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Recuperar el aspecto y la imagen habitual tras un proceso oncológico es posible gracias a técnicas como la micropigmentación oncológica. Se trata de un procedimiento para reconstruir visualmente partes como las cejas, pestañas o aureolas de los pechos tras un tratamiento de quimioterapia.
En este artículo te contamos cómo trabajar en micropigmentación oncológica y los requisitos que conlleva si te interesa este campo.
El diagnóstico de cáncer conlleva cambios, tanto en la vida cotidiana como cambios en la apariencia estética. Uno de ellos es la pérdida de cabello y de pelo en otras áreas del cuerpo o la cara como las cejas y las pestañas.
La micropigmentación oncológica es una técnica estética que consiste en la reconstrucción visual de una parte del cuerpo mediante un sistema de microtatuajes médicos.
Este procedimiento busca restaurar o mejorar la apariencia de zonas como las cejas, el cuero cabelludo o la areola mamaria en personas que han experimentado pérdida de cabello, cicatrices o cambios en la pigmentación de la piel debido al cáncer y sus tratamientos.
Va dirigida a personas que han pasado por tratamientos oncológicos, como la quimioterapia o la radioterapia y les ayuda a recuperar ciertas características estéticas y también la confianza y autoestima después de un proceso difícil como este.
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Descarga gratis la guía formativaLa micropigmentación oncológica se aplica a tres áreas del cuerpo fundamentales para recuperar su aspecto original tras un tratamiento oncológico. Vamos a verlas una a una:
Debido a la quimioterapia se puede perder total o parcialmente el cabello pero también el pelo de cejas o pestañas. Con la micropigmentación se implantan pigmentos en la piel de estas áreas. En el caso de las cejas se crea un efecto pelo a pelo natural con agujas que permiten realizar un dibujo que simula el pelo de esta zona. En cuanto a las pestañas se hace un pequeño tatuaje en la base de las pestañas que simula la densidad de pelo de esta parte. Para el diseño de la ceja, se realizará utilizando un mapa de cejas y puntos de referencia que marcarán el contorno para la realización del tratamiento.
Para realizar el diseño de pestañas se aplica un efecto eyeliner para crear una definición sutil y percibir la pestaña lo más natural posible. En todos los casos es necesario realizar un diseño previo en función de los rasgos y asimetrías del paciente. Así el paciente se podrá hacer una idea del resultado. En un mes la piel se habrá regenerado y se llevará a cabo un retoque. El cuidado en el hogar consiste en aplicar una crema durante una semana tras la intervención.
La reconstrucción de cejas y relleno de pestañas se puede hacer antes de comenzar el tratamiento para evitar el cambio físico o bien después de acabarlo siempre según las recomendaciones del oncólogo.
Tras una mastectomía o reconstrucción mamaria, muchas mujeres pierden la pigmentación natural de la areola. Mediante la micropigmentación se puede recrear la apariencia tridimensional del pezón y la areola tal como era.
Previamente al tratamiento se deben elegir los pigmentos en base a la propia pigmentación de la areola que pueden ser beige, rosados o marrones claros. Deben mezclarse para igual la tonalidad de las areolas. Las areolas deben quedar simétricas y a la misma altura.
Este tratamiento debe realizarse tras finalizar totalmente el proceso de quimioterapia, el tratamiento oncológico y de la reconstrucción mamaria. Se debe aplicar pomada durante una semana y proteger la zona con unas gasas.
Para las personas que se han sometido a intervenciones quirúrgicas como cirugías oncológicas o transplante de cabello la micropigmentación oncológica permite disimular cicatrices del cuero cabelludo y aportar la sensación de mayor densidad capilar.
En general estos tratamientos deben ser revisados y repasados cada uno o dos años en la zona de las cejas y cada tres o cinco años en el caso de las areolas y líneas de pestañas. En todos los casos es importante evitar tomar el sol tras el tratamiento, meterse en el agua, en saunas o baños turcos, maquillarse en la zona o emplear productos de higiene y cosmética diferentes a los recomendados por el especialista.
Entre las ventajas de llevar a cabo una micropigmentación oncológica están algunas como la mejora de la autoestima del paciente y de la confianza en sí mismo al volver a tener una sensación de normalidad y recuperar su imagen anterior.
Esta técnica estética ofrece resultados realistas y duraderos durante años y otorga un aspecto natural. Es además un procedimiento seguro y mínimamente invasivo siempre que se lleve a cabo con pigmentos y técnicas que cumplan los controles de calidad y que realice un profesional de este campo.
Para llevar a cabo una micropigmentación oncológica has de contar con una formación adecuada de la que hablaremos más adelante pero también con una serie de requisitos y habilidades que te facilitarán llevar a cabo con éxito este importante trabajo.
Si vas a realizar una micropigmentación oncológica deberás acreditar una formación higiénico- sanitaria básica que esté establecida en el marco legal vigente de la comunidad autónoma donde vayas a ejercer la actividad.
Como requisito fundamental, además de la formación básica el técnico que realice la micropigmentación oncológica debe estar vacunado de hepatitis B y tétanos para minimizar riesgos. Además debe tener la titulación de técnico higiénico sanitario, y seguro de responsabilidad civil. Has de poseer certificados de asistencia a cursos de formación de técnicas de micropigmentación y si no acreditar experiencia en este tipo de técnicas.
Ahora ya sabes cómo trabajar en micropigmentación oncológica. Si deseas formarte a fondo con una academia o centro especializado que te ayude a lograr tus objetivos y a ser el profesional que deseas, cuenta con Campus Training.
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