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¿Qué hubiera sido del diseño industrial y las artes aplicadas sin esta revolucionaria escuela alemana? De ella salieron figuras imprescindibles para la historia de la arquitectura del siglo XX y otras materias afines. ¡Descubre quiénes fueron las mujeres de la Bauhaus y todo lo que han aportado a estas profesiones!
Imagino que si has caído en las redes del interiorismo y la decoración y aspiras a brillar profesionalmente en tales disciplinas (que yo adoro) es muy probable que hayas oído hablar de esta escuela pionera. Y si no, te diré que fue fundada en 1919 por Walter Gropius en la ciudad alemana de Weimar.
Un siglo después de su creación continúa siendo fuente de inspiración y referente indiscutible para muchos de los que se dedican a tales profesiones, por no decir todos. Pero quizá desconozcas quiénes fueron las mujeres de la Bauhaus.
Porque el talento de los maestros y alumnos que integraron este centro superior de diseño no fue exclusivamente masculino. También de él surgieron brillantes arquitectas, diseñadoras, fotógrafas, artistas textiles y del metal…
Las mujeres de la Bauhaus fueron un colectivo femenino con voz propia y, como ha sucedido a lo largo de la historia en otros ámbitos de la vida, no recibieron en su momento el reconocimiento merecido.
Muchas veces relegadas a un segundo plano y otras infravaloradas, sin embargo fueron un nutrido número y abrieron una importante brecha en los campos donde se especializaron. Si hay algo que definía a las mujeres de la Bahuaus eran su inquietudes artísticas y su innegable espíritu libre.
Mujeres modernas y emancipadas que se sintieron atraídas por los eslóganes de dicha escuela; considerada la más progresista de la época en Europa, sus métodos educativos se basaban en la experimentación y la creatividad.
Lo cierto es que sus folletos prometían igualdad absoluta para matricularse, sin limitaciones de edad ni de sexo, siempre que la preparación fuera la adecuada y hubiera plazas suficientes. Algunos lanzaban mensajes de este tipo: «¿Estás buscando la verdadera igualdad como mujer estudiante?».
Sin duda estas féminas tuvieron vivencias muy similares durante sus años de formación en la Bauhaus. Por cierto, su nombre es la unión de dos palabras alemanas: Bau (construcción) y Haus (casa). ¡Veamos cuáles!
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Descarga gratis la guía formativaPara la mayoría de las mujeres de la Bahuaus su formación en el centro no fue precisamente un camino de rosas. Aunque es evidente que protagonizaron una intensa vida creativa y profesional, la escuela no siempre se lo puso fácil.
En numerosas ocasiones se intentó ignorarlas o infravalorarlas con respecto a sus compañeros masculinos, impidiendo que su trabajo recibiera el reconocimiento público merecido.
Sin embargo, cumplieron un valioso papel para abrir el camino de las mujeres hacia la igualdad en ámbitos profesionales donde los hombres eran mayoría. Y además en un contexto histórico en el que se luchaba por salir definitivamente del ámbito del hogar, aprovechando ciertos logros históricos del momento.
No olvidemos que gracias a la Constitución de Weimar de 1919 su derecho a votar y a estudiar en cualquier centro estaban garantizados. Por raro que parezca, muchas de las mujeres matriculadas en la Bauhaus no llegaron a finalizar sus estudios en ella. Pero esta circunstancia no les impidió dejar visible el inmenso talento artístico que poseían.
Sus trabajos eran tremendamente vanguardistas y abarcaron desde piezas de mobiliario, a objetos de diseños, tapices, cerámica, fotografía… E incluso proyectos de interiorismo o arquitectura porque algunas habían nacido para ser arquitectas. Increíble, ¿verdad?
A pesar de las trabas encontradas en la institución, con el tiempo pudieron labrarse un brillante camino profesional por sí mismas.
Antes de presentarte con nombres y apellidos a algunas de las mujeres de la Bauhaus más apasionantes, viene bien reconocer lo que es una realidad innegable. El mundo del arte, la arquitectura, el diseño y la tipografía continúan nutriéndose del legado de esta escuela que cerró sus puertas definitivamente en 1933.
Aunque su trayectoria fue corta, tan solo 14 años de vida, al parecer sus dogmas asentaron las bases del movimiento moderno y del diseño industrial tal y como lo entendemos hoy.
De manera que si quieres dar el gran salto profesional hacia cualquiera de estas materias, es muy probable que también se convierta en un referente impagable para ti. Y ahora ya sí, ésta es mi lista de nombres para recordar.
Encabezó el grupo de mujeres de la Bauhaus porque al parecer fue una de las primeras alumnas en matricularse. Junto con este dato anecdótico, no tardó en destacar como una de las figuras más brillantes.
A pesar de no finalizar sus estudios y abandonar la escuela sin ningún título, su paso por ella le permitió labrarse posteriormente una carrera multidisciplinar, centrada en el diseño de mobiliario y la arquitectura.
Incluso abrió en Viena su propio estudio, con proyectos tan adelantados a su tiempo como el Pabellón de la Condesa Heriot, nada más y nada menos que con un ascensor de cristal de paredes curvas.
Como la mayoría de las mujeres de la Bauhaus, comenzó en el taller textil (considerado por la dirección como el más femenino junto al de cerámica). Pero terminó pasándose al de carpintería, demostrando pronto al profesorado masculino su increíble talento.
Algunos de los juguetes que diseñó continúan fabricándose actualmente y son un trabajo icono de la escuela. También destacó por su participación en la exposición de 1923 con una propuesta de vivienda experimental revolucionaria a más no poder: Hause am Horn. Tampoco logró un título oficial por parte de la Bauhaus.
Me encanta especialmente esta figura por la capacidad de rebelarse que demostró. Toda una revolucionaria si se tiene en cuenta que fue la primera mujer en ser admitida en el taller de metal, casi un territorio privado para los alumnos.
Afortunadamente este giro hizo posible descubrir a una mega estrella del diseño y la funcionalidad, concibiendo objetos domésticos aún vigentes y comercializados por firmas de renombre internacional.
Sin embargo, el reconocimiento de la escuela no fue inmediato y durante varias épocas sus trabajos se firmaban con el nombre genérico del centro. No obstante, su papel en dicho departamento fue tan relevante, que terminó dirigiéndolo.
Dentro de las mujeres de la Bauhaus, ella es otro de los nombres a resaltar con letras grandes. Ingresó en la escuela pensando que lo suyo era la pintura y sin embargo su paso por el taller textil cambió por completo su vida artística, explorando el uso de nuevos materiales.
En él dio forma a trabajos que fueron considerados auténticas obras de arte. Tapices y patrones innovadores que posteriormente llegaron a convertirse en las obras centrales de la primera muestra individual que el MoMa de Nueva York dedicaba a una artista textil.
Junto a su marido, Josef Albers, formó una de las parejas artísticas más emblemáticas del siglo XX y tras el cierre de la Bauhaus, emigró con él a Estados Unidos. Allí continuó su trabajo ligada a la escuela Black Mountain College.
Atentos a este nombre porque fue una de las pocas mujeres de la Bauhaus que llegó a ostentar el título de profesora. Sus inicios en la escuela fueron como el de la mayoría de sus compañeras. Es decir, se matriculó con la idea de aprender dentro del taller textil como una alumna aventajada.
Ya contaba con formación de la escuela de artes aplicadas de Múnich y su llegada aquí significó la consolidación de una gran artista textil.Primero como alumna y posteriormente como maestra del propio taller entre los años 1925 y 1931, Stölzl fue la autora de tapices y tejidos que proponían nuevas formas de entenderlos y contemplarlos.
Propuestas de fabricación experimentales donde lo artesanal iba ligado a los últimos métodos industriales de producción. Pagó un alto precio por el hecho de estar casada con un judío: tener que dimitir de su cargo, pero aún así fue la que más tiempo estuvo vinculada al centro. En Zúrich emprendió una nueva etapa creando una empresa dedicada al mundo textil.
Antes de continuar, ¿qué tal un alto en el camino con este video? Un pequeño homenaje visual a esta mujeres.
Y para terminar, quédate también con estos dos nombres:
El universo de la fotografía que empezaba a nacer en aquellos años cautivó a más de una de las mujeres de la Bauhaus. Es lo que le sucedió a F. Henri y a otras muchas otras estudiantes. Cuando ingresó ya era una artista incipiente formada en París y aunque su estancia fue breve ello no le impidió disfrutar de una etapa fructífera.
En realidad su relación con la escuela era singular, pues vivió en la residencia del matrimonio Moholy-Nagy. De ahí la gran amistad surgida entre Lucía Moholy y ella, convenciéndola del potencial que tenía por delante en el campo de la fotografía.
Un olfato infalible por otra parte, pues Florence llegó a estar a la altura de las mejores figuras de fotografía experimental del momento ante la calidad de sus imágenes.
La frase tantas veces oída «Detrás de un gran hombre suele haber una gran mujer» encaja perfectamente en la historia de esta mujer de la Bauhaus. Aunque ejerció el cargo de directora del departamento de diseño de interiores de la escuela, su valía profesional ha tardado en ser reconocida.
El hecho de ser la pareja de Mies van der Rohe hizo que la balanza de éxitos y reconocimientos se inclinaran siempre hacia él.
Aunque parte de su obra desapareció y hay quien afirma que dos de las sillas icono de la Bauhaus llevan la firma de Reich (la Brno y la Barcelona) una cosa es indudable. Esta mujer participó en algunos de los proyectos más emblemáticos de Mies en calidad de colega profesional.
Y entre ellos me quedo con el Pabellón Nacional de Alemania para la Exposición Universal de Barcelona de 1929. Éste sigue siendo un referente en las escuelas de arquitectura como una obra ejemplar del Movimiento Moderno.
Como verás, hay que quitarse el sombrero ante estas mujeres de la Bauhaus. Igual que con los profesionales del interiorismo más relevantes de los últimos tiempos. ¿Tienes controlados a todos? En este ameno artículo sobre los interioristas más importantes del siglo XX están los imprescindibles.
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