la enfermería es necesario tener en cuenta elementos que han influido en su evolución. Estos elementos son la organización social y los valores imperantes en cada época y lugar (economía, política, etc.), la concepción de la salud que en cada momento se tiene y el tipo de atención de la salud que se ofrece por parte de la organización social.
Cuando hablamos de los origen de la práctica de los cuidados hay que tener también en cuenta los antecedentes de la enfermería relacionados con valores y prácticas religiosas o el rol del género femenino que tradicionalmente ha caracterizado a la enfermería. No olvidemos el desarrollo y organización de esta disciplina sanitaria muy ligado a contiendas bélicas, los efectos del estilo militar en su práctica y la influencia de la medicina, ya que se desarrollan dentro del mismo ámbito de las ciencias de la salud.
Durante mucho tiempo la atención a la salud y los cuidados de esta van a estar motivados por el concepto de ayuda y caridad cristianas. La doctrina de Cristo y la fraternidad transformaron el desarrollo de la enfermería organizada, a la vez que la posición de la mujer se elevó con el cristianismo.
El altruismo puro de los primeros cristianos, comulgaba con el pensamiento y motivación de la enfermera cuidadora, que se traducía en cuidado caritativo, amoroso y desinteresado.
Como fechas destacadas en los orígenes de la práctica de los cuidados de enfermería podemos señalar 1259 cuando los Hermanos de Alexian comenzaron el ministerio de cuidado de los enfermos y hambrientos, que todavía existe hoy en muchos países, incluyendo Estados Unidos.
La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios se formó en España en 1550. Desde 1550 hasta 1614, San Camilo de Lelis atendía a los enfermos y moribundos en el Hospital de Santiago en Roma. En 1633 San Vicente de Paul fundó la Hija de la Caridad, donde las mujeres comenzaron a jugar un papel más importante en la enfermería organizada.
Otro hito importante de la historia de los cuidados de enfermería fue la impresión en 1617 de “Instrucción de Enfermeros», tratado elaborado por Andrés Fernández, enfermero perteneciente a la Congregación de los Hermanos Enfermeros Pobres, con la finalidad de conseguir una mejor formación de los hermanos de su Congregación y otros jóvenes que deseaban practicar la enfermería.
El siglo XX comienza con la institución del título de enfermería y su clasificación oficial.
Es vital recordar que los conflictos bélicos han sido una oportunidad para la evolución del cuidado de enfermería y, consecuentemente, el de la enfermería como profesión. En el siglo XX las dos grandes guerras y las múltiples guerras locales supusieron una consolidación de los modelos enfermeros que hemos heredado.
En España podemos comenzar a hablar de profesión de Enfermería a partir de la Ley de Instrucción Pública de 1857, que determina los conocimientos prácticos y teóricos para obtener el título de practicante y también se regulan los estudios de matrona.
En 1896 se crea la Real Escuela de Enfermería de Santa Isabel de Hungría en Madrid, por el Dr. Federico Rubio y Galí. En 1915 se establecen los requisitos para el ejercicio de la enfermería, aprobando previamente un examen ante tres catedráticos de Medicina.
En España y a mediados ya del siglo XX podemos destacar dos fechas importantes. Por un lado, 1945 cuando se aprueba el Reglamento del Consejo General y el Estatuto de las Profesiones Sanitarias y de los Colegios Oficiales de Auxiliares Sanitarios, manteniéndose las tres secciones: Practicantes, Enfermeras y Matronas. Y por otra parte en 1951 se crea la Asociación Profesional de Enfermeras Españolas.
En 1950 se constituye en la OMS el Comité de Expertos de Enfermería como órgano consultivo.
La enfermería se regula de forma definitiva en el ámbito universitario en 1977. En esa fecha aparece el R.D. 2128 sobre Integración en la Universidad de las Escuelas de ATS como Escuelas Universitarias de Enfermería. El título que otorgan dichas escuelas es el de Diplomado en Enfermería. La primera promoción fue la de 1977- 1980.
En el año 1973 el proceso de enfermería toma mayor legitimidad en la práctica clínica. Se autoriza a desempeñar sus funciones en los centros no hospitalarios y en 1975 se inicia la formación profesional en la rama sanitaria.
En 1987 se regula la obtención del título de Enfermero Especialista. Se crean las Especialidades de Enfermería Obstétrico-ginecológica (Matrona), Enfermería Pediátrica, Enfermería de Salud Mental, Enfermería de Salud Comunitaria, Enfermería de Cuidados Especiales, Enfermería Geriátrica y Gerencia y Administración de Enfermería.
En 1995 se crea la figura de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE).
La enfermería como profesión de servicio está influenciada y condicionada por todos los cambios que se han producido en los últimos años que crean nuevos escenarios de salud.
Los enfermeros y enfermas son agentes imprescindibles en toda la estructura social, que contribuyen a proteger y mejorar la salud, prevenir la enfermedad, y fomentar la seguridad y el bienestar de la población. Proporcionar cuidados a personas y grupos sociales es y será siempre su principal finalidad.
Si hay un nombre propio en la historia de la enfermería ese es el de Florence Nightingale a la que se le reconoce como la verdadera fundadora de la enfermería moderna.
Nightingale nació en Florencia en 1920 y se trasladó a Inglaterra para formarse. En un momento en el que la enfermería servía como salida para jóvenes con necesidad económica, esta disciplina no estaba demasiado bien vista ya que suponía tratar con todo tipo de personas, en unas condiciones normalmente poco higiénicas.
Además, no estaba regulada y las mujeres dedicadas a ella no recibían instrucción académica. Nightingale fue capaz de convertir la enfermería en un oficio con obligada formación y conocimientos sanitarios avanzados.
Nightingale decide instruirse como enfermera a los 17 años, ya que siente la necesidad de hacer algo realmente útil, y acostumbra visitar hospitales o ayudar a los enfermos de su entorno en sus propias casas. Se forma como enfermera en el Hospital Escuela Theodor Eliedner, donde recibe formación médica, que constituirá la base para su posterior desarrollo en la materia.
En 1853 regresa a Londres para ponerse al frente del Establecimiento para Damas Enfermas, destinado para mujeres sin techo con problemas de salud.
Ese mismo año estalla el conflicto que cambiará por completo la vida de Florence y el desarrollo de la enfermería. Se trata de la Guerra de Crimea (1853-1856). En 1854, Florence llega a Estambul con un grupo de enfermeras bajo su supervisión, a las que se les asignará el hospital militar de Scutari para prestar apoyo al personal sanitario de este centro.
Las condiciones de los soldados heridos en la Guerra de Crimea eran lamentables, y la falta de higiene, medios y cuidados médicos adecuados aumentaba la proliferación de enfermedades víricas. En este contexto, Nightingale consiguió en 1855 que una comisión gubernamental acudiese al lugar para realizar una limpieza a fondo y proporcionar material quirúrgico.
Las muertes descendieron cuando la disciplina higiénica de Florence comenzó a ser aplicada de forma obligatoria en el hospital. Además, fue la primera en emplear gráficos para demostrar cómo variaba la mortalidad en relación con la calidad de los cuidados de enfermería que recibían los afectados.
En 1860 abriría su propia escuela de enfermería en el Hospital Saint Thomas en Londres. Esta escuela es laica, la primera desvinculada del ámbito eclesiástico. Además escribió el libro “Notas sobre enfermería: lo que es y lo que no es”, punto de apoyo para la posterior creación de la academia y que todavía hoy en día continúa sirviendo como referencia en el mundo de la enfermería.
A partir de Florence Nightingale, la enfermería se gestará como disciplina académica y adquiriría una importancia vital para completar el trabajo médico y para el correcto tratamiento de los enfermos.
En la historia de la enfermería también hubo otras mujeres importantes. Es el caso de Clara Barton, primera presidenta de la Cruz Roja o de Lenah Higbee que fue la primera mujer receptora de la Cruz de la Marina en 1918. Higbee era una enfermera pionera en jefe de la Marina de los Estados Unidos que se desempeñó como Superintendente del Cuerpo de Enfermeras de la Marina de los EE. UU. durante la Primera Guerra Mundial.
Antes de finalizar el siglo XIX, es importante señalar el nacimiento de la primera Asociación Profesional de Enfermeras (Inglaterra). En 1899 se crea el primer Consejo Internacional de Enfermeras (EE.UU.).
Si te decides a formarte para ser enfermero o auxiliar de enfermería has de tener en cuenta ciertos requisitos necesarios en esta profesión
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