Pablo Royuela o cómo convertirse en el anfitrión perfecto

Turno de mañana, turno de tarde, turno de noche… ¡Le da igual! Pablo Royuela, un trabajador todoterreno que logró su puesto actual gracias a su formación con Campus Training, siempre te recibirá con una sonrisa. No se imagina cambiándose de empleo pues su labor actual le ha conquistado.

Desde detrás del mostrador, uno de sus puntos de referencia a lo largo de la jornada, reconoce que lo que le ha brindado formarse como Recepcionista de Hotel es una vida muy interesante. “No te aburres: todos los días tienes que hacer cosas nuevas, conoces a gente, te cuentan historias…”, explica.

El turismo como forma de vida

Si bien es cierto que al acabar el instituto no tenía claro su destino, al toparse con nosotros no dudó en convertirse en un nuevo activo para la Generación Campus. “Me decanté por esta formación porque el turismo es algo que siempre me ha gustado y tenía experiencia en atención al público”, destaca. Los conocimientos adquiridos y su interés y dedicación le hicieron destacar enseguida en sus prácticas.

“A la semana ya me comentaron la posibilidad de contratarme porque me veían muy suelto”, dice, agradecido porque toda la plantilla lo recibió con los brazos abiertos. Esa buena relación y ese compromiso se convirtió en una realidad y ya suma más de un año de contrato estable en el hotel en el que realizó las prácticas.

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Un extra inesperado

Entre sus retos está retomar algunos idiomas pero, de momento, se siente satisfecho con lo que ha podido ampliar su currículo. “Mi paso por Campus Training ha sido positivo porque me ha dado un trabajo, pero ya no solo por eso sino porque me ha aportado madurez”.

“La atención que recibí con tutorías todas las semanas y la preocupación que tenían por mí: me hacía sentir muy bien”.

“Campus Training ha sido una de las mejores decisiones de mi vida y estoy muy agradecido”, remarca. ¿Lo que más le gustó de su formación? No lo duda: “La atención que recibí con tutorías todas las semanas y la preocupación que tenían por mí: me hacía sentir muy bien”. Y, cómo es la vida… ahora es él el que ofrece ese respaldo a sus huéspedes.

¡Buen trabajo y buena suerte Pablo!