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En el ámbito laboral el trabajo se puede dividir en trabajo horizontal y vertical en función de las jerarquías de los empleados, sus funciones y cómo se estructura el trabajo. Son dos tipos de organizaciones que caracterizan las empresas y que tienen ventajas e inconvenientes.
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En el ámbito de los recursos humanos se ha comenzado a hablar de dos tipos de división del trabajo recurrentes y distintos que permiten una organización y profesionalización diferentes de los empleados de cualquier compañía. Comenzamos por definir qué es la organización horizontal y la vertical para poder entenderlas.
La especialización horizontal es una forma de organización que establece cuáles son las funciones a desarrollar dentro de una compañía. Se trata de una división del trabajo por especialidades que permite convertir a los trabajadores en expertos en una determinada tarea a fuerza de repetirla una y otra vez.
Como consecuencia, se logra una eficiencia laboral mayor y perfiles más homogéneos dentro de las organizaciones. Al tener que realizar tareas concretas y pequeñas es más fácil aprender cómo hacerlas y automatizar los procesos. Esta es una ventaja que permite adaptar vacantes laborales a las habilidades, destrezas y conocimientos de los empleados.
En una organización de tipo horizontal, la forma de trabajo va enfocada a la planificación y toma de decisiones conjunta. Los trabajadores suelen tener más autoridad y la organización cuenta con menos gerentes o managers.
Los gestores en una organización horizontal están más empoderados y tienen autonomía para tomar decisiones sin pedir permiso. Si se establecen alianzas con otras compañías estas deben adaptarse. Los objetivos en la organización horizontal van enfocados a cumplir metas de productividad y no tanto a cumplir los deseos de la dirección y por último la tecnología tiene un papel fundamental y va orientada a lograr una comunicación flexible y ágil en todas las áreas.
La especialización vertical, por su parte, consiste en una forma de trabajar donde el empleado realiza un pequeño grupo de tareas pero no tiene control sobre su administración y por tanto la profesionalización es menor.
Por ejemplo, sería el caso de recepcionistas en un centro médico, donde atienden y gestionan las citas pero su función no interfiere ni tiene control sobre el resto de tareas que se desarrollan en el lugar de trabajo.
Si dibujamos el organigrama de la compañía y la estructura simula una pirámide, estamos ante organizaciones de los trabajos verticales. En cambio, si se parece más a un rectángulo o una línea, hablamos de modelos horizontales o planos.
La organización de los trabajos verticales se caracteriza por tener una fuerte jerarquía del capital humano. En la cima de la pirámide se sitúa el director general y luego desciende poco a poco hacia los altos ejecutivos, mandos intermedios y empleados.
El liderazgo se encuentra en la cima y a medida que se baja en la organización vertical la autonomía y el poder de toma de decisiones disminuye.
La estructura de trabajo vertical es las más utilizada por compañías grandes. En este tipo de organización existen una separación por departamentos y los gerentes gestionan cada área y reportan luego a la dirección general.
En las organizaciones con división del trabajo vertical la toma de decisiones y las estrategias son generadas por el CEO (Chief Executive Officer). Los mandos descienden del organigrama en forma de cascada y los gerentes de cada departamento son los encargados de controlar los flujos de trabajo y de garantizar que todas las decisiones estratégicas sean implementadas.
En este tipo de organización ventas y planificación operativa son los departamentos que dirigen las operaciones diarias y los roles y responsabilidades de cada empleado están bien definidos. Por lo general, los empleados no suelen participar en el proceso de toma de decisiones.
¡Fórmate en Curso de Gestión y Dirección de Recursos Humanos!
Descarga gratis la guía formativaSi analizamos las ventajas y desventajas que tiene la forma de organizar el trabajo vertical y horizontal podemos extraer algunas conclusiones de ambos tipos de sistemas.
En cuanto a la organización vertical tiene algunas ventajas como el control ya que se definen bien las líneas de actuación y las actuaciones se someten a la aprobación de superiores por lo que la plantilla está más controlada. En la organización vertical las tareas están más repartidas ya que la estructura en cargos y departamentos está mejor definida.
Además, cada profesional tendrá unas funciones y objetivos concretos y así no se solapan tareas entre varios trabajadores.
Las empresas que funcionan bajo esta estructura cuentan con profesionales altamente capacitados para llevar a cabo los puestos a los que han sido asignados y por tanto el grado de especialización es mayor en una organización vertical del trabajo.
Este modelo también permite una mayor eficacia al repartir de forma óptima las tareas entre todos los empleados. Una última ventaja es que es posible escalar e ir mejorando la posición en la pirámide organizativa y por tanto las posibilidades de promoción interna son mayores y la motivación de los empleados también puede ser mayor en este sentido.
Sin embargo, las organizaciones de trabajos verticales también presentan una serie de inconvenientes como son la excesiva burocratización debido a la distribución de roles y cargos que puede retrasar la toma de decisiones. Los costes salariales del personal pueden ser mayores que en las organizaciones horizontales al existir más jerarquías y altos cargos.
La capacidad de reaccionar ante oportunidades está limitada porque es el alto cargo el que toma las decisiones importantes. Es probable que existan más problemas de desmotivación y por tanto más absentismo o rotación debido a que empleados de niveles inferiores puedan sentirse poco valorados respecto a los de jerarquías superiores.
Por su parte, las estructuras horizontales presentan algunas ventajas también como una planta más satisfecha y motivada que en la vertical porque tiene mayor independencia y autonomía para desarrollar su trabajo.
En este tipo de organizaciones suele haber más cooperación porque el proceso es menos jerárquico y más colaborativo entre los diferentes equipos y departamentos.
Además, la empresa horizontal es más ágil porque se evitan muchos procesos burocráticos y se adapta a los cambios más rápidamente. En la organización horizontal se gana fluidez y es posible ser más innovadores y competitivos que en el modelo vertical.
Pero el modelo horizontal también tiene algunos contras como por ejemplo que puede haber superposición si no se establecen claramente las competencias de cada departamento y trabajado.
Al fomentar la colaboración puede haber trabajos que se solapen y que por tanto los trabajadores tengan mayor incertidumbre en sus tareas.
Otras de las desventajas que puede tener la forma de organizar el trabajo horizontal que los empleados tengan más difícil desarrollar una carrera promocional ascendente a puestos directivos porque son escasos.
Además, se puedes generar un mayor descontrol en el caso de que sean empresas grandes o compañías de un tamaño considerable. A la hora de organizar funciones y responsabilidades el modelo horizontal funciona mejor para las pequeñas y medianas empresas.
Ahora ya sabes con exactitud cómo es la división del trabajo vertical y horizontal, en qué se diferencia y qué ventajas y desventajas tiene uno sobre otro para aplicar a cualquier organización empresarial. Si quieres saber más sobre estas cuestiones te recomendarte que eches un ojo