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El uso de terapia asistida con perros para personas que sufren autismo mejora su vínculo con el exterior, su estado emocional y sus habilidades de comunicación, entre otros beneficios. En este artículo te vamos a explicar a fondo qué y cómo es la terapia con perros para tratar el autismo. Toma buena nota.
El autismo es un tipo de trastorno del desarrollo neurológico, que dificulta las relaciones sociales, y la capacidad de comunicación de las personas. Entra dentro de lo que se denomina “trastornos del espectro autista” (TEA), y suele detectarse antes de los 3 años.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) 1 de cada 160 niños tiene Trastorno del Espectro Autista (TEA) y, según la Confederación de Autismo, alrededor de unas 450.000 personas en España padecen esta enfermedad.
No existe una curación definitiva para este trastorno pero sí hay terapias que pueden ayudar en el tratamiento de personas o niños con autismo. Es el caso de la terapia asistida con animales y muy especialmente con perros. Este tipo de terapias ayudan a los usuarios a tener una mayor apertura con el exterior a través del vínculo que crean con el perro. Esto es un punto de partida para trabajar y mejorar las relaciones, las emociones, la apertura con el mundo y la comunicación.
Los perros pueden ayudar a los participantes a relacionarse con el exterior y con otras personas gracias a las emociones y a la atención que despiertan.
El vínculo entre animales y personas es el punto de partida para trabajar procesos de comunicación, relación y apertura emocional.
La relación del perro con el paciente con autismo le permite mejoras en los campos del lenguaje y a nivel cognitivo. Los animales ofrecen también una estimulación permanente para niños autistas que tienen graves problemas de lenguaje.
La terapia asistida con perros posibilita una gran cantidad de ventajas y beneficios para pacientes o niños que sufren autismo. Vamos a descifrar algunas de las más importantes.
Uno de los principales beneficios de esta intervención terapéutica es que fortalece la autoestima. La persona con autismo crea un vínculo o conexión con el perro y esto le ayuda a ganar confianza y seguridad en sí mismo y su entorno.
Otro beneficio de la terapia es que el paciente con autismo es capaz de entrenar su motricidad.
Además, ayuda a que desarrollen mejores habilidades de comunicación y que la socialización sea una tarea más sencilla.
Con la terapia con perros es posible también reducir el estrés, la ansiedad y los sentimientos de soledad y mejorar el humor y la sensación de bienestar. Por tanto, el niño o niña con autismo será capaz de realizar más actividades de ocio y disfrutar de ellas.
Otra ventaja que tiene la intervención terapéutica con perros en estos casos es la reducción de la agresividad. Por lo general se consigue que los menores sean menos agresivos y que la agresividad e introversión sean menos habituales. Se logra que los menores pierdan el miedo a la comunicación con el otro, mejoran el contacto visual y la afectividad. Al crearse un buen vínculo entre el perro y el usuario, la persona con autismo va a estar más relajada sin darse cuenta.
La terapia con perros para personas con autismo también ofrece mejoras en el campo cognitivo y del lenguaje. Si el niño o paciente tiene problemas graves del lenguaje, la terapia es capaz de mejorar aspectos como la formación de frases, el aprendizaje de letras o de palabras, de partes del cuerpo etc.
La conexión del niño o paciente con autismo y el perro es la base de esta terapia. El niño se siente comprendido y no juzgado por el perro y este se convierte en un aliado ya que tiene una gran capacidad adaptativa. El objetivo es conseguir siempre que después de la terapia la persona consiga mayor autonomía e independencia y que sea capaz de descifrar mejor los comportamientos humanos y la forma de relacionarse.
Otro de los beneficios de esta terapia es que el niño o usuario tendrá más resistencia a la frustración ya que aprenderá a ser más paciente respetando los tiempos del perro.
Tener cerca al animal hace que se sienta más seguro y disminuyan sus niveles de estrés y ansiedad.
El perro es capaz de ofrecer al paciente con autismo un punto de anclaje y enfoque de la realidad y a filtrar mejor la información sensorial que recibe del exterior. También le puedes ofrecer una sensación de mayor seguridad y evitar posibles accidentes ya que en ocasiones los niños con autismo no tienen desarrollado el concepto de seguridad personal.
La terapia con perros para personas con autismo hace también que estas disminuyan sus conductas compulsivas. El perro es un aliado del terapeuta y le ayuda a que la persona autista logre mayor nivel de aceptación, mayor motivación por la terapia y crea un ambiente más agradable y seguro.
El perro puede servir de puente para que las personas con autismo sean capaces de interpretar las situaciones comunicativas, potencien la visión que tienen de sí mismos y mejoren el desempeño de algunas tareas y funciones cognitivas y comunicativas básicas.
El vínculo entre el ser y humano y el perro se remonta a la antigüedad y bajo el signo de la cooperación y la colaboración el vínculo ha traído muchos beneficios para las personas y para los perros.
Recordemos que el perro fue el primer animal en ser domesticado. Aunque no hay unanimidad sobre las fechas se cree que pudo ser hace unos 12.000 o 15.000 años en Oriente Medio o Asia aunque otros estudios sostienen que pudo ser incluso mucho antes, hace unos 30.000 o 40.000 años.
En la antigua Grecia se comenzaron a usar los animales con fines terapéuticos y en el año 1.200 a de C. ya se utilizaban perros en los templos de sanación griegos. Plinio el Viejo alababa los beneficios para la salud que tenía la compañía de los perros y un poco más tarde en el siglo IX se comenzó a usar en Bélgica la “Therapia Naturelle”. Consistía básicamente en que los pacientes aprendan a cuidar de las mascotas y así crear un vínculo entre ellos que reduzca niveles de estrés y aumente motivación y autoestima.
La terapia con perros se fue extendiendo a otros animales como los caballos y así en el siglo XVII, este equino empezó a formar parte de los tratamientos terapéuticos de personas con discapacidad. En 1972 se publicó el primer informe sobre la eficacia de las terapias con animales domésticos. Y a partir de aquí el uso de animales de compañía se extendió por Europa. Por ejemplo, la terapia con animales o zooterapia se usó para tratar a personas con trastorno del espectro autista en 1867 y también a personas con epilepsia en un centro psiquiátrico en Bethel (Alemania).
Ya en el siglo XX las terapias asistidas con animales se convierten en una práctica cada vez más frecuente. Así tenemos algunos ejemplos de mitad del siglo. Por ejemplo Hospital para Convalecientes de la Fuerza Aérea el Ejército de Pawling (Nueva York) que introdujo en 1944 esta terapia para veteranos de guerra con trastorno de estrés post traumático. La fundadora de la enfermería moderna Florence Nightingale incorporó animales para tratar a soldados británicos heridos. En 1974 se ejecuta el primer programa de asistencia con animales para reclusos en el Centro Forense Oakwood, Ohio.
Otra fecha clave es 1982, en la prisión Purdy, en Estados Unidos, se inicia el primer programa de adiestramiento de perros en una prisión y así muchos más ejemplos del uso de animales para mejorar la vida de personas en situaciones complicadas.
En la actualidad esta terapia con animales sigue en constante crecimiento y numerosos estudios han demostrado los beneficios que la misma tiene para la salud física y mental.
Para llevar a cabo la terapia asistida con perros en personas con autismo, el terapeuta o profesional debe seguir unas pautas concretas a la hora de aplicarla. Lo primero es buscar un lugar tranquilo y sin apenas estímulos para que el paciente con autismo se encuentre cómodo. Lo importante es lograr que se cree un vínculo entre el perro y el paciente y conseguir que se interese por el perro para que el paciente autista logre salir de su mundo interior y conectar con el exterior.
Para mejorar el vínculo el terapeuta puede buscar un objeto que una al niño o paciente autista con el perro y así podrá fortalecer su motricidad si se trata de un objeto que tenga que mover. De este modo se consigue reforzar también la autonomía personal y la autoestima.
Es importante recompensar al paciente con refuerzo positivo en cada una de las acciones que desarrolle con éxito. La idea es que la persona o niño con autismo pierda el miedo al contacto visual y físico y pueda desarrollar sus emociones hacia el exterior, reducir su ansiedad y su estrés y mejorar sus habilidades sociales y comunicativas.
A la hora de llevar a cabo una terapia asistida con perros y personas autistas es importante también saber elegir bien el tipo de perro que se usa para la intervención. Han de ser perros tranquilos y acostumbrados a estar con personas y por tanto entrenados para colaborar de forma positiva.
Por un lado, están los perros de terapia que se usan en los tratamientos terapéuticos y potencian los efectos psicoeducativos. Ayudan a disminuir estrés y ansiedad de personas con autismo y a mejorar sus habilidades sociales y comunicativas.
Por otro lado, están los de servicios que se entrenan de forma específica para atender las necesidades de niños o personas con autismo. En este caso el perro acompaña al niño en su recorrido diario habitual, le ayuda en las tareas del hogar para fomentar su autonomía, es un promotor de las relaciones sociales e interviene físicamente si el niño sufre una crisis o se pone ansioso o agresivo.
Si quieres trabajar en esta actividad vas a tener que formarte de manera específica con un curso de terapia asistida con animales. Con esta formación vas a poder llegar a ser un asistente del profesional de los servicios sociosanitarios que incluyan en sus programas este tipo de técnicas.
Conseguirás un título propio y abordarás conceptos teóricos y prácticos propios de esta terapia con animales tales como perros, delfines o caballos. El curso puede ser en modalidad presencial o a distancia y debe llevar prácticas profesionales asociadas para poder ver de cerca cómo se trabaja con este tipo de animales.
La formación puedes ir orientada a personas que desean mejorar la vida de otras, amantes de los animales y preocupadas por trastornos como dificultades cognitivas y psicológicas y por pacientes con problemas de exclusión social que puedes ayudar para mejorar su integración.
Aplicar este tipo de terapia requiere además de formación un conocimiento profundo del animal y conocer el procedimiento. El trabajo puede realizarse de forma personal con un solo paciente o en sesiones grupales. El tipo de animal que se usa en la terapia asistida depende de los objetivos y finalidad de la intervención terapéutica.
En general, aplicar este tipo de tratamientos conlleva una serie de ventajas o beneficios fundamentales en casi todos los casos. Entre estas ventajas están mejorar las destrezas motoras, aumentar la autoestima y la atención, reducir la ansiedad, el estrés o la sensación de soledad. También ayudan a reducir la presión arterial, mejoran la psicomotricidad o ayudan a desarrollar una mejor interacción con las personas y una mejor socialización.
Es posible también con la terapia asistida con animales mejorar también la calidad del sueño, la motivación, la concentración, la percepción, la comunicación, la autoestima, la motricidad, el equilibrio y la relajación.
En general ayuda a que las personas con problemas del lenguaje, motores y auditivos tengan mejores condiciones y a que los adultos sean capaces de desintoxicarse en caso de adicciones o de trastornos alimenticios como anorexia o bulimia.
Es una terapia además ampliamente usada con niños debido a su potencial didáctico tanto en niños con trastorno autista como en niños con otro tipo de trastornos como síndrome de down, trastorno de déficit de atención etc.
La terapia asistida con animales es una actividad cada vez más demandada que te permitirá trabajar en centros hospitalarios, en centros de menores o con personas de la tercera edad, pero también en clínicas veterinarias y centros de adiestramiento.
Ahora que ya sabes todo sobre la terapia con perros para personas con autismo y todos los beneficios que pueden conllevar para tatar este tipo de trastornos, es hora de que te formes de manera especializada para ser terapeuta. Si quieres conseguirlo, en Campus Training te ayudamos con un método especializado y enfocado a ti y a tus necesidades. ¿Comenzamos?