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¿Has oído hablar del aprendizaje basado en la experiencia, pero no tienes muy claro en qué consiste o cómo aplicarlo?
Se trata de un concepto fundamental en la psicología de la educación que, desde hace décadas, forma parte del temario de las oposiciones de educación, sean de la especialidad que sean.
Por tanto, si quieres conocer las principales características de este proceso y los beneficios que ofrece, ¡sigue leyendo!
El aprendizaje basado en la experiencia, también llamado aprendizaje experiencial o vivencial, ha sido objeto de estudio de diferentes psicólogos y pedagogos a lo largo del siglo XX.
Sin duda, uno de los que más ha contribuido a desarrollar este concepto ha sido David Kolb, a principios de los años 70.
En palabras del propio Kolb, «el aprendizaje es el proceso mediante el cual el conocimiento se crea a través de la transformación de la experiencia».
Por tanto, comporta un proceso de aprendizaje significativo a través del cual el ser humano puede adquirir conocimientos, experiencias y habilidades gracias a la experimentación.
En este proceso, la experiencia concreta se traslada al terreno de la conceptualización abstracta, que a su vez se prueba de forma activa por medio de nuevas experiencias.
Así pues, el aprendizaje experiencial se define como aquel conjunto de actividades que provocan una enseñanza en el ser humano, de modo que se complete una formación y se pueda llevar al terreno práctico.
Dicho de otra forma, constituye una metodología de aprendizaje en la que la parte más práctica y tangible de la teoría se revela protagonista. El sujeto aprende a través de su propia vivencia. Por eso también se le ha denominado aprendizaje vivencial.
En realidad, aunque sea un concepto relativamente reciente, es una de las formas más primitivas de aprendizaje. Se trata de un aprendizaje innato del que todas las personas se han beneficiado alguna vez.
Quizá lo más relevante del aprendizaje experiencial como motor del hecho educativo es que es un proceso que involucra al alumno de forma activa. No es algo que sucede mientras la persona ejerce de receptora pasiva.
Como acabamos de ver, el aprendizaje basado en la experiencia se relaciona con la experiencia concreta en la que el estudiante participa directamente en una situación real, dentro o fuera del aula. Pero también con la observación reflexiva, la conceptualización abstracta y la experimentación activa.
Todos estos componentes se relacionan de una forma secuencial y cíclica, de acuerdo con el modelo de Kolb, de modo que cada etapa alimenta a la siguiente.
Veamos cuáles son y en qué consisten:
Los principales beneficios que puede proporcionar el aprendizaje basado en la experiencia son los siguientes:
Para entender mejor el aprendizaje basado en la experiencia, podemos pensar en montar en bicicleta.
Seguro que nos acordamos de habernos caído, levantado, volvernos a caer, escuchar algún consejo e ir adquiriendo destrezas que forman parte del aprendizaje.
Así poco a poco, hasta conseguir mantenernos el tiempo suficiente sobre el sillín por nosotros mismos.
Lo mismo ocurre cuando aprendemos a conducir. Implica actuar, observar, ejercitar la reflexión, corregir errores, aplicar lo aprendido, incluso automatizar conductas hasta llegar a perfeccionar el aprendizaje.
Aprender a hablar y aprender a caminar son otros dos ejemplos paradigmáticos de este tipo de aprendizaje. Lo mismo ocurre con otros procesos como la escritura.
Como ejemplo de la aplicación directa en las aulas, podemos mencionar:
En cualquier caso, todas estas actividades deben conllevar una reflexión y discusión sobre la experiencia.
Como hemos visto, aunque Kolb fue el que desarrolló la teoría moderna y el ciclo del aprendizaje experiencial, el concepto no era en realidad demasiado novedoso.
El filósofo griego Aristóteles ya señaló hace 23 siglos en su Ética a Nicómaco que se aprende a hacer las cosas haciéndolas. Después, otros autores también se han referido a ello hasta que Kolb expuso su modelo.
A la vista de todos los beneficios que hemos expuesto sobre este interesante método educativo, parece claro que el aprendizaje experiencial debe fomentarse dentro de los planes de estudio.
De hecho, las leyes educativas contemplan el aprendizaje experiencial y hacen hincapié en su necesidad, siendo cada vez más frecuente en los centros de estudio.
No obstante, a menudo los docentes están sobrecargados o carecen de medios para aplicar esta metodología de aprendizaje en su contexto educativo. Sin embargo, siempre merece la pena intentar incorporarlo.
En definitiva, el aprendizaje basado en la experiencia es una de las herramientas más poderosas que existen en el ámbito docente.
Así, su demostrada eficacia para implicar al alumnado y reforzar su aprendizaje, lo convierten en uno de los recursos más interesantes que podemos utilizar en el aula.
Y tú, ¿te planteas incorporarlo dentro de tus clases?