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La terapia con delfines o delfinoterapia es una técnica que permite tratar diversas patologías o trastornos gracias al contacto terapéutico con estos mamíferos. Es una terapia acuática alternativa que puede descubrirnos múltiples beneficios de trabajar e interactuar con estos simpáticos animales. Os contamos todo lo necesario sobre terapia con delfines.
La terapia asistida por delfines es una forma de terapia que usa a estos animales para mejorar el estado físico, psíquico o emocional de los pacientes. Se basa en fundamentos y conceptos de medicina, psicología y terapia asistida con animales.
Este tipo de tratamientos deben llevarse a cabo siempre por un profesional y no son sustitutivos de tratamientos farmacológicos o tradicionales. Se usan para mejorar la calidad de vida de muchos usuarios o pacientes y se basan en la capacidad curativa del medio acuático y la interacción y colaboración con los delfines.
El hecho de elegir el delfín para este tipo de terapia tiene un motivo. Se trata de un animal curioso y que emite ondas para comunicarse y orientarse. A través de estas ondas pude detectar objetivos y ubicarse en el entorno. Se ha comprobado que estas ondas tienen beneficios para los humanos. Por ello la terapia con delfines es comparable a la terapia con ultrasonidos y de esta manera esas ondas que emiten los delfines son capaces de activar funciones biológicas como el metabolismo o la circulación de la sangre y mejorar el estado del paciente.
Se trata de ondas de entre 8 y 13 megaherzios que producen un efecto relajante en el cerebro y que este es capaz de producir por si mismo una vez las recibe del delfín. Las ondas estimulan el hipotálamo y producen endorfinas que activan la pituitaria. Así el cerebro se relaja, se regula la presión arterial y se reduce el nivel de azúcar en sangre además de reducirse también las sensaciones de estrés o de ansiedad.
La terapia con delfines es útil por tanto también para aumentar la capacidad de aprender, de memorizar, de elevar la concentración y la percepción del entorno. Mejora la energía vital y elimina la ansiedad y el estrés. Actúa sobre la motricidad y el plano cognitivo y por tanto es ideal para personas que sufren trastornos motores o psicocognitivos.
En concreto, la terapia con delfines se puede aplicar a personas con enfermedades psíquicas, trastornos del comportamiento o de comunicación. Sirve también para usuarios con poca autoestima o problemas de relación social, personas con trastornos emocionales y psíquicos, parálisis cerebral, autismo, rehabilitación postquirúrgica, patologías que cursan con tetraplejia, hemiplejia, depresión, espina bífida, distrofia muscular, lesiones y traumas cerebrales, víctimas de violencia, alteraciones del habla y de la vista etc.
La delfinoterapia también puede resultar de ayuda para personas con fibromialgia reumática, parkinson, esclerosis múltiple, alzhéimer y depresión o ansiedad.
Los delfines más utilizados para este tipo de tratamientos, son los de la especie “tursciops truncatus”, conocidos coloquialmente como “nariz de botella.
La terapia con delfines se inició en 1978 gracias al doctor David Nathason, que fue pionero en la aplicación de esta técnica junto al doctor Horace Dobbs en Florida.
Nathanson sostiene que el principal impedimento para que los niños con alguna discapacidad intelectual aprendan está más en las dificultades para prestar atención que en la incapacidad en sí para aprender. El doctor llamó a esto hipótesis de la atención deficiente. Trabajó con un grupo de seis niños con trastornos variados como hidrocefalia o síndrome de down.
Cada uno de los niños tenía q memorizar algunas palabras. En caso de que las aprendiera se le recompensaba jugando con el delfín, acariciándolo o remolcando al niño. La respuesta al tratamiento fue muy positiva y la mitad de los niños retuvieron ese conocimiento hasta un año después de la terapia con delfines.
Nathanson presentó estos resultados en septiembre de 1988 al Congreso Internacional de Psicología en Australia y posteriormente en la Clinical and Abnormal Psychology. Estos primeros resultados positivos del equipo de Nathanson favorecieron que el Dolphin Research Centre creara el » Programa Delfín-Niño», un programa del que se pudieron beneficiar niños alrededor de todo el mundo.
Cabe destacar que dos años antes, en 1976, el doctor Horance Doobs usó la terapia con delfines en personas con fuertes tensiones para aliviar el estrés. Tras llevar a cabo la terapia se observó que los pacientes se tranquilizaban y gratificaban sus procesos mentales, produciendo mejores resultados.
En España los primeros en emplear delfines en el tratamiento de pacientes con síndrome de Down, depresiones y autismo fueron los miembros de la Fundación Delfín Mediterráneo. Sus trabajos en el delfinario de la Costa Brava de Girona obtuvieron buenos resultados.
Esta actividad se ha ido desarrollando en las últimas décadas para tratar, sobre todo, a pacientes con problemas en sus habilidades comunicativas y motoras. El tratamiento se basa en el apoyo emocional que el delfín proporciona a las personas gracias a su compasión y simpatía.
La delfinoterapia conlleva una experiencia positiva mediante la interacción con delfines en el agua. Es una terapia que sirve para mejorar la calidad de vida y que puede conseguir cambios físicos, psíquicos emocionales y sociales.
Desde el punto de vista pedagógico puede ofrecer cierta independencia también a las personas que desarrollan esta actividad. Algunos recientes estudios demuestran que la terapia con delfines tiene múltiples beneficios. Entre ellos, es capaz de mejorar la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, la sensación de ansiedad o de dolor subjetivo.
Además, con este tipo de terapia es posible mejorar también la calidad del sueño, la motivación, la concentración, la percepción, la comunicación, la autoestima, la motricidad, el equilibrio y la relajación.
En las diferentes experiencias con esta terapia se ha observado que las ondas cerebrales de los pacientes en presencia de los delfines producen una armonización entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro. Esto es algo que aporta un estado de relajación mental.
Las ondas ultrasónicas emitidas por los delfines generan endorfinas y otras sustancias que ayudan a mejorar la conexión entre las neuronas, y además incentivan el funcionamiento de ambos hemisferios cerebrales.
Debido a los cambios neurológicos y neuroquímicos se producen beneficios emocionales, intelectuales y físicos. Se mejora el sistema inmunológico, la coordinación motora, el lenguaje, el estado de ánimo o el contacto social. En general ayuda a que las personas con problemas del lenguaje, motores y auditivos tengan mejores condiciones y a que los adultos sean capaces de desintoxicarse en caso de adicciones o de trastornos alimenticios como anorexia o bulimia.
Es una terapia además ampliamente usada con niños debido a su potencial didáctico. Se utiliza especialmente en el aprendizaje de niños con síndrome de down y se ha comprobado que tras la terapia niños con este síndrome eran capaces aprender con más rapidez. Además, es capaz de mejorar la atención en niños con déficit de atención por hiperactividad. En el caso de los autistas ayuda a que mejoren su capacidad de prestar atención y sus procesos de enseñanza.
Si quieres convertirte en terapeuta para ejercer delfinoterapia vas a tener que formarte de manera específica con un curso de terapia asistida con animales. Con esta formación vas a poder llegar a ser un asistente del profesional de los servicios sociosanitarios que incluyan en sus programas este tipo de técnicas.
Conseguirás un título propio y abordarás conceptos teóricos y prácticos propios de esta terapia, enfocada en este caso a los delfines pero válida para otro tipo de animales como perros o caballos. El curso puede ser en modalidad presencial o a distancia y debe llevar prácticas profesionales asociadas para poder ver de cerca cómo se trabaja con este tipo de animales.
La formación puedes ir orientada a personas que desean mejorar la vida de otras, amantes de los animales y preocupadas por trastornos como dificultades cognitivas y psicológicas y por pacientes con problemas de exclusión social que puedes ayudar para mejorar su integración.
Aplicar este tipo de terapia requiere además de formación un conocimiento profundo del animal y conocer el procedimiento. El delfín se deja tocar, y además hace contactos con distintas zonas del cuerpo la persona, como la columna, manos, plantas de los pies. Así le puede transmitir ondas ultrasónicas alfa, beta y theta. Las sesiones en el agua pueden durar de 15 a 20 minutos. Se pueden complementar con otras actividades como ejercicios cognoscitivos, masajes, o cualquier otra actividad que el terapeuta considere conveniente, según el caso.
Al acabar las sesiones de terapia con delfines, se hace el balance de resultados obtenidos y el profesional determina si se debe repetir el tratamiento. El efecto de los estímulos obtenidos suele durar varios meses tras el tratamiento.
Este tipo de terapia tiene lugar de forma individual o en grupos reducidos, que nunca superan las cuatro personas. Siempre debe estar dirigida por un terapeuta o especialista que supervise la sesión
Si quieres convertirte en experto en terapia con delfines, solo tienes que optar por una formación a tu medida y podrás desarrollar esta profesión y ayudar a personas que lo necesitan. Si quieres ayuda, en Campus Training te guiamos para lograr tu meta.