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Trabajo social y educación social. Suenan muy parecido ¿verdad? Aunque es cierto que los dos son bastante más que un sencillo puesto de trabajo por su faceta vocacional y por estar volcados en ayudar a los más desfavorecidos, en realidad son dos perfiles profesionales distintos. ¿Quieres saber a qué se dedica cada uno y qué estudios precisan? ¡Conócelos!
Difícilmente puedes saber si tienes madera de trabajador social o de educador, si desconoces los rasgos y funciones de cada una de estas profesiones que tanto bien hacen en la sociedad actual. ¿A que estás de acuerdo conmigo? Vamos a ver qué aptitudes personales exige cada una y cuáles son sus principales metas a alcanzar.
Así te harás una idea global bastante fidedigna y podrás saber cuál de las dos quieres convertir en tu futura profesión porque sea totalmente afín a tu manera de entender la vida. Trabajo social y educación social, ambas son una excelente apuesta. Tú decides.
Dos de los rasgos esenciales que definen al trabajo social son un gran sentido de la solidaridad y generosidad por parte de quienes lo ejercen. Sin importar la mayoría de las veces el esfuerzo y dedicación personal que conlleva.
Esta disciplina se vuelca en mejorar la vida de los demás, en atender necesidades tanto económicas como físicas y emocionales. Y, ante todo, persigue evitar la exclusión social de los individuos más desfavorecidos de la sociedad, y combatir la precariedad de las condiciones de vida de diversos colectivos. Por ejemplo, familias en situaciones límite y personas inmigrantes.
Creo que tienes muchas cualidades para llegar a ser un gran profesional en este campo si te identificas con los siguientes valores y cualidades. Eres generoso, sensible a los problemas sociales, comprometido, siempre dispuesto a luchar y con un gran sentido de la justicia… ¿Sí? ¡Pues adelante!
Ahora bien, como el trabajo social y la educación social son trabajos diferentes, puede que te atraiga más dedicarte a este último. Aunque la línea profesional que los separa a menudo es fina, está claro que los educadores sociales poseen otra formación, de carácter socioeducativa. Es su principal herramienta para ayudar a las personas a las que atienden mediante metodologías de la educación no formal.
¿Te sientes más identificado con este perfil? Si la respuesta es afirmativa es porque eres una persona muy observadora, dialogante, sabes escuchar y detectar dónde hay un problema. En una palabra: tienes alma de educador social.
El trabajo social y la educación social también se diferencian por las áreas de actuación en las que desempeñan sus competencias principales, aunque tengo que decirte que a veces pueden coincidir. Veamos cuáles son las habituales.
Si quieres dedicarte al trabajo social tendrás por delante un amplio abanico de segmentos y organismos de la sociedad donde ejercer esta profesión volcada en hacer la vida mejor a los demás. O dicho de otra manera; sus salidas laborales son bastantes y no necesariamente tienen que ver entre ellas.
Desde centros de drogodependencia, a servicios de adopción, ONGs, justicia, educación, pisos tutelados, vivienda… O el área de la salud con todo lo que engloba, como los servicios sociales. Al margen del lugar donde vayas a practicar tu nueva profesión y tu atención a los colectivos de los que te hablaba antes, prepárate para desarrollar grandes dotes burocráticas. Es otro de los rasgos que separan el trabajo social y la educación social.
Pronto te convertirás en un planificador nato de programas de acción social. Además de diseñar proyectos, realizar evaluaciones globales sobre problemáticas concretas e incluso gestionar los recursos a tu alcance. Y mucho más.
En realidad el trabajo social abarca numerosas funciones profesionales y aspira a generar cambios profundos en la sociedad movido por principios tan fundamentales como los Derechos Humanos y la Justicia Social. Te invito a que leas este completo artículo sobre qué es ser diplomado social.
En cambio, si te va más el perfil de educador social, serás un profesional capacitado para intervenir en realidades socioculturales concretas y mejorarlas. O bien contribuir al desarrollo de colectivos aplicando técnicas y dinámicas educativas gracias a tu formación socioeducativa.
Trabajarás con personas de perfiles y edades que nada tienen que ver para mejorar sus condiciones de vida, como niños, ancianos, jóvenes con pocos recursos económicos, etc. Y es muy probable que tus escenarios de actuación sean centros de información juvenil, centros de educación especial, de educación para adultos, centros sociales de animación sociocultural, entre otros muchos.
¿Qué tal ser educador social de barrio? O desempeñar disciplinas más especializadas, como la de protección a la infancia o la educación ambiental dirigida a centros escolares. ¡Qué interesante!
Otro aspecto que separa a estas dos profesiones, trabajo social y educación social, son sus estudios. Tanto la una como la otra requieren una formación específica que te dejará listo para acceder a su mercado laboral. Si estás decidido a ser el mejor trabajador social del mundo, puedes optar por distintas fórmulas que te permitirán alcanzar un mayor o menor nivel de especialización:
¿Y qué ocurre si quieres hacer estudios superiores para ser educador social? Te cuento algunas opciones:
Antes de seguir, te propongo que veas este vídeo sobre la voz de los que no tienen voz.
¿Ya has elegido entre los dos, trabajo social y educación social? ¡Enhorabuena! Tienes despejada la primera gran incógnita y seguro que has hecho la mejor elección.
Si quieres convertirte en trabajador social y a ser posible ligado al área de la sanidad, quizá estés pensándote seriamente prepararte unas oposiciones. Lograr una plaza fija en el área de la salud que te dará esa estabilidad laboral y personal tan cotizadas hoy en día y así cumplir tu sueño.
Desempeñar esta labor en centros sanitarios y hospitales te permitirá velar por el bienestar de pacientes en situaciones extremas que perjudican su estado de su salud. Poder hacer de interlocutor con las instituciones y servicios sanitarios, etc.
Pero seamos sinceros, «sacarse unas oposiciones» no es cualquier cosa y si le preguntas a un opositor con experiencia te dirá que te pongas en manos de una academia especializada y con un nombre a sus espaldas. Estoy totalmente de acuerdo. Nada como un buen centro formativo como aliado para afianzar tus conocimientos y llegar a la prueba listo para triunfar.
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