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La profesión de camarero/a, también denominado en algunos lugares como mozo/a, mesero/a, garzón/garzona o incluso mesonero/a (aunque este último en algunos países adquiere connotación negativa), es de los oficios más antiguos y completos que existen. De primeras, puede parecer que sus funciones se limitan únicamente a servir y atender a los clientes de un establecimiento de hostelería, banquete o evento, proporcionando alimentos y bebidas.
Sin embargo, esta profesión, es más importante de lo que pueda parecer, la figura del camarero toma relevancia con su presencia cuando es la primera persona con la que tratas al ir a un establecimiento. Ahí es cuando un buen servicio de cualquier negocio vinculado con la hostelería es aquel en el que se disfruta, y el camarero toma un papel fundamental con su trato y atención, porque como decía Abel Valverde —uno de los mejores maîtres de España— en su libro Host:
La gente va los restaurantes a disfrutar, no a sufrir, utilizar la psicología con un trato humano es fundamental.
Atendiendo a esta premisa, empezaremos conociendo el origen de este oficio y sus distintas funciones para entender cuánto de relevante es esta profesión.
Originariamente, los camareros o camareras, eran los criados distinguidos que servían en casas de poderío y riqueza, y que mandaban sobre todo lo perteneciente a su cámara. Así pues, era una profesión con gran sentido de la responsabilidad y organización, que además era bien considerada. Algunos de estos camareros/ras, se clasificaban según sus funciones como:
Como hemos visto, las funciones de lo nombrado como camarero en antaño, nada tiene que ver con las de nuestros camareros del ahora, así que vayamos a conocer algunos de los tipos de camareros/ras que hay y cuáles son sus funciones en líneas generales.
La mayoría de los camareros realizan funcionan muy similares. Algunas de las más destacadas son la toma de pedidos/comandas, servir la comida y bebida, ordenar las terrazas/mesas, colocar cubiertos y manteles de ser necesario, gestionar reservas… y no nos olvidemos de la limpieza. Ésta suele realizarse al final de la jornada e incluye limpieza de suelos y recogido de últimas mesas.
En ocasiones, la limpieza incluye fregar los platos, aunque si existen auxiliares de cocina (que no lavaplatos) o personas encargadas de lavar los platos, de esta función se excluye al camarero; algo habitual en negocios con gran volumen, en los cuales las funciones están mejor diferenciadas.
En función de donde se realicen las mencionadas funciones entre otras, clasificamos tres tipos de camareros.
El camarero de barra, atiende como su nombre indica la barra, así pues, en ella deberá elaborar preparaciones sencillas de cafetería y atender a los clientes que se dirijan a la barra como para gestionar los cobros. También, podrá atender llamadas para gestión de reservas en caso de existir esa posibilidad.
Un buen trato al cliente proporcionando información sobre bebidas, alimentos y carta, tomando de base un trato afable y educado, a la par que eficiente, son cualidades de un buen profesional.
El camarero/ra de pisos se encarga fundamentalmente de la limpieza y el orden en las habitaciones en un hotel.
También deberá tener en cuenta las peticiones de los clientes en relación a la habitación y controlar los objetos que puedan dejarse olvidados según el protocolo establecido.
En función de cuantas estrellas presente el hotel, este puesto tendrá mayor o menor especialización. Y del mismo modo, según el tamaño del complejo hotelero, puede haber más de un profesional por planta.
La persona que se encarga de supervisar los camareros/ras de piso, en algunos países se le denomina gobernanta.
Los camareros/ras de hotel, en dónde se sirven comidas en bufé, realizan actividades de servir bebidas y retiras los platos usados, al mismo tiempo que controlan la existencia de alimentos en las bandejas del bufé, para en caso de que falte algo poder avisar a la cocina.
Cuando termina el horario de comedor, los camareros de hotel continúan realizando funciones en la cocina, como repasar y secar los platos con un lito (paño blanco), que han salido del lavavajillas.
Del mismo modo, en el salón del hotel y en la terraza, los camareros sirven bebidas, retiran material usado, limpian ceniceros; todo ello según el protocolo marcado por el propio hotel. Un buen camarero/a debe ser eficiente en su trabajo aprovecha los desplazamientos entre bar y mesas, lleva la bandeja siempre al completo y está atento a las peticiones para no hacer esperar en exceso a la clientela.
La forma de caminar, con paso constante y alargado, manteniendo la serenidad, sin perder la eficiencia es una de las cualidades de este profesional. Cualidades intrínsecas son un trato agradable y una exquisita y natural educación.
En zonas muy turísticas, en ocasiones, al camarero de hotel se le exige un cierto nivel en el idioma predominante de la zona, para que las peticiones del cliente puedan entenderse de la forma correcta y no haya incómodos malentendidos.
Como hemos visto, el trabajo de camarero/a es más importante de lo que pueda parecer, requiere de varias habilidades que pueden entrenarse con la práctica, sin embargo, requiere de cualidades propias de la persona como un trato afable, educado y eficiente.
Es una profesión que genera variadas ofertas de empleo, sobre todo en lugares turísticos en temporada alta o en ciudades con alta densidad. Aquí, es cuando se necesita no uno, ni dos camareros/ras, sino muchos más. Es por ello que formarte en el sector de la hostelería siempre es una buena alternativa. Echa un vistazo a nuestro Curso de Barman. Servicios de bar y cafetería y descubre todas las posibilidades de esta profesión tan completa. ¡Adelante, no esperes más!