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Los masajes son técnicas milenarias con amplios beneficios para la salud física y mental. En función de los objetivos marcados existen diferentes tipos de masajes que nos ayudarán a mejorar ciertos aspectos de la salud. En este artículo te contamos qué tipos de masajes existen y los beneficios de cada uno. Toma nota.
El masaje es una técnica manual que consiste en la manipulación de los tejidos blandos del cuerpo, como los músculos, la piel y los tendones, con el objetivo de mejorar la salud y el bienestar. Se realiza mediante movimientos rítmicos y controlados que pueden incluir presión, fricción, amasamiento, estiramientos y vibraciones. El masaje se emplea para relajar los músculos tensos, aliviar el dolor y mejorar posibles lesiones en los tejidos (músculos, ligamentos o tendones) y en general favorecer el estado físico y bienestar de quien lo recibe.
El mecanismo de acción del masaje se atribuye a la respuesta fisiológica refleja de la zona tratada con aumento del flujo sanguíneo y disminución del dolor.
El masaje es una de las formas más antiguas de medicina alternativa. Descubrimientos del año 2000 a.C ya hablaban de esta técnica popular especialmente en las culturas orientales y que llegó a Europa alrededor del año 300 a. C.
Existe documentación sobre su uso habitual en la India, China, Egipto, Grecia, Roma y la medicina musulmana desde la época antigua. Podemos encontrar numerosas referencias a sus aplicaciones terapéuticas por autores como Heródico, Hipócrates, Claudio Galeno y Avicena, entre otros.
Los griegos y los romanos también practicaban el masaje como parte de sus rituales de baño y deportivos. En Roma el masaje era una actividad extendida, desde masajes relajantes, estimulantes a terapéuticos. Estaba al alcance de casi todo el mundo y se empleaba como medio para mejorar y recuperar la salud como para mejorar las condiciones. Con el Renacimiento y el resurgimiento del interés por la anatomía y la medicina, el masaje experimentó un renacimiento en Europa.
En el siglo XIX en Suecia aparecieron grandes novedades en el masaje, el método se llamó masaje sueco y en la actualidad es el más usado en el mundo tanto como técnica de relajación como método de recuperación de la salud y el bienestar. El masaje continuó evolucionando y diversificándose en el siglo XX y XXI. Se incorporaron nuevas técnicas y enfoques,
El masaje se ha empleado para aliviar dolencias de tipo físico, emocional y psicológico y en la actualidad es un método terapéutico reconocido y empleado en todo el mundo con múltiples beneficios.
Ahora que ya sabemos más sobre la historia de los masajes y en qué consisten vamos a ver cuáles son los principales tipos de masajes que existen y sus particularidades.
Consiste en una serie de movimientos que el terapeuta lleva a cabo sobre la superficie corporal del paciente. Se manipulan tejidos blandos y su gran objetivo es aliviar molestias en distintas partes del cuerpo, provocadas por diversos factores como traumatismos, malas posturas, estrés, entre otros. También pueden emplearse después de un procedimiento postoperatorio, como es el drenaje linfático.
Puede actuar sobre enfermedades del aparato locomotor, reumáticas o neurológicas.
Entre sus múltiples beneficios están algunos como calentar, estimular y desarrollar la musculatura, estimular o calmar el sistema nervioso, distender y relajar los músculos, mejorar adherencias, flexibilizar los tejidos, mejorar la circulación y el bienestar psicológico.
Este tipo de masaje está diseñado de manera específica para atletas. Ayuda a prevenir lesiones, mejorar el rendimiento y acelerar la recuperación después del ejercicio. Puede aplicarse antes, durante y después de entrenar, ya que ayuda a la flexibilidad del cuerpo.
Entre los beneficios del masaje deportivo están algunos como reactivar la circulación sanguínea y linfática, aliviar el dolor, relajar la musculatura, preparar el músculo para el deporte, aportar equilibrio emocional y reducir estrés y ansiedad en el deportista, prevenir lesiones o aumentar la temperatura muscular.
Este tipo de masaje es hoy uno de los más populares en el ámbito de la estética y el cuidado personal. Se realiza con maniobras suaves y poco profundas y ayuda disminuir el nerviosismo o estrés, mejorar la calidad del sueño y aliviar las tensiones emocionales, entre otros beneficios.
Dentro de estos masajes relajantes existen diferentes tipos como el sueco cuyo objetivo es activar la circulación, liberar toxinas, calentar los músculos para relajar y aliviar contracturas con movimientos suaves, amasamiento y fricción.
En este grupo está también el tailandés que combina acupresión, estiramientos y movimientos de yoga para mejorar la flexibilidad, aliviar la tensión muscular y promover la relajación. Se incluyen en los masajes relajantes otros como Shiatsu, originario de Japón, utiliza presión firme en puntos específicos del cuerpo para mejorar el flujo de energía y aliviar la tensión. Las piedras calientes ayudan a descontracturar diversas zonas del cuerpo y es calmante y el masaje reflejo permite trabajar diferentes áreas del cuerpo por presión en áreas específicas del pies, orejas y manos.
Este tipo de masaje favorece la circulación del sistema linfático y evita la acumulación de líquidos, sobre todo en las extremidades inferiores. Se aplica en la totalidad del cuerpo siguiendo la dirección de la circulación de retorno al corazón.
Drena el sistema linfático por medio de presiones específicas, suaves y repetitivas en zonas especiales. Sus principales indicaciones terapéuticas son tratar edemas de origen linfático, venoso, traumáticos y postquirúrgicos o síndrome de Sudeck.
Existen otras variedades de masajes como el que se da con aromaterapia que combina el masaje con aceites esenciales y ofrece relajación, el alivio del estrés y mejora del estado de ánimo. Otro es el masaje prenatal adaptado específicamente para mujeres embarazadas para aliviar molestias propias de este estado.
Los masajes tienen ventajas y beneficios destacados para el cuerpo y la mente. Entre ellos están el alivio de ansiedad o estrés debido a la estimulación de los receptores nerviosos que ayuda a calmar la mente y promover la relajación. Es evidente que el masaje también alivia el dolor muscular y articular y disminuye el dolor asociado con lesiones deportivas y condiciones crónicas.
El masaje mejora la circulación sanguínea debido a los movimientos que aumenta el flujo sanguíneo lo que reparte más oxígeno y nutrientes a los tejidos del cuerpo. Los masajes pueden promover un sueño más reparador al ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Ayuda a aflojar los músculos y mejorar la flexibilidad y la amplitud de movimiento que puede reducir el riesgo de lesiones. También promueven la recuperación muscular tras el ejercicio, mejoran el estado de ánimo y fortalecen el sistema inmunológico al reducir el estrés y mejorar la circulación sanguínea.
Si deseas conocer y saber más de manera profesional sobre los tipo de masajes has de optar por una formación especializada como es un curso de quiromasaje. Este curso te capacitará para dominar todas las técnicas de este tipo de masaje y para conocer a fondo las ventajas que puede tener en pacientes sanos o con algún tipo de lesión.
Este tipo de formación va dirigida a todas aquellas personas interesadas en instruirse sobre las técnicas del masaje terapéutico y a todos aquellos profesionales que ya poseen conocimientos previos y que desean reciclarse o profundizar en los mismos.
En un curso de quiromasaje vas a aprender una serie de competencias como conocer a fondo la anatomía y fisiología del cuerpo humano, estudiar la historia y evolución del quiromasaje, las condiciones generales y la nomenclatura de las manipulaciones. En la formación también vas a conocer los efectos de los distintos masajes sobre el organismo, así como las posibles contraindicaciones. Aprenderás todas las maniobras necesarias para realizar las maniobras pertinentes según las dolencias del paciente y sabrás cómo llevar a cabo tratamientos complementarios, incluyendo la hidroterapia y la geoterapia.
Si deseas convertirte en un buen quiromasajista has de poseer una serie de habilidades imprescindibles para ejercer esta profesión ya sea en tu propia clínica o contratado en un centro del área de la salud y la estética. Son los siguientes:
En cuanto termines tu formación vas a poder trabajar en centros sanitarios, spas, balnearios, gimnasios, centros estéticos, etc. En cualquiera de estos centros podrás poner en práctica tus conocimientos ofreciendo asistencia para el tratamiento de lesiones, dando masajes enfocados al bienestar incluidos en múltiples tratamientos de belleza y salud.
Ahora ya sabes qué tipos de masajes existen y sus beneficios. Si deseas formarte a medida para lograr ser un profesional del campo, puedes contar con Campus Training.
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