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El laboratorio clínico es un servicio médico indispensable. La importancia de este servicio ha ido creciendo y desarrollándose a lo largo de los años hasta ocupar un lugar central en la medicina actual. Si te interesa esta rama médica y quieres saber más sobre la historia y evolución del laboratorio clínico no te pierdas nada de este artículo.
El Laboratorio Clínico es el espacio físico donde se efectúan una gran diversidad de procedimientos médicos, científicos, técnicos, etc., que en conjunto representan un valioso recurso de la clínica al documentar el estado de salud (medicina preventiva) o de enfermedad (medicina curativa).
El laboratorio clínico utiliza metodologías de diversas disciplinas como la bioquímica, hematología, inmunología y microbiología. En el laboratorio clínico se obtienen y se estudian muestras clínicas, como sangre, orina, heces, líquido sinovial (articulaciones), líquido cefalorraquídeo, exudados faríngeos y vaginales, entre otras.
Estos son los principales servicios que ofrece un laboratorio clínico:
Ahora que ya sabemos qué es un laboratorio clínico vamos a indagar un poco en su historia. Nos tenemos que remontar hasta 1790 para hablar del primer laboratorio clínico de la historia. Se trataba de un espacio muy simple y rudimentario con un médico que observaba e interpretaba el fluido, en este caso la orina de un paciente en un frasco de vidrio.
El valor diagnóstico de la orina fue convirtiéndose en una prueba sistemática avalada por la experiencia médica. El médico Jacob Isaac Ben Salomón Al Israelí (c860-953) escribió el libro traducido en la Escuela Salernitana del siglo XI por Constantino el Africano (c1010-1087) bajo el título de Liber de urinis. Un siglo después, el Rector y Gran Maestre de la Escuela, Mauro de Salerno (c1130-1214), sistematizaría la uroscopia con su obra Regula urinarius.
Estas dos publicaciones suponen el origen de la ciencia del laboratorio clínico que supondrá un respaldo a la medicina en cuanto a los diagnósticos.
Durante la Edad Media cabe destacar en la historia del laboratorio clínico la existencia de una práctica común. Se trataba de la observación de un recipiente a contraluz con la orina del paciente. Se comenzaron a usar gráficas con escalas cromáticas para el análisis de la orina y esta práctica se fue extendiendo.
A comienzos del siglo XVII el doctor Robert Boyle abrió el camino a la colorimetría y la espectrofotometría. Boyle analizó y escribió un tratado sobre la composición química de la sangre.
En esta misma época apareció un elemento fundamental en la historia del laboratorio clínico y de la medicina en general; el microscopio que tiene un alto valor en la microbiología a través del descubrimiento de gérmenes patógenos.
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Descarga gratis la guía formativaCon el paso del tiempo se añadieron otros instrumentos y técnicas complejas para facilitar la labor en el laboratorio clínico. La idea de establecer laboratorios clínicos en los hospitales fue propuesta por primera vez en 1791 por el médico y químico francés Antoine Francois Fourcroy pero fue en 1840 cuando se establecieron como tal los laboratorios en los hospitales. A mediados del siglo XIX, Johann Joseph Von Scherer creó el primer recinto específico que recibió el nombre de laboratorio de química clínica.
La segunda fase del desarrollo de historia del laboratorio clínico durante el siglo XIX tiene su comienzo alrededor de 1855. Aquí se aplicaran estas técnicas analíticas a los fluidos biológicos con fines diagnósticos, En esta época los laboratorios clínicos contaban con materiales de vidrio diversos (tubos, matrices, vasos, embudos), lámparas, baños (agua, aire, arena), balanzas, aparatos de destilación, microscopios y hornos.
En esa fecha también se realizan las primeras pruebas químicas. En los comienzos del laboratorio clínico y como ya comentamos, la orina era el fluido preferido debido a su fácil obtención y a su disponibilidad en cantidades elevadas. La primera prueba
química útil en orina fue la de Richard Bright para demostrar la presencia de albumina en orina en los pacientes con hidropesia (edemas). La prueba era sencilla y consistía en calentar orina en una cuchara con una vela y observar si coagulaba.
A finales del siglo XIX los laboratorios bioquímico-clínicos se encontraron con un problema; la falta de métodos cualitativos de análisis que emplearan pequeños volúmenes de sangre.
Las principales pruebas químicas diagnosticas eran de tipo cualitativo o cuantitativo y se realizaban reactivos químicos sencillos.
A comienzos del siglo XX comienzan a aparecer diferentes disciplinas dentro de los laboratorios clínicos como la anatomía patológica, la hematología, la microbiología
y la química clínica. En 1906, Hopkins reconoce la importancia de la patología química como una disciplina científica en la práctica médica.
En 1906, el botánico ruso Mikhail Tswett inventó la cromatografía en columna pasando extractos de petróleo de hojas de plantas a través de columnas de greda en polvo. La separación de los diferentes pigmentos coloreados en la columna Ie sugirió el nombre de cromatografía.
Durante los años 30 a 60 se fueron mejorando los métodos analíticos. Los objetivos fundamentales eran la reducción de la cantidad de muestra requerida, la simplificación y la rapidez. Para todo ello fue de importancia capital el colorímetro fotoeléctrico mejorado a lo largo de estos años.
En 1945 un grupo de directores de laboratorios de hospitales de Filadelfia que se reunían periódicamente cada mes para intercambiar cuestiones de su especialidad decidieron
distribuir especímenes de suerte entre ellos y comparar los datos obtenidos en cada laboratorio. Los resultados fueron tan sorprendentes que decidieron enviar los especímenes a todos los laboratorios de Pensilvania para que los analizaran
y devolvieran los resultados de forma anónima. Comienza así el proceso de control de calidad en el laboratorio clínico.
Ese mismo año la compañía Ames puso en el mercado Clinitest, tabletas reactivas efervescentes compuestas por sulfato de cobre y un álcali, que reaccionaban con las sustancias reductoras de la orina para producir oxido cuproso. Era una prueba para azúcares reductores en orina más rápida y simple que la prueba de Benedict utilizada hasta entonces.
El Clinitest representó la introducción de la química en fase sólida en los laboratorios de química clínica.
La automatización representó un cambio profundo de los laboratorios clínicos, ya que no solo permitió atender el número cada vez mayor de solicitudes que recibía cada laboratorio, sino también controlar mejor todos los pasos y conseguir que todas las muestras estuviesen sometidas a las mismas manipulaciones.
El crecimiento de la industria química, a comienzo de los 60, llevó a un gran número de compañías a fabricar reactivos para las determinaciones analíticas de los laboratorios clínicos. Surgen de esta manera lo que hoy lIamamos equipo de reactivos. La fabricación industrial de reactivos en grandes cantidades supuso una estandarización de los análisis y garantizaba mejor su calidad. La automatización producción industrial de reactivos, condujeron a un cambio radical de los laboratorios clínicos.
La importancia del laboratorio clínico en el sistema asistencial actual depende de su peso clínico ya que es la herramienta diagnóstica más usada, presente en el 80 % de las decisiones clínicas y en el consumo de recursos para el sistema.
En los últimos 30 años los laboratorios clínicos han tenido un gran desarrollo como resultado del auge de la Química, la Biología Molecular, Tecnología e Informática.
En la actualidad las principales razones por las cuales se solicitan los estudios de laboratorio son: confirmar, establecer o descartar un diagnóstico; descubrir una enfermedad subclínica, obtener información pronóstica de una enfermedad y conocer la respuesta terapéutica.
Con toda esta información ya sabes cuál es la historia del laboratorio clínico y la importancia que tiene en el actual sistema de salud. Si deseas estudiar a fondo para trabajar en un laboratorio clínico has de prepararte con un grado de formación profesional. Campus Training pude ayudarte con un método adaptado a ti. ¿Comenzamos?