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La kinesioterapia es una técnica que permite reducir o eliminar problemas o dolores musculares o articulares. Se usa en procesos de rehabilitación y de forma preventiva. Si quieres saber más sobre ella, sigue leyendo.
La kinesioterapia es una técnica de fisioterapia que ayuda a la rehabilitación en varias situaciones, fortalece y estira los músculos, previene alteraciones motoras y optimiza el estado de salud. Esta técnica trata lesiones y enfermedades a través del movimiento
El origen de la palabra proviene de la palabra kinesis, que significa movimiento, y el sufijo — terapia —, por lo que etimológicamente sería “terapia del movimiento”.
Entre los objetivos de la kinesioterapia está mantener la capacidad funcional normal del paciente, recuperar rangos de movimientos, evitar la rigidez articular o perfeccionar la respuesta muscular
Además, permite mejorar el sistema cardio pulmonar, aumentar la coordinación motora y la flexibilidad y la fuerza de los músculos, permite mejorar la postura o llevar a cabo entrenamientos de marcha.
La kinesioterapia produce un aumento de la temperatura corporal, por lo que aporta oxígeno al cuerpo y, por tanto, una mejora del funcionamiento fisiológico en general. Además, estimula la función osteoblástica, que favorece la creación de hueso, produce una mayor nutrición a nivel muscular, disminuye la atrofia del cartílago y mejora la nutrición de los nervios periféricos.
La kinesioterapia permite corregir una mala postura u otros problemas de movilidad derivados de un accidente o similar. En resumen, activa el sistema articular y nervioso, permite ganar elasticidad en los músculos y reducir o eliminar lesiones o dolores, además de recuperarse después de un ejercicio intenso.
Existen dos clasificaciones de la kinesioterapia. Por un lado, en función del momento en el que se realiza, puede ser preventiva, si evita lesiones o problemas antes de que surjan o curativa, para tratar directamente la lesión.
En función de la actitud del paciente puede ser activa, si el paciente ejecuta movimientos tanto con ayuda o contra su resistencia, o pasiva cuando el paciente no ejecuta movimientos de forma voluntaria y se hacen mediante flexiones, presiones o tracciones hechas por un profesional, en este caso por un fisioterapeuta.
Con la kinesioterapia podemos llevar a cabo diversos tipos de ejercicios: de potencia muscular, de resistencia muscular, de coordinación y propiocepción, de relajación, ejercicios posturales, de elongación, respiratorios y pliométricos.
Cada vez, hay más demanda de esta disciplina tanto en la sanidad pública o en centros privados. También puedes trabajar en salud laboral y especializarte en atención a tercera edad.
Si deseas formarte en kinesioterapia debes formarte en esta rama con algunos de los diferentes cursos de salud.
Para los que sienten interés por el área de fisioterapia, una de las de mayor crecimiento en los últimos años, está el curso auxiliar de rehabilitación. En este curso vas a aprender en qué consiste la fisioterapia como proceso, conocer la anatomía humana, diferenciar las principales patologías respiratorias, cardiovasculares, digestivas… y servir como apoyo al fisioterapeuta a la hora de aplicar las distintas técnicas. En un área similar a esta tienes el curso de quiromasaje que te permitirá conocer, aplicar y dominar las técnicas del masaje terapéutico.
De los perfiles más demandados en el área sanitaria; el de auxiliar de enfermería o Técnico/a en Cuidados de Enfermería (TCAE, TCE). Para formarte en este perfil debes optar por el Grado Medio de Auxiliar de Enfermería, una titulación que te dará la llave para convertirte en un profesional dedicado a la asistencia de individuos y grupos centrado en la salud. Aprenderás todo sobre la asistencia y los cuidados clínicos sanitarios y serás un miembro más del equipo de enfermería.
La labor de una TCAE es fundamentalmente asistencial, pero también tiene una vertiente administrativa (planifica, organiza y evalúa las unidades de trabajo) e incluso docente (imparte programas de formación profesional o sobre autocuidados) o investigadora (colabora en equipos de análisis y estudios).
Si te interesa más el área farmacéutica, también puedes optar por convertirte en técnico de farmacia y parafarmacia. Un curso de auxiliar de farmacia te capacita para trabajar como técnico auxiliar en farmacias convencionales, en farmacias de centros hospitalarios o en establecimientos de parafarmacia. También podrás ejercer tu actividad en pequeños laboratorios de elaboración de productos farmacéuticos y similares. Entre tus funciones y competencias están orientar e informar al cliente, interpretar y dispensar las recetas, facturación y control del stock y realizar controles analíticos.
Otros de los perfiles más demandados en el área sanitaria es el de celador. Con un curso de celador te dará las herramientas y conocimientos necesarios para movilizar y trasladar al paciente, gestionar su higiene y poner en práctica las demás funciones de un celador sanitario en instituciones sanitarias y hospitalarias.
Además de la formación adecuada que puedes adquirir con los cursos de salud, para trabajar en cualquiera de las ramas sanitarias necesitas ciertas habilidades personales como son:
Ahora ya conoces a fondo qué es la kinesioterapia y sus amplios beneficios. Si deseas formarte en este campo con una academia especializada y a tu medida puedes contar con Campus Training. ¿Comenzamos?