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La imagen que se tiene acerca de los centros penitenciarios a menudo está influenciada por todo tipo de ficciones donde se los retrata como lugares peligrosos en los que puede producirse una violenta pelea o un motín de un momento a otro. Pero, ¿realmente esta representación se corresponde con la realidad en España?
Si estás pensando en presentarte a las oposiciones para trabajar como funcionario de prisiones en una de las 65 cárceles que gestiona el Ministerio del Interior te interesará saber que la situación realmente es mucho más tranquila. ¡Sigue leyendo!
Películas como la famosa Celda 211 o series como Vis a vis son productos de ficción de una muy buena calidad y completamente disfrutables, pero en lo que se refiere a representar una realidad existente en nuestro país, se quedan bastante lejos.
También hemos podido ver reportajes reales realizados en cárceles de América Latina en los que la situación es completamente diferente, con motines organizados y violencia extrema hacia los funcionarios de prisiones y otros reclusos; como pasó en la reciente masacre producida en Ecuador.
El trabajo de un funcionario de instituciones penitenciarias en España no tiene nada que ver con la situación en otros países, sobre todo del continente americano
Si bien una cárcel no es un lugar agradable ni paradisíaco, la criminalidad en España se encuentra en mínimos históricos, sobre todo en lo que se refiere a delitos de homicidio y asesinato.
Este dato, junto a la política de reeducación y reinserción social, convierten a nuestro país en uno de los más seguros para trabajar en una institución penitenciaria.
En lo que llevamos de siglo, la población de reos en las cárceles españolas ha ido evolucionando de manera regular con un pico de 73.832 presos en el año 2009. Desde ese momento, las cifras no han dejado de caer, alcanzando un mínimo histórico de 48.184 personas reclusas en mayo de 2020; una cifra que no se alcanzaba en más de 15 años.
Esta tendencia se da también en las prisiones dependientes de la Generalitat de Catalunya, con una tasa de encarcelamiento todavía menor que en el resto de España, situándose en 115 encarcelados por cada 100.000 habitantes.
Las prisiones de hace unas décadas no tenían absolutamente nada que ver con las actuales. En una época en la que España todavía estaba inmersa en pleno proceso democratizador, las cárceles eran lugares mucho más agresivos y violentos, tanto para los funcionarios que trabajaban en ellas como para los propios reclusos.
Gracias al cambio del sistema penitenciario y de unas políticas activas que tienen como objetivo la reeducación y la reinserción en la sociedad de los reclusos, siempre que sea posible, ha tenido un éxito avalado por los datos.
Art. 25 de la CE: “Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados.”
De hecho, el número de agresiones en las penitenciarías españolas pasó de 475 en el año 2010 a 341 tan solo cinco años después; y la cifra cayó a 223 agresiones el pasado 2019. Hay que tener en cuenta que esta cifra incluye todo tipo de incidentes, desde un empujón a un insulto, siendo casi inexistentes las agresiones con objetos punzantes, muy propias de las películas carcelarias.
Lo mismo pasa con los casos de violaciones, con tan solo 11 denuncias en la última década. Así, esa percepción social de que las agresiones sexuales son de lo más habituales entre rejas es más un mito creado por el cine que una realidad.
Si bien para convertirte en Ayudante de Instituciones Penitenciarias no necesitarás superar ninguna prueba física ni un test psicotécnico, es importante que tengas en cuenta la delicadeza y responsabilidades que entraña este trabajo.
Estarás a diario conviviendo con personas de ámbitos y entornos muy diferentes a los tuyos, teniendo en ocasiones que lidiar con incidentes y situaciones delicadas. Por eso, la empatía, el autocontrol y la estabilidad emocional son completamente imprescindible para llevar a cabo las funciones que van aparejadas al puesto.
Ahora que por fin has despejado las dudas y miedos por trabajar dentro de una penitenciaría, te toca prepararte para acceder al puesto que tanto deseas. Supera el proceso de selección y realiza el período de prácticas para aprender todo lo necesario para trabajar en una prisión.
Con la formación de Campus Training conseguirás una muy buena base para lograr superar la próxima convocatoria y conseguir tu plaza fija a la primera. ¡Consigue la estabilidad laboral que tanto deseas! ¿A estás esperando?