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La disciplina positiva es una forma de educación basada en la empatía, el respeto mutuo, la colaboración y el desarrollo de las habilidades sociales de niños y niñas en contraposición a la educación basada en el castigo.
Si deseas conocer más sobre disciplina positiva no te pierdas nada de este artículo donde te contamos todos los detalles.
La disciplina positiva es un enfoque de crianza y educación que se centra en el respeto mutuo, la comprensión y la colaboración entre padres, cuidadores y niños.
Su función principal no es la corrección a través de la educación, sino de la conexión. Esta consiste en establecer en los pequeños un vínculo con los distintos tipos de entorno en los que se desenvuelven, como la familia o la escuela. A diferencia de métodos de disciplina más tradicionales que se centran en castigos y recompensas, la disciplina positiva se enfoca en enseñar a los niños habilidades sociales y de vida, fomentando un sentido de responsabilidad y respeto propio y hacia los demás. Su objetivo es pues plantear soluciones alternativas para los más pequeños.
La disciplina positiva se basa en la comunicación el entendimiento y la empatía para disfrutar de las relaciones familiares y enseña las herramientas para entender el comportamiento de niños y niñas y para reconducirlo de manera positiva sin luchas de poder de manera positiva. Este modelo rechaza tanto el control como la permisividad excesivos y se asienta sobra la colaboración y el respeto mutuo.
La disciplina obliga al educador a establecer un vínculo emocional con sus alumnos.
Con la disciplina positiva, los niños no percibirán como un rechazo a su persona la corrección sino como un error que deben corregir.
El docente también debe ser un modelo o guía para los alumnos y animarlos con la disciplina positiva a desarrollar cualidades como respeto, paciencia, estabilidad emocional, escucha activa, amabilidad etc.
Esta disciplina también motiva a los educadores a educar con firmeza pero respetando la confianza y autoestima de los menores para que se sientan aceptados y valiosos, algo que no sucede cuando se les castiga o grita.
La disciplina positiva recomienda acudir al diálogo siempre que sea posible y establecer acuerdos. Las normas en el aula deben estar consensuadas entre todos y si se incumplen habrá consecuencias o sanciones razonables pero no castigos desproporcionados.
El enfoque de esta disciplina se basa en destacar los buenos comportamientos y reforzar conductas positivas del alumnado para que se sientan más motivados. Es importante enseñar a los niños distintas alternativas de comportamiento para que puedan alcanzar sus objetivos sin perjudicar a los demás.
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Descarga gratis la guía formativaSi queremos saber el origen de la disciplina positiva tenemos que remontarnos a una fecha 1920 en Viena donde surgió un estilo de crianza para niños de manos del médico Alfred Adler.
Adler defiende la idea de tratar a los niños respetuosamente, argumentando que no significa consentir o mimar.
La idea en la que se basa esta disciplina, se introduce inicialmente en las aulas de Viena y se exportará a Estados Unidos a finales de 1930 gracias a Rudolf Dreikurs (psiquiatra y educador austríaco).
Más tarde dos mujeres y madres norteamericanas llamadas Jane Nelsen y Lynn Lott, tomaron y adaptaron la teoría de Adler y la convirtieron en lo que hoy se conoce como disciplina positiva.
En la década de los 80 Jane escribe su libro “Disciplina positiva” y en 1988 Jane y Lynn escriben “Disciplina positiva para adolescentes” y comienzan a enseñar tanto crianza de los hijos como habilidades de gestión del aula de manera experiencial. También escriben “Disciplina positiva en el aula” y desarrollan un manual repleto de actividades experimentales para los maestros y sus alumnos.
Aplicar disciplina positiva en la educación de los menores tanto en el aula como en casa o en otros ámbitos puede traer consigo resultados muy positivos. Entre las principales ventajas de este tipo de disciplina están:
Si deseas profundizar más en la disciplina positiva has de formarte con un curso de auxiliar de jardín de infancia ,la decisión más acertada para conseguir tu objetivo.
Para estudiar jardín de infancia puedes optar por un curso oficial y homologado a distancia. Este tipo de formación es para ti si quieres adquirir conocimientos académicos específicos sobre el cuidado y la atención a la infancia, especialmente enfocados a técnicas de animación infantil. También puede ser una formación a tu medida si estudias cualquier rama de educación infantil y quieres especializarte más en atención y animación.
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En el contenido teórico que vas a ver al estudiar jardín de infancia están materias como anatomía, cuidados del recién nacido, desarrollo cognitivo, motor y socioafectivo, alimentación en la etapa infantil, primeros auxilios, educación infantil, psicología infantil, trastornos del lenguaje, psicomotrices o psicológicos, así como aspectos psicopedagógicos de la educación infantil y su didáctica, entre otros.
Para trabajar con menores en educación infantil y aplicar principios de disciplina positiva necesitas la formación adecuada que puede ser un título de auxiliar de jardín de infancia para labores más asistenciales o un grado de técnico superior en educación infantil para tareas más educativas. Pero además de la formación es importante contar con ciertas habilidades o requisitos básicos para trabajar en este sector:
Ahora ya sabes más sobre la disciplina positiva, qué es y qué ventajas tiene para los niños y niñas en su proceso educativo y de crecimiento. Si deseas especializarte en educación infantil con un centro a tu medida, puedes hacerlo con un centro como Campus Training. ¿Comenzamos?