6 minutos
¿Sabes para qué sirven las oposiciones realmente? Te contamos qué gana la Administración y qué consiguen los opositores mediante este sistema de acceso al empleo público. Si quieres conocer todos los detalles, sigue leyendo.
Antes de entrar de lleno en la cuestión de para qué sirven las oposiciones, veamos en qué consiste una oposición.
Tal y como dice el diccionario, una oposición es un “conjunto de pruebas selectivas en que los aspirantes a un puesto de trabajo, generalmente en la Administración pública, muestran su competencia, que es juzgada por un tribunal”.
Por tanto, las dos partes implicadas en cualquier proceso de oposiciones son la administración que las convoca y los aspirantes que intentan conseguir un puesto de trabajo. En este sentido, cada una de estas partes tiene una finalidad distinta a la hora de enfrentarse a las oposiciones. Te contamos por qué.
En el caso de las administraciones públicas, esta pregunta tiene una respuesta muy clara: las oposiciones sirven para seleccionar de forma objetiva a los mejores candidatos para un puesto de trabajo.
De este modo, la Administración persigue los siguientes objetivos a través del mecanismo de la oposición:
Todos estos objetivos y principios están garantizados por ley. De hecho, la propia Constitución Española de 1978 dice expresamente que todos los ciudadanos “tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos”. Además, señala que este acceso a la función pública se regirá por los principios de mérito y capacidad.
Posteriormente, el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) amplió esta cuestión incluyendo otros principios adicionales para el acceso a la condición de funcionario o personal laboral:
Como decíamos, la otra parte implicada en un proceso selectivo son los aspirantes a los puestos que se convoquen. Si estás leyendo esto, probablemente ya te encuentres en esta situación o estés planteándote preparar una oposición.
Entonces, ¿para qué sirven las oposiciones desde el punto de vista del aspirante?
Pues bien, los beneficios de este sistema son los siguientes:
Aunque las oposiciones hayan sido un sistema razonablemente bueno para reclutar empleados públicos, también pueden tener ciertos puntos negativos. Entre otros, podríamos citar los siguientes:
Aunque las oposiciones puedan tener ciertos inconvenientes, si quieres conseguir una plaza de empleado público, tendrás que adaptarte a este sistema de selección.
Sin duda, la ventaja es que el procedimiento está perfectamente definido en las bases de cada convocatoria. Por tanto, en todo momento vas a saber qué es lo que se exige y cómo va a evaluarse.
De ti dependerá prepararte perfectamente para dar respuesta a esas exigencias. En este sentido, recuerda los consejos que te dábamos en nuestro artículo sobre cómo aprobar unas oposiciones:
Finalmente, hay otra parte fundamental que también está interesada en el buen funcionamiento del sistema de oposiciones: el ciudadano.
En este sentido, si este sistema funciona adecuadamente, los ciudadanos podrán recibir un servicio y atención de calidad, prestado por las personas objetivamente mejor preparadas para hacerlo, al margen de presiones e intereses políticos.
Solo por poner algunos ejemplos, piensa en los siguientes casos que dependen directamente de un buen funcionamiento del sistema de oposiciones:
Ahora que ya sabes para qué sirven las oposiciones, ¿te animarías a preparar una? Aunque al principio pueda parecerte un reto abrumador, con un poco de esfuerzo y constancia puedes llegar muy bien preparado a cualquier proceso selectivo.