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Mediación social: ¿qué es?

Si no sabes qué es la mediación social y en qué contextos se utiliza, en este artículo encontrarás respuesta a tus preguntas.
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    Si no sabes qué es la mediación social, en qué contextos se utiliza y cuáles son los pasos para llevarla a cabo, en este artículo encontrarás respuesta a todas tus preguntas.

    ¡Vamos allá!

    ¿Qué es la mediación social?

    Llamamos mediación social a un sistema o herramienta de resolución de conflictos que se basa en la intermediación de un mediador, que interviene cuando dos particulares no pueden lograr un acuerdo por sí mismos.

    En otras palabras, es un proceso que busca solucionar conflictos a través de la intervención de una tercera persona neutral.

    Su objetivo es trabajar en mejorar la comunicación y reducir la tensión de la situación y, por supuesto, resolver el conflicto.

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    ¿Qué hace un trabajador social en una mediación?

    El trabajador social cumple un papel fundamental en las mediaciones.

    Así, es un puente que conecta a los ciudadanos con los diferentes profesionales y permite que la conversación y negociación fluya de manera estructurada y ordenada.

    De esta manera, se asegura una mejor comunicación, a la vez informando y asesorando a las personas interesadas sobre los recursos sociales que están disponibles.

    Para cumplir con sus objetivos de mejora de comunicación y distensión, el trabajador social busca:

    • Mejorar la relación entre las partes implicadas mediante actividades y dinámicas específica, mientras se buscan soluciones.
    • Programa actividades interculturales para integrar a la comunidad y mejorar la convivencia en un vecindario. Esto es muy importante en comunidades donde hay personas en riesgo de exclusión social.
    • Trabajan en el foco del conflicto, buscando soluciones que sean satisfactorias para las dos partes. El mediador se encargará de hablar de manera individual con cada uno para buscar un punto en común y encontrar la mejor conclusión.

    Contextos donde es útil la mediación social

    El mediador no tiene por qué estar limitado al trabajo social en comunidades de vecinos. Al fin y al cabo, su ámbito de actuación son las personas.

    Por tanto, puede actuar en una gran variedad de contextos y situaciones:

    • Educación: contribuye a disminuir conflictos y mejorar las relaciones dentro y fuera de los grupos de profesores y alumnos.
    • Familia: pueden intervenir en conflictos familiares, sobre todo en aquellos que involucran procesos judiciales.
    • Cultura: existe la mediación social intercultural, cuyo objetivo es reducir las diferencias y mejorar la comunicación (y convivencia) entre distintos grupos culturales.
    • Trabajo: pueden abordar los problemas entre trabajadores y empresas, así como conflictos entre distintas empresas o entre compañeros de trabajo. Por ejemplo, un mediador puede ser muy necesario a la hora de trabajar con sindicatos.

    Pasos para realizar una mediación social

    Aunque una buena mediación es la que se adapta a la situación concreta, por regla general, la mediación social suele contener estas 7 fases:

    1. Reconocer el conflicto

    Si los implicados en el problema no reconocen que lo tienen, sería imposible buscar una solución.

    Por tanto, podría considerarse como un paso previo antes de comenzar la mediación social en sí.

    2. Preparación para la mediación

    Consistirá en buscar a un mediador y decidir un lugar neutral donde se puedan hacer las negociaciones.

    Normalmente, esto último lo gestionará el propio mediador.

    3. Presentación

    El mediador se presentará a las partes y explicará cómo será el resto del proceso, para definir las normas de comunicación.

    La idea es que las dos partes estén al tanto de la situación y que tengan siempre en mente el objetivo conjunto: llegar a un acuerdo que satisfaga a ambos.

    Se puede firmar un documento inicial donde se expresen los derechos y deberes de ambas partes.

    Un ejemplo de reglas a seguir durante la mediación pueden ser las siguientes:

    • Voluntariedad: expresión de ambas partes de haber venido voluntariamente a la mediación.
    • Confidencialidad: todo lo que se diga en las reuniones será confidencial.
    • Implicación: ambas partes se comprometen a implicarse en el proceso y a hacer un esfuerzo por callar y escuchar al otro cuando exprese su postura.
    • Respeto: no habrá insultos ni agresiones de ningún tipo, sin importar lo que la otra parte exprese. Aquí, es importante la escucha activa.
    • Imparcialidad: ambas partes tendrán el mismo tiempo exacto para poder explicar su problema.

    4. Recogida de información

    El mediador se encargará de recopilar información para poder entender y transmitir el punto de vista de las dos partes.

    Para lograrlo, buscará hacerle preguntas a cada participante con tal de entenderlo con la mayor profundidad posible y se tomará nota de todo.

    5. Aclaración del problema

    El mediador indagará en el problema para conocer bien cuál es su naturaleza, desde cuándo ocurre, qué acciones se han intentado llevar ya a cabo, por qué se ha optado por la mediación, etc.

    Las preguntas dependerán mucho del caso, pero aquí es importante mostrar verdadero interés y que las preguntas sean naturales, no que parezca un interrogatorio.

    6. Propuesta de soluciones

    Después de haber escuchado a ambas partes de manera imparcial, una parte y otra empezarán a proponer soluciones de manera individual.

    Normalmente, la tarea principal del mediador consistirá en buscar una combinación entre las propuestas de soluciones para encontrar el punto medio. También, a menudo, habrá que corregir a los participantes que tengan expectativas poco realistas.

    7. Llegar a un acuerdo

    Habiendo llegado a una conclusión en las propuestas, el mediador aclarará cuál va a ser el acuerdo entre ambas partes.

    Es importante que el acuerdo sea equilibrado y, sobre todo, que quede por escrito y sea firmado por ambas partes.

    Perfiles recomendados para la mediación social

    Normalmente, un mediador social es alguien que tiene una cierta inclinación por resolver conflictos, así como una buena capacidad para tratar con las personas.

    Por tanto, este tipo de trabajo puede ser adecuado para quienes vengan de los siguientes ámbitos profesionales:

    A partir de ahí, puede ser recomendable especializarse a través de formaciones más específicas en el ámbito de la mediación social

    Aunque la oferta todavía no sea demasiado amplia, existen ciertos postgrados, así como cursos de servicios a la comunidad, que pueden incluir ciertos aspectos relacionados con la mediación.

     

    En definitiva, ahora que ya sabes qué es la mediación social y cómo se desarrolla, ¿te parece un área de trabajo interesante?

    Sin duda, puede ser un sector difícil, pero también muy satisfactorio a nivel personal y profesional.

    ¿No crees?

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