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La asistencia terapéutica se sirve de un montón de recursos para favorecer la recuperación y el bienestar de pacientes afectados por todo tipo de problemas, tanto en hospitales o centros clínicos como en sesiones que se llevan a cabo al aire libre.
Entre aquellas cuya efectividad ha sido demostrada en las últimas décadas se encuentra la terapia con animales para pacientes de Alzheimer; una enfermedad degenerativa con una incidencia que puede ralentizarse con la ayuda de un perro y un técnico especializado.
Hoy te contamos todo lo que necesitas saber acerca de una técnica y profesión pensada para favorecer a los más débiles.
Siempre que hablamos de terapias que se sirven de animales (normalmente perros) para mejorar las condiciones de algún paciente, es importante entender que se trata de técnicas de reciente creación en España que todavía están en continuo estudio y evaluación.
La organización internacional encargada de recoger los datos de los profesionales que guían este tipo de intervenciones es la Animal Assisted Intervention International.
En su definición de las IAA (Intervenciones Asistidas con Animales) establece que estas van “destinadas a la promoción de una mejora psicológica, social, emocional y/o cognitiva de las personas destinatarias a través de un equipo especializado y entrenado de intervención […] dirigida y desarrollada por un profesional de la salud o de la educación especializado y con experiencia dentro del alcance de su profesión”.
A pesar de ello, desde que se empezaran a probar las terapias con animales para personas con Alzheimer, numerosos estudios científicos han demostrado su utilidad a la hora de influir de manera positiva en el estado alterado y en los comportamientos descontrolados de los pacientes.
Uno de estos primeros estudios en todo el mundo fue desarrollado en el año 2010, en el que se demostró cómo las terapias con animales en pacientes de Alzheimer fomentan activamente el contacto social de la persona afectada, propiciando el contacto físico, las verbalizaciones y las expresiones de felicidad como las risas y sonrisas.
Como bien saben los expertos en enfermedades degenerativas y demencias, esto puede ser clave a la hora de ralentizar los efectos negativos de la afección.
Además, favorece la creación de un ambiente de tranquilidad, confianza y felicidad en el enfermo; siendo también enormemente beneficioso para la familia y para su entorno más cercano.
Las Terapias de Asistencia con Animales para el Alzheimer exigen la presencia de técnicos especializados y formados para servir de guías, dando indicaciones tanto al perro como al paciente.
Este profesional se servirá de diferentes técnicas para incidir en aquellas actividades y ejercicios que se llevarán a cabo durante las sesiones, tanto individuales como grupales.
Estas se realizarán por el equipo humano-animal en centros clínicos, hospitales, geriátricos y centros de día. Los últimos trabajos también han demostrado cómo este tipo de intervenciones son muy beneficiosas también en el hogar del paciente, pues se encuentra en un contexto más favorable para ello.
Según una línea de investigación iniciada en el año 2012 por el Centro de Referencia Estatal de Alzheimer del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) en relación a la Intervención Asistida con Perros, las terapias con perros inciden beneficiosamente en los siguientes aspectos:
Las diferentes sesiones de terapia con enfermos de Alzheimer asistidas por animales que se han realizado a lo largo del país, han constituido experiencias enormemente positivas según los implicados.
En las terapias con perros se practican juegos y ejercicios a nivel cognitivo y sensorial, con el foco puesto en el tacto, el olor, la memoria y las emociones.
Los perros actúan siempre de hilo conductor con un impacto inmediato en la motivación de los ancianos; produciéndose también a nivel emocional a través de la mirada, el contacto físico al apoyar el animal su cabeza en el regazo de la persona o el hecho de poder acariciarlos.
En las sesiones grupales se fomenta la interacción entre las personas implicadas; lo que estimula su socialización y favorece un entorno de confianza en el que se puedan sentir seguros, a gusto y en confianza para poder expresarse libremente sin estar coartados o avergonzados.
Además de servir de gran ayuda a los pacientes con Alzheimer, la terapia asistida con animales está siendo cada vez más empleada con niños que sufren problemas de comportamiento o ancianos que se encuentran en situaciones de soledad e incomprensión.
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