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Las profesiones de toda la vida, esas que existían hace siglos y hoy continúan siendo imprescindibles, tienen historias fascinantes. Por ejemplo, la fontanería: una disciplina que nos permite contar con agua caliente y fría en nuestras casas, así como sistemas de desagüe y de calefacción. Pero, ¿sabes exactamente qué es un fontanero y qué tareas desempeñan estos profesionales? Si estás valorando trabajar en el sector o simplemente tienes curiosidad, has llegado al lugar perfecto. ¡Te lo contamos!
Para empezar, vamos a ir a esa institución que siempre nos aclara las cosas (en términos de léxico) y que, como indica su lema, limpia, fija y da esplendor. Según el Diccionario de la RAE, la palabra fontanero tiene dos significados. Curiosamente, el primero no tiene relación con el uso habitual del término: «perteneciente o relativo a las fuentes». El segundo, ese sí, nos lleva ya directamente al significado más usual: «Persona especializada en la instalación, mantenimiento y reparación de las conducciones de agua y otros fluidos, así como de otros servicios sanitarios y de calefacción».
Es evidente que, a la hora de determinar qué es un fontanero, la Real Academia no se ha querido quedar corta. Pero lo que indica la definición es exacto: fontaneros y fontaneras son las personas que asumen las tareas descritas en ella. Así que si quieres formarte para trabajar como tal, es fundamental que busques un buen Curso de Especialista en Instalación de Fontanería y Calefacción. Y cuanto más completo, mejor.
Si decides estudiar para trabajar como especialista, es probable que durante las clases o la formación obtengas nociones de cómo ha evolucionado la fontanería a lo largo de la Historia. A diferencia de otras profesiones mucho más antiguas, la fontanería es relativamente «reciente». La palabra en español deriva del término latino fontana, fuente: fueron precisamente los romanos, cuya lengua era el latín, quienes dieron forma a las primeras instalaciones de suministro, conducción y evacuación de agua en las ciudades.
Los sistemas más famosos para llevar el agua a las ciudades eran los acueductos: estructuras de piedra de sillería y enorme tamaño, formadas por hileras de arcos, que en su parte superior tenían un canal que traía el agua desde las montañas. Y si los acueductos resultan todavía impresionantes, igualmente lo son (aunque resulten invisibles) los sistemas de evacuación de aguas residuales. Las cloacas y su mantenimiento son una herencia romana que supuso una gran mejora en la higiene y las condiciones de vida de los ciudadanos romanos.
Por otra parte, la civilización musulmana no se quedó atrás. Su ingeniería del agua les permitió crear maravillosos jardines en zonas donde el preciado líquido escasea, con ingeniosos sistemas de acequias, regadíos y fuentes. No hay más que visitar la Alcazaba de Almería o los Reales Alcázares de Sevilla, entre muchos otros lugares, para admirar la belleza, la precisión y la funcionalidad de estas redes.
¡Fórmate en Curso de Especialista en Instalación de Fontanería y Calefacción!
Descarga gratis la guía formativaDesafortunadamente, cuando el Imperio Romano entró en decadencia y desapareció muchas de sus innovaciones fueron olvidadas y desdeñadas. La Edad Media supuso un tiempo de oscuridad, en el que los ingenios y las costumbres romanos se convirtieron en objeto de desprecio. Las cloacas y las instalaciones de fontanería se sellaron o abandonaron, así como ciertos usos de higiene (como, sin ir más lejos, bañarse).
En lugar de evacuar las aguas residuales por los desagües, en las viviendas se impuso la costumbre de tirarlas directamente por la ventana al famoso grito de «¡agua va!». Lógicamente, esta costumbre convirtió a las ciudades en fuentes de enfermedades, pandemias y muerte. Es el caso de la famosa Peste Negra, que en el siglo XIV acabó con la vida de más de 14 millones de personas.
No es hasta finales del siglo XIX cuando se empieza a equipar a las ciudades con sistemas de fontanería y evacuación de aguas residuales formados por tuberías. Es lo que se conoce como el inicio de la fontanería moderna: cuando nos preguntamos «qué es un fontanero», estamos hablando de una profesión cuyo origen está precisamente en esos tiempos.
Ahora que ya estamos un poco más familiarizados con la historia de la fontanería, vamos «al turrón». Un buen profesional se define por las tareas que sabe hacer, aquellas para las que se ha formado y que ha desarrollado con la práctica. Por lo tanto, un fontanero o fontanera es aquella persona que sabe instalar, reparar y mantener circuitos de calefacción, climatización y agua caliente sanitaria (ACS).
Es cierto que la creencia popular es que el fontanero solo sabe arreglar grifos, atascos o tuberías. Pero la realidad es que cada vez más profesionales deciden ampliar su rango de acción, aprendiendo a trabajar con circuitos de calefacción y refrigeración, calderas, etc. Porque el saber no solo ocupa lugar, sino que mejora claramente nuestras expectativas laborales, nuestro sueldo y nuestras capacidades de promoción.
Un fontanero que se precie debería tener conocimientos suficientes para reparar calderas de gas o de gasoil, cambiar o soldar tuberías de distintos materiales (cobre, PVC, polietileno…), sustituir conexiones y manguitos, cambiar o arreglar llaves y grifos, reparar fugas de agua, desatascar bajantes… Pero eso no es todo. Además de «arreglar y mantener», es importante que si quieres ser fontanero sepas también cómo calcular e instalar sistemas complejos.
Como verás, los fontaneros (especialistas en instalaciones de fontanería y calefacción) son profesionales con una formación muy completa. O por lo menos, deberían serlo. ¿Estás pensando en entrar en este dinámico sector? Pues antes de liarte a buscar por internet dónde estudiar fontanería o climatización, párate un momento. Te invito a rellenar el formulario que encontrarás en esta página web, tras lo cual recibirás en muy poco tiempo la información más completa sobre uno de los mejores cursos especializados de la actualidad.
Una formación enfocada a la práctica, adaptada a tus circunstancias personales, con métodos interactivos y modernos (nada de asistir a una clase en la que uno habla y los demás callan) y que puedes realizar desde cualquier lugar. Todo, gracias a la tecnología que hoy nos permite formarnos a distancia a través de clases telepresenciales. El curso lo imparten profesores con experiencia en la rama de la fontanería, que te enseñarán a manejarte en el complejo universo de las redes de agua caliente, calefacción y evacuación de los edificios.
Y eso no es todo. Una vez terminada la formación teórica, podrás trabajar con todo lo aprendido: el programa incluye entre 60 y 300 horas de prácticas en empresas especializadas, durante las cuales adquirirás tu primera experiencia laboral y vivirás el día a día de un fontanero profesional. ¿Estás listo para empezar a estudiar y a formarte? Pues no lo pienses más: cada vez hacen falta más profesionales de esta rama. Y tú puedes ser uno de los próximos.