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¿Crees que son difíciles las oposiciones de Magisterio? En este artículo analizamos a fondo este proceso selectivo para que puedas hacerte una idea más objetiva y realista acerca de su nivel de dificultad. ¿Empezamos?
Para que puedas juzgar si las oposiciones de Magisterio son o no difíciles, debes partir de dos premisas que son indiscutibles:
Ahora bien, estas dos premisas no nos impiden afirmar también que hay factores objetivos para medir la dificultad y que, en este sentido, no todas las oposiciones son iguales. Por tanto, serán esos aspectos objetivos los que tendremos en cuenta para analizar el nivel de dificultad de las oposiciones de Magisterio.
En cualquier caso, recuerda también que aspectos como el temario, la estructura de las pruebas o el nivel de competencia pueden variar en las diferentes comunidades autónomas y en las distintas especialidades de Magisterio: Infantil, Primaria, Educación Física, Música, Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje, etc.
Los principales factores objetivos que podemos tener en cuenta para determinar si son difíciles las oposiciones de Magisterio son los siguientes:
En los siguientes apartados analizamos en detalle cada una de estas cuestiones.
Como sabes, la titulación exigida para acceder a estas oposiciones es la de Grado en Magisterio o equivalente.
En lo que se refiere a los demás requisitos, son los habituales en cualquier otra oposición (edad, nacionalidad, capacidad funcional, no inhabilitación, etc.).
Por tanto, en este punto no hay ningún rasgo de especial dificultad en el proceso selectivo de Magisterio, aunque lógicamente es un poco más restrictivo que aquellos que no exigen una titulación específica.
El temario de las oposiciones de Magisterio puede variar ligeramente en función de la comunidad autónoma donde te presentes. De todos modos, lo habitual es que oscile entre los 25 y los 30 temas (en la especialidad de Primaria).
Por tanto, no es un temario especialmente extenso, sobre todo si lo comparamos con otras oposiciones de un nivel similar (las que requieren titulaciones de Grado). Así, con una buena organización y el tiempo suficiente, no te resultará difícil llegar a dominarlo de forma adecuada.
De hecho, este aspecto es uno de los que más deberían motivarte a preparar ahora estas oposiciones, ya que es previsible que el temario se incremente de forma considerable en el futuro.
Para estudiar el temario de forma más eficiente, es muy recomendable que sigas un horario regular que te permita ser constante en tu preparación. Además, es interesante que te marques objetivos acerca del número de temas a estudiar cada mes o cada semana. Esto te proporcionará una motivación adicional y te permitirá controlar tu progreso de una forma mucho más precisa y objetiva.
Como ya sabrás, estudiar el temario es solo una parte de lo que requieren las oposiciones de Magisterio. Y quizás en este punto radica uno de sus mayores factores de dificultad.
Así, a la prueba de conocimientos se añade la presentación de una programación didáctica y la preparación y exposición oral de una unidad didáctica extraída de dicha programación. Esto implica, por tanto, un importante trabajo de elaboración y preparación que supone una gran inversión de tiempo y esfuerzo.
Además, supone enfrentarse a una prueba oral, que es uno de los rasgos característicos de las oposiciones más difíciles. De todos modos, no llega al nivel de dificultad de los exámenes orales de algunos otros procesos selectivos del grupo A1.
De hecho, con una preparación adecuada y la ayuda de una academia de calidad, no tendrás problema para hacer un buen papel en esta prueba. Eso sí, procura no dejar la preparación de esta parte del proceso selectivo para el final, ya que requiere una considerable inversión de tiempo.
Por tanto, lo más recomendable es que vayas compaginando el estudio del temario con la preparación de la programación desde el primer momento.
Probablemente aquí radica uno de los aspectos que más contribuyen a la dificultad de las oposiciones de Maestros. Y es que, a diferencia de otras carreras, la salida más habitual del Grado de Magisterio pasa por preparar las oposiciones.
Así, la inmensa mayoría de graduados optan por esta vía al concluir sus estudios. Por tanto, aunque las convocatorias sean bastante frecuentes y generosas en las diferentes comunidades autónomas, lo cierto es que vas a tener que competir con muchos otros candidatos para obtener plaza.
No obstante, como siempre sucede, la clave radica en una buena preparación. Esto es así porque, de los aspirantes inscritos en la oposición, te encontrarás con que una buena parte no llegan a acudir a las pruebas. Y, de los que acuden, otro porcentaje también muy amplio no cuenta con un nivel de preparación adecuado.
En consecuencia, si nos quedamos con el bloque de aspirantes adecuadamente preparado, vemos que el nivel de competencia baja considerablemente.
En definitiva, podemos decir que las oposiciones de Magisterio no son de las más difíciles, aunque tampoco podemos incluirlas entre las más fáciles. Si te organizas bien, cuentas con la ayuda de una academia de calidad y eres constante en el estudio, seguro que consigues aprobarlas antes de lo que te imaginas.