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La taquigrafía permite transcribir cualquier discurso hablado a mayor velocidad de la transcripción normal mediante el uso de símbolos o trazos. Es una técnica útil para determinadas profesiones y cuyo funcionamiento te contamos en este artículo.
La taquigrafía es una técnica de escritura en la que se utilizan ciertos signos y abreviaturas especiales para poder transcribir todo lo que dice alguien a la misma velocidad a la que habla.
Esta técnica emplea trazos cortos, símbolos o palabras abreviadas que permiten escribir palabras, frases u oraciones, transcripciones del habla humana a mayor velocidad de lo normal.
La taquigrafía es una técnica de gran utilidad para reuniones, conferencias, dictados, discursos o entrevistas. Cada símbolo o trazo representa sonidos o palabras completas.
Ha sido empleada como una herramienta muy útil en la transcripción de notas en profesiones como el periodismo, la secretaría, la administración pública o en los juicios, por ejemplo. Con la llegada de otras técnicas como la grabación por voz o la transcripción automática, la taquigrafía ha ido disminuyendo su uso en determinados contextos.
Si nos remontamos al origen de la taquigrafía podemos decir que fue creada por el historiador griego Xenofonte. El sistema adquirió más popularidad durante la época romana, descendió su uso en la Edad Media por el analfabetismo y volvió a regresar con fuerza en la época victoriana.
La palabra es de origen griego y une los términos Taquis y Grafein, que significan respectivamente rápido y escribir.
Durante la Revolución Industrial se produjo mayor demanda de taquígrafos y ello dio origen a diferentes métodos. A principios del siglo XIX, en Reino Unido se popularizó el estilo Pitman en Estados Unidos apareció el estilo Gregg y en España Francisco de Paula Martí Mora desarrolló uno de los subsistemas más precisos del que hablaremos más tarde.
Las escuelas de taquigrafía se centraron en escribir los sonidos en lugar de las palabras, lo que permitió dominar la técnica. Así los estudiosos pueden seguir la velocidad de un discurso o de una conversación natural.
Con métodos depurados es posible en taquigrafía escribir más de 200 palabras por minuto e incluso añadir acotaciones a las palabras.
Esto solo es posible si se aprenden los símbolos y trazos de cada estilo. A pesar de que otros sistemas han dejado de lado la taquigrafía esta sigue siendo una técnica útil en oficios como el periodismo porque nadie puede teclear 200 palabras por minuto pero sí es posible hacerlo con la técnica taquigráfica.
La taquigrafía escrita a mano es diferente de la que usa máquinas de escribir especiales (estenotipia). La taquigrafía a máquina emplea un teclado específico para registrar palabras y oraciones con sólo una tecla.
El taquígrafo de tribunal presiona un número determinado de teclas en combinación con una sola pulsación, en lugar de efectuar una pulsación para cada letra.
Los métodos taquigráficos más relevantes priorizan el registro de los sonidos (fonemas) por encima de la grafía tradicional. Usan estrategias para reducir al máximo el número de caracteres necesarios transcribir la información. Se usan palabras simplificadas denominadas gramalogos.
Cada taquígrafo adapta las reglas a sus necesidades y por eso el trabajo de uno no se parece al de otro. Aprender los métodos taquigráficos es sencillo pero la clave está en la velocidad necesaria para la transcripción del lenguaje hablado.
Como dijimos al comienzo existen diversos sistemas taquigráficos en función de la historia y la cronología. En concreto son tres los principales:
Para aprender taquigrafía es necesario formarte con un curso específico donde podrás elegir el método que más te guste o se adapte a ti. Existen tutoriales en canales como YouTube que pueden ayudarte a saber más sobre la taquigrafía y a desarrollar bien esta técnica. Es importante también tener un material adecuado para la taquigrafía como papel y bolígrafos adecuados.
Saber taquigrafía te puede ser útil en determinadas formaciones relacionadas por ejemplo con el trabajo administrativo.
Por ejemplo, si realizas un grado oficial de FP en administración y gestión a distancia. Son formaciones homologadas y reconocidas por el Ministerio de Educación y FP que te capacitan como profesional con plena competencia en administración y finanzas, gestión contable y fiscal, tesorería y elaboración y archivo de documentación.
Además de estas dos formaciones principales, existen otras opciones para estudiar cursos de administración. Por ejemplo, puedes decantarte por un curso de gestión administrativa que te permitirá adquirir las competencias necesarias para llevar a cabo los procesos, programas y herramientas esenciales para administrar una empresa.
Por último, saber taquigrafía también te puede abrir las puertas de procesos selectivos en oposiciones de administración y archivo. Es el caso de administrativo en corporaciones locales, del Estado, auxiliar de bibliotecas u operador comercial de Renfe o de Correos.
Ahora ya sabes qué es la taquigrafía, para qué sirve y cómo puedes emplearla para determinadas profesiones. Si tienes dudas o necesitas ayuda en tu camino puedes contar con Campus Training.