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En el último año hemos experimentado grandes cambios en las formas y los modelos laborales debido a la nueva realidad impuesta por el covid-19. El teletrabajo se ha instalado en nuestra rutina y han surgido fórmulas que engloban mayor flexibilidad o modelos de actividad híbridos entre la presencialidad y el trabajo desde casa. En este artículo te explicamos en detalle todo lo que necesitas saber sobre la gestión del teletrabajo.
Trabajar desde casa se ha convertido en una forma más habitual de trabajo desde que comenzó la pandemia del covid-19 hace justo un año. Según datos del INE alrededor de un 8,3% de los ocupados en España realizan teletrabajo, ya sea de forma ocasional o más de la mitad de los días que trabajó. Esta cifra contrasta con la de 2006, cuando era el 5,2% de los trabajadores los que realizaban este tipo de prácticas.
Hasta que se decretó el estado de alarma en España casi el 15% de las empresas usaba teletrabajo al menos en un tercio de la plantilla, según datos del Índice de Confianza Empresarial. Una cifra que se ha multiplicado por tres en los meses más duros del confinamiento hasta alcanzar casi la mitad de empresas en nuestro país.
En el primero semestre del pasado año 2020, la mayoría de empresas que no paralizó su actividad se adhirió a esta modalidad de trabajo desde casa o teletrabajo.
La gestión de esta nueva realidad del teletrabajo ha pillado por sorpresa a empresas y a trabajadores. De hecho, este tipo de trabajo no estaba casi regulado en España cuando comenzó el confinamiento. El Gobierno puso en marcha un Real Decreto para regular el teletrabajo y garantizar los derechos de los asalariados que tengan que optar por esta forma de trabajo en sus diferentes empleos. Este Real Decreto se convirtió en Ley aprobada en septiembre del pasado año.
Esta ley establece la necesidad de firmar un acuerdo con aquellos empleados que teletrabajen más del 30% de la jornada semanal durante tres meses. Establece también en esta gestión del teletrabajo que el empresario debe cubrir los gastos que conlleve esta modalidad de trabajo para el empleado.
En la legislación también se marca una diferencia entre entre trabajo a distancia (actividad laboral desde el domicilio u otro lugar escogido por el trabajador de forma regular), teletrabajo (a distancia realizado exclusivamente o de manera prevalente por medios y sistemas informáticos) y trabajo presencial.
El trabajo a distancia tiene carácter voluntario y reversible y debe firmarse por escrito durante el contrato inicial o más tarde. La empresa no puede imponer esta modalidad y deberá hacerse cargo de los gastos que conlleven el uso de equipos y herramientas necesarios para el trabajo.
Hay que recordar también que los trabajadores a distancia tendrán los mismos derechos que aquellos que realizan su actividad de forma presencial
Si te encargas de organizar un equipo de personas que están usando esta modalidad laboral vas a necesitas aprender previamente algunas cuestiones para la gestión del teletrabajo. Estos son algunos de los consejos que debes tener en cuenta para realizar esta gestión.
Desde el punto de vista del trabajador también existen algunas claves o consejos importantes que debemos tener en cuenta a la hora de gestionar el teletrabajo propio:
En este escenario de nueva normalidad cada vez es más común que las empresas establezcan un modelo laboral híbrido entre la presencialidad y el teletrabajo.
A la hora de implantar este modelo deberemos analizar su posible viabilidad en función del tipo de empresa, del sector, del equipo de trabajo, de las necesidades de movilidad etc.
Antes de optar por el modelo híbrido es lógico preguntarse si se pueden mantener las dinámicas básicas de la empresa con el trabajo en remoto, qué opinan y quieren los trabajadores y si la empresa tiene capacidad suficiente para adaptarse a esta nueva realidad híbrida. Es recomendable también analizar cómo afectará esta modalidad mixta a la situación financiera de la empresa, si se lo puede o no permitir y qué beneficios puede traer a largo plazo además de los costes añadidos, la rentabilidad de los espacios físicos, alquileres etc.
El modelo de actividad híbrida supone conceder más libertad y autonomía a los empleados. Se trata de apostar por la flexibilidad y combinar lo mejor de ambos modelos. El modelo permite que parte de los empleados puedan seguir disfrutando de la oficina y otros de su trabajo de manera remota desde casa. Se pueden establecer ciertos días para reuniones en la oficina.
Esta opción otorga una movilidad más fluida, mejor conciliación con la vida personal y agiliza los procesos de trabajo, tanto para los trabajadores que prefieren tener un horario laboral como para los que desean establecer su propio horario de trabajo.
Además, el modelo híbrido puede suponer también un ahorro para las empresas que ya no van a necesitar espacios de trabajo tan grandes o con tanto mobiliario o equipamiento.
Sin embargo, no todo son ventajas y establecer esta forma de trabajo puede suponer también que algunos empleados puedan sentirse excluidos o carentes de visibilidad. La gestión de los recursos humanos se puede hacer más complicada a la hora de asignar tareas o atender quejas o requerimientos de los empleados.
El modelo híbrido, que actualmente ya están probando algunas empresas, puede traer consigo una cierta desigualdad derivada del lugar o comodidades que tengan los empleados en sus hogares frente a las de una oficina que siempre van a ser igual para todos.
Como podemos comprobar, la gestión del teletrabajo es una tarea que requiere amplias dosis de comunicación y de organización. La tendencia hacia modelos híbridos podría suponer un avance en cuanto a flexibilidad pero podría traer consigo ciertas desigualdades. Debemos estar atentos a la evolución del escenario laboral en los próximos años pero no cabe duda de que el teletrabajo es una realidad que ha llegado para quedarse.