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La enseñanza se define como la acción y el resultado de compartir una serie de conocimientos, estrategias y destrezas con otras personas. En este proceso intervienen tres elementos clave: el profesorado, el alumnado y el contenido. Sin embargo, cuando nos referimos a la enseñanza virtual, interviene un cuarto elemento que es el medio a través del cual se produce el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Así pues, la enseñanza virtual es aquella en donde el alumno aprende de forma online y donde el mecanismo que da parte al conocimiento se realiza únicamente a través de Internet.
Esta modalidad también es conocida por otros términos sinónimos que permiten identificar esta forma de enseñanza fácilmente. Algunos de ellos son: teleformación, formación online, enseñanza e-learning, educación virtual o enseñanza en línea.
Con el auge de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación), cada vez está más extendido el uso de la enseñanza virtual, pero ¿Sabes realmente cuáles son sus fundamentos? ¿todas sus ventajas? y ¿cómo evolucionará en un futuro? Todas éstas y más preguntas las abordaremos en el presente artículo. Vayamos, pues, con ello.
En la revista internacional Computers & Education, se especifica que fue a mediados de 1996 cuando empezaron a aparecer las primeras escuelas que ofrecían una enseñanza virtual. Siendo en Australia, Nueva Zelanda, América del Norte y Reino Unido, áreas de baja densidad de población y con difícil escolarización por medios tradicionales, los lugares iniciales en donde surgieron. Con el desarrollo de la informática se consolidó la utilización de los ordenadores con fines educativos, creándose escuelas virtuales en otras partes del mundo.
Muchas de las escuelas virtuales actuales provienen de las primerizas escuelas a distancia. Si bien deben su origen a ellas, actualmente educación a distancia y enseñanza virtual no son lo mismo y conviene diferenciar los términos.
En el caso de la formación online siempre es preciso que la institución educativa cuente con un LMS (Learning Management System), es decir, un sistema o plataforma virtual a través del cual el estudiante pueda acceder a los recursos educativos.
Mientras que la educación a distancia se puede producir recibiendo simplemente los recursos educativos por email o incluso por correo tradicional, sin que exista un seguimiento a través de una plataforma por parte del profesorado.
Estudiar de forma presencial, como se hizo mayoritariamente hasta tiempos no tan lejanos, sigue siendo la forma preferida de la mayoría de los alumnos.
Entre sus ventajas se encuentra una mayor interacción, puesto que es más fácil realizarla al estar presente. Mirar a la cara a tu compañero/a de clase, escuchar las explicaciones del profesor y preguntar al momento y en directo, son muchas de las ventajas de estudiar presencialmente en cualquier institución.
Sin embargo, cuando realizas una formación online quizás algunos de estos beneficios no puedas disfrutarlos plenamente. Por ejemplo, no es lo mismo preguntar directamente una duda al profesor o profesora quien te responderá al momento, que enviar un email y esperar su respuesta.
Si bien es cierto que puedes conectarte en directo (en streaming) a la plataforma virtual que se utilice para realizar el aprendizaje, y preguntar al momento, puedes toparte con cualquier problema como: faltas de conexión a la red, que no se oiga bien…o que no sea el momento preciso para formular la pregunta.
Si bien la formación online puede compartir los beneficios que proporciona una escuela física, no siempre es posible y en cualquier caso disfrutarlos. Sin embargo, la enseñanza e-learning tiene múltiples ventajas que pueden primar por encima de los inconvenientes dependiendo de la situación. Algunas de ellas son las siguientes.
Por ejemplo, las clases pueden presentarse a través de vídeos explicativos que pueden visualizarse en cualquier momento. Así pues, la respuesta de dudas por el equipo docente podría realizarse en un turno de horario de tutorías en el que el alumno se conecte a la plataforma y formule todas sus preguntas. Esto puede realizarse de forma individual con cada alumno adaptando ambos sus horarios, de manera que el proceso de aprendizaje sea más individualizado.
Se puede realizar el proceso desde cualquier lugar y también en un horario determinado. Además, en la línea de la comentado anteriormente, el alumno puede ir a su ritmo y adquirir los conocimientos según sus competencias concretas.
La educación virtual puede llegar a reunir comunidades de estudiantes desde cualquier punto del mundo, pudiendo obtener una mayor visión sobre cualquier asignatura tradicional.
Algunos de estos contenidos son los interactivos que van más allá de un simple texto pudiendo desarrollar un tema concreto ampliando la información.
Con la posibilidad y acceso a estos recursos los alumnos consiguen una mayor interactividad resultando el aprendizaje mucho más dinámico.
Algunos ejemplos son los siguientes:
El equipo docente en la formación online va más allá de la transmisión del conocimiento. Su papel debe ser el de motivar al alumno a aprender estimular el pensamiento crítico del estudiante y fomentando sus cualidades.
El profesorado debe dar su feedbak preocupándose por las inquietudes y dudas del estudiante. Y también, consigue estimular la actitud autodidacta del alumno, lo que le permitirá ganar confianza y soltura.
Cuando pensamos en la formación online, lo primero que se nos viene a la cabeza es una falta de interacción porque todo el proceso de aprendizaje se realiza “desde casa”. Muchos estudiantes valoran de forma negativa la falta de contacto personal con sus compañeros y profesores; algo fácilmente remediable en la educación tradicional.
Otra de las diferencias también son las oscilaciones entre las instituciones educativas, así como posibles problemas relacionados con la acreditación de la formación en sí.
No olvidemos que no todas las instituciones educativas ofrecen el mismo tipo de enseñanza.
Como decíamos al comienzo del artículo, una formación online requiere del uso de tecnología, de herramientas informáticas, y es preciso que el alumno tenga unas nociones básicas de cómo buscar en internet. Además, debe disponer de un ordenador que sirva a estos fines y de un adecuado espacio de trabajo. La brecha digital puede ser un gran inconveniente en este tipo de educación.
El alumno/a debe ser capaz de organizar sus propios horarios y rutinas de estudio, al hacerlo “desde casa”, corre el riesgo de despistarse, perder la motivación y atrasarse con todas las clases y trabajos. Por ello, que disponga de cualidades como la autodisciplina, autocrítica y exigencia es positivo.
En cierto modo que los alumnos no asistan a clase de forma presencial puede figurar como que se “esfuerzan menos”, ocasionando que se les exija un mayor rendimiento. Es necesario pues que el profesorado controle el progreso de los alumnos y los motive más activamente, por lo que el estudiantado deberá dedicarse regularmente a los estudios.
Las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) pueden representar una gran ayuda en la educación online, sin embargo, se ha demostrado que no necesariamente acompañan en el proceso de aprendizaje. Lo más importante es la calidad del contenido que se quiera enseñar y que la tecnología empleada sea la que se adapte a ella.
Depende del equipo docente el saber aprovechar el entorno virtual para mejorar en su actividad educativa y divulgativa. Que aporte un feedback a sus alumnos, realice un mayor seguimiento valiéndose de estas herramientas tecnológicas y logre un mayor rendimiento pasa por tener unas cualidades intrínsecas personales. Es decir, no solo debe ser un buen profesor/a sino también una buena persona con valores propios.
Las herramientas tecnológicas avanzan a pasos desorbitados asistiendo el alumnado y la sociedad en general a un bombardeado constante. Todo lo que está de moda, ya sean juegos en línea, chats, aplicaciones, son una nube de entretenimientos a los que están acostumbrados las nuevas generaciones.
Existen dos bandos entre los estudiantes: los que ya crecieron sumergidos en todo este universo tecnológico; o los que se tienen que adaptar y acostumbrar al mismo.
Esto quiere decir que una educación virtual requiere de una adaptación coherente del alumno previa a esta tecnología; pudiendo las TIC ser un arma de dos filos.
Estas herramientas no deben marcar por si solas la pauta para una mejor educación, sino al contrario, se debe reflexionar sobre cómo y para qué pueden servir sin adaptarse la educación a ellas. Y es aquí donde el equipo docente toma un papel preponderante.
Los profesores y profesoras, al igual que los alumnos, tienen que adaptarse irremediablemente a las tecnologías actuales para poder dar sus clases en una metodología virtual.
El buen profesorado debe de tener habilidades y competencias adecuadas para evitar que el alumnado se pierda.
Si no le sacan el máximo provecho no podrán realmente comunicar un aprendizaje significativo porque éste no depende únicamente del estudiantado y, menos aún, en un entorno virtual.
Sería interesante que hubiese un programa de estímulos que incentivase el rendimiento de los docentes revisando sus capacidades. Premiando a aquellos que tuviesen iniciativa en actualizar sus programas de clases y que aporten el diseño de nuevas y mejores estrategias de enseñanza. Siendo esto mismo extrapolable a la educación tradicional.
En otros tiempos, cuando la tecnología no estaba tan presente en la educación, se generaba contenido de excelente calidad y se hacía llegar de igual modo a todo el mundo a través de las instituciones educativas de toda la vida.
Hoy en día, existe quizás un exceso de información y el conocimiento real y verídico en ocasiones sólo lo tienen unos pocos. Por ello, la tecnología que sirve a la educación online no implica directamente un aprendizaje significativo.
Lo primero a tener en cuenta para lograr los mayores resultados en una educación virtual, es que el equipo docente tenga clara la información y conocimiento que quiere transmitir a sus alumnos.
Lo segundo, y que representa un gran reto, es que se adapten a dichas tecnologías y las sobrelleven de forma que el alumnado pueda alcanzar una mejora sustancial en su educación.
Ante todo, lo primero siempre será la calidad del conocimiento que se quiera trasmitir, siendo irrelevante el medio a través del cual se trasmita.
Como decía el filósofo inglés John Locke: “El trabajo del maestro no consiste tanto en enseñar todo lo aprendible, sino en producir en el alumno amor y estima por el conocimiento”.
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