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¿Conoces la historia de la Farmacia? En este artículo repasamos los sucesos históricos de la Farmacia, de sus inicios en la historia de la humanidad a la actualidad. ¡Empezamos nuestro recorrido en la prehistoria!
Los orígenes de la Farmacia combinan dos elementos, la naturaleza y la magia. El primer paso de la historia de la Farmacia es en la Prehistoria, donde los pueblos prehistóricos tenían conocimientos de plantas y frutos medicinales y su ideal aplicación en el cuerpo humano para sanar heridas.
Los chamanes eran los encargados de aprovechar todos los elementos que ofrecía la naturaleza y combinarlos con magia, ritos o actos religiosos. Por lo tanto diagnosticaban y preparaban los medicamentos necesarios con los productos naturales de los que tenía conocimiento para después preparar el rito de curación envuelto en una mística mágica y cultural.
Mesopotamia
En la antigua Mesopotamia se creía que las enfermedades eran castigos de los dioses. Toda actividad médica o farmacéutica era llevada por curanderos o sacerdotes y envuelta en creencias mágicas, incluyendo sacrificios y ofrendas a dioses.
Se produce una gran evolución farmacológica en Mesopotomia gracias a su cultura. Las tablillas de arcilla en escritura cuneiforme nos ofrecen grandes avances en preparación de ungüentos y medicamentos y estudio de todo tipo de plantas. En las tablillas aparecen cientos de estudios de plantas, minerales y partes de animales para su uso medicinal.
En el Código de Hammurabi se encuentran 13 artículos dirigidos a la práctica médica y farmacéutica.
Las tablillas mesopotámicas también tenían las recetas y sus descripciones para la preparación de medicamentos. Además fueron los inventores de técnicas para uso medicinal como la píldora, cataplasmas y ungüentos.
Egipto
La civilización egipcia nos ha proporcionado grandes conocimientos sobre la salud. En la época, los sanadores egipcios tenían un gran reconocimiento social y grandes conocimientos, algunos de ellos llegaron a ser divinizados.
En esta cultura la medicina y la farmacia tenía una gran influencia mágica y divina. Los curanderos actuaban bajo el influjo de la diosa de la salud, Sekhmet, y de un dios, Thot, de la sabiduría.
Mediante la escritura jeroglífica de los papiros desarrollaron grandes estudios de farmacopea. En el papiro de Ebers aparecen más de 800 recetas y fórmulas farmacéuticas.
Imperios precolombinos
Nuevamente nos encontramos con la idea de enfermedad como castigo de los dioses y de sus curanderos como personajes envueltos en magias y ritos.
Los incas y mayas crearon cientos de recetas farmacéuticas, sin embargo fueron los aztecas los que más evolucionaron en farmacología. Poseían grandes conocimientos anatómicos, terapéuticos y desarrollaron una amplia farmacopea.
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En los inicios la Grecia Clásica todavía se consideraba a la enfermedad de origen divino. Las divinidades más importantes para los curanderos griegos eran Pharmakis, Apolo, Artemis, Esculapio, Hygea y Panacea.
La copa y serpiente que encontramos en la señalética de las farmacias tienen su origen en Hygea.
Con el avance de la cultura griega desaparecen las creencias mágicas y se acercan al estudio científico. Aparecen los especialistas en la preparación y aplicación de todo tipo de medicamentos. Los rhizotomi recolectaban los elementos naturales; los pharmacopolas comenzaban el comercio de plantas y frutos medicinales; los asclepidias eran los sanadores que aplicaban esos medicamentos en los templos.
La farmacia y medicina de Roma fue una adaptación de la griega, organizando el conocimiento médico y farmacéutico griego de forma sistemática y convirtiendo las teorías griegas en reglas y normas prácticas. En esta época de la historia de la farmacia tenemos a dos figuras: Comelius Celso y Claudio Galeno.
Comelius Celso fue el encargado en romanizar la medicina precedente de Grecia. En sus obras nombra más de 600 plantas en las que identificaba, describía y explicaba sus propiedades farmacológicas e, incluso, sus efectos secundarios.
Claudio Galeno fue un filósofo y médico romano, sus investigaciones médicas fueron de vital importancia en todo tipo de áreas como la anatomía, fisiología, patología y la farmacología.
El retroceso científico en la Edad Media fue catastrófico. El fuerte carácter al culto divino de la época provocó un retroceso en la farmacología. Se seguían utilizando las antiguas teorías médicas de griegos y romanos, pero el rezo y las reliquias divinas eran los remedios más utilizados.
En los monasterios y conventos se mantuvieron vivos los conocimientos. En muchos de ellos se podían encontrar hospitales y boticas, donde los monjes cultivaban plantas medicinales en los huertos de los monasterios y preparaban medicamentos y ungüentos en las boticas.
Los pueblos musulmanes sí desarrollaron y mejoraron la medicina y la farmacología. Se redactaron códigos y obras sobre recetas farmacológicas y su correcta preparación con las plantas medicinales. Algunas de sus obras como la “Colección de medicamentos y elementos simples” de Ebn-Beitar, contiene más de mil referencias.
La evolución del pensamiento en el Renacimiento es fundamental para la evolución de la Farmacia. Se empieza a dudar y cuestionar las teorías clásicas y nacen nuevas formas de realizar medicamentos, apareciendo la química combinada con los remedios vegetales.
Uno de los principales protagonistas de esta época es el farmacéutico suizo Paracelso, que realiza multitud de estudios y profundiza en la Farmacia como ciencia.
Las farmacias avanzan gracias a la química y las materias primas traídas de América. En 1498 aparece la primera farmacopea.
En esta época la farmacia es ya una ciencia consolidada. Los farmacéuticos ejercen su profesión basándose en los conocimientos y prácticas y escriben numerosas obras profesionales. Las autoridades obligan a realizar un examen de aptitud a los farmacéuticos para poder ejercer.
Las publicaciones científicas de farmacéuticos comienzan a introducirse en las academias y asociaciones científicas, siendo las investigaciones cada vez más numerosas y minuciosas.
Se seguían utilizando remedios naturales, pero el impulso de los productos químicos para la elaboración de medicamentos fue un avance en la farmacología.
Los avances eran continuos, surgían más academias científicas sobre Farmacia, modernos métodos, utensilios y arsenal farmacológico y, por supuesto, la auténtica renovación de los medicamentos en los que aparecían multitud de nuevos fármacos producto de las intensas investigaciones.
Los avances científicos y tecnológicos son continuos y permiten nuevos laboratorios, utensilios farmacológicos y la preparación de nuevas formas farmacéuticas para los medicamentos.
La industrialización de medicamentos se consolida y aparecen las grandes multinacionales farmacéuticas. Continúa la incesante publicación de obras de investigación, estudio y enseñanza de Farmacia.
Las farmacias también se modernizan, regularizan y profesionalizan. Los farmacéuticos quedan completamente definidos en el sector sanitario en todos los ámbitos. Los sistemas sanitarios también se consolidan en los diferentes países.
El avance tecnológico y científico a lo largo de la historia origina que la Farmacia esté en continuo proceso de desarrollo. Ahora nos preguntamos, ¿cuál será el siguiente avance farmacológico? El tiempo nos dirá a donde llegaremos.
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