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¿Sabes qué es la posición de fowler?

Posición de fowler. ¿Te suena? Descubre qué es y cómo aplicarla si quieres dedicarte al cuidado de los demás en el mundo de la salud.
posición de fowler

    Cuidar a los demás cuando están viviendo una enfermedad, o requieren ser atendidos en un centro hospitalario en calidad de pacientes… ¿Es a lo que quieres dedicarte porque te sobra vocación? ¡Enhorabuena! Podrás optar a numerosos perfiles laborales si estás cualificado con una formación especializada para empaparte de conocimientos específicos y dominar técnicas anatómicas. Sin ir más lejos la posición de fowler. Sigue leyendo y podrás empezar a conocer los puntos clave sobre ella. Así no te pillará de sorpresa cuando tengas que usarla.

     

    La posición de fowler. Tranquilo, es más fácil de lo que parece

    Los profesionales de la sanidad conocen a fondo una serie de posiciones anatómicas básicas. Deben ser usadas con los pacientes ante la realización de pruebas clínicas, intervenciones quirúrgicas, desplazamientos, etc. E incluso para evitar la aparición de úlceras si son personas que requieren cuidados especiales. Se han formado debidamente sobre tales técnicas (a nivel teórico y práctico) y lo normal es que las utilicen con bastante frecuencia. De modo que te interesa conocer cuanto antes de qué va la posición de fowler, una de ellas.

    Te gustará saber que estás ante una de las técnicas más empleadas en numerosas unidades de hospitalización, como por ejemplo la de geriatría. Dentro del personal sanitario auxiliar los auxiliares de enfermería están muy familiarizados con ella; un perfil laboral que trabaja estrechamente con este sector como apoyo y se considera clave para garantizar un cuidado idóneo a los pacientes. Podría ser tu elección. La mejor forma de ir a por todas es preparándote con una formación especializada de altas exigencias docentes que solo puede darte un Curso de Auxiliar de Enfermería de calidad. Piénsalo bien mientras te sigo contando.

    Imagino que te estarás preguntando por qué la posición de fowler es bastante habitual en el mundo hospitalario. Pues bien, hay varias razones. Se trata de una postura aconsejada para personas que llevan tiempo encamadas o no pueden colaborar a la hora de ser movilizadas, ya que se quedan semisentadas en la cama, favoreciendo su descanso y la relajación muscular. Y precisamente esta característica hace que también sea una de las más correctas para dormir de forma óptima. Por esta razón las camas articuladas son el equipo idóneo cuando es necesario aplicarla en pacientes; en preciso inclinar el cabecero a unos 50 cm para que la espalda sobre la cama forme un ángulo de 50º.

     

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    El doctor Fowler. El origen de todo

    Nada como conocer algo sobre la historia de las cosas para entenderlas mejor y encontrarlas un sentido científico o racional, aunque sea a grandes rasgos. Vamos a ello. Al parecer fue el médico neoyorquino George Ryerson Fowler (1848-1906) a quien hay que agradecerle el nacimiento de esta posición como tal en el mundo de la medicina. Probablemente tuvo mucho que ver el hecho de que la eminencia médica ejerciera en calidad de cirujano jefe durante años en reputados hospitales, como el Brooklyn City Hospital. Toda una vida de carrera y experiencia profesional operando y observando a sus pacientes durante sus recuperaciones seguramente le sirvió de mucho.

    En concreto todo apunta a que Fowler vio esta postura estándar como una manera eficaz de reducir el índice de mortalidad en pacientes que habían sufrido peritonitis. Hecha esta introducción, toca explicar en qué consiste exactamente la susodicha posición bautizada con el apellido de su mentor. Seguramente tú mismo la has adoptado en alguna ocasión con la ayuda de auxiliares de enfermería o celadores si alguna vez has estado ingresado en un centro hospitalario.

    Se llama posición de fowler al movimiento de enfermería, o aplicado por personal sanitario auxiliar, mediante el cual las personas están en la cama en decúbito supino pero semisentadas (entre 45 y 60 grados de inclinación) y por tanto con el tronco inclinado. Las rodillas pueden permanecer estiradas o dobladas, lo ideal es que estén ligeramente semiflexionadas y los pies colocados en flexión dorsal. Lo que quizá no sepas es que existen variantes de esta maniobra: fowler, semifowler y fowler alto. La mejor manera de diferenciarlas es por los grados de inclinación que la espalda del paciente adopta sobre la cama articulada en cada una. ¿A que te han entrado ganas de saber cuál es cuál? Te las presento.

     

    ¡Varias posturas en una!

    Antes de entrar en materia sobre ellas, seguro que te gustará saber que estas variantes también son empleadas con bastante frecuencia por el personal sanitario del que te hablaba hace un momento. Quizá formes parte de este mundo en un futuro nada lejano y te vuelvas un experto en su manejo. Se trata de posturas básicas que no acarrean riesgos para los enfermos en cama, si bien es cierto que lo recomendable es contar con supervisión médica. Como te decía antes, la diferencia esencial entre una u otra modalidad de esta postura estriba en los grados de inclinación que adopta la espalda del paciente. Te lo detallo a continuación además de resumir para qué clínicas o patologías se aconseja cada una:

    Fowler tradicional

    Entre 45 y 60 grados. Es la inclinación que requiere la posición tradicional. Se utiliza para lograr mejores drenajes en pacientes con cirugías en la zona abdominal, favorecer drenajes uterinos en mujeres después del parto y en todo tipo de patologías respiratorias. Además de personas con problemas cardíacos severos. Es decir, enfisemas, asmas, bronquitis crónicas, enfermedad de EPOC, etc. También es una posición muy recurrente en revisiones clínicas y exploraciones de oídos, ojos, cuello, cabeza, nariz, garganta y tórax.

    Semifowler

    En esta variante es preciso que la espalda de la persona se encuentre en una inclinación que puede oscilar entre 30 y 45 grados. Es decir, la cama debe permanecer menos elevada que en la posición fowler. Para conseguir esta maniobra, los expertos aconsejan elevar la cabeza entre 25 y 40 cm y dejar las piernas extendidas a 90 grados, por eso los almohadones debajo de las rodillas son perfectos para evitar bloqueos. Se la considera una técnica óptima para pacientes con alimentaciones gástricas a través de sondas (pues ayuda a reducir el riesgo de regurgitación y aspiración). Y muy recomendada para dormir.

    Fowler alto

    Esta maniobra requiere una inclinación de 90 grados de los pacientes cuando están en la cama y suele ser utilizada para que puedan comer, leer o ver la televisión con mayor comodidad. Sobre todo cuando padecen dolencias respiratorias.

     

    Una lista súper de beneficios. ¡Quédate con ellos!

    Las personas hospitalizadas, ingresadas en residencias de día y centros geriátricos pueden obtener numerosos beneficios con la postura de fowler cuando el personal estima conveniente recurrir a ella. Logran aumentar su bienestar ante diferentes tipos de dolencias y situaciones. De manera que si sigues adelante con tus planes de pertenecer profesionalmente al mundo de la salud, tal vez empezando tu carrera como auxiliar de enfermería, vale la pena ir recapitulando cuáles son los principales. Intentaré no dejar en el tintero ninguno importante:

    • Reduce la presión craneal
    • Relaja los músculos abdominales
    • Favorece la expansión del tórax, por tanto es empleada para cualquier terapia respiratoria
    • Ayuda a dormir mejor
    • Mejora la alimentación oral
    • Facilita diversas tareas a la hora de realizar otro tipo de cuidados a las personas

    Ante una lista tan completa, es lógico que la posición de fowler se encuentre recomendada para personas encamadas, pacientes con una movilidad reducida, posoperatorios y también en casos de hospitalización por Covid-19 persistente. Los profesionales encargados de manejar esta postura anatómica pueden lograr que resulte más cómoda para el convaleciente con la ayuda de almohadas colocadas a lo largo del cuerpo. Detrás del cuello y los hombros, también en la zona lumbar y bajo los antebrazos, debajo de las piernas y a los lados… En definitiva, consiguen reducir tensiones. Sin olvidar de hacer ciertas comprobaciones con el paciente; que su alineamiento corporal es correcto así como la distribución de su peso y el equilibrio.

     

    Otras técnicas que te están esperando

    El día a día en clínicas y hospitales no se concibe sin las posiciones anatómicas aplicadas a los pacientes en diferentes situaciones médicas, además de la ya conocida de fowler. De hecho, estas movilizaciones figuran entre los principales cometidos de los auxiliares de enfermería que trabajan en hospitales (así se indica en el Estatuto del Personal no Sanitario). Todas facilitan la realización de exploraciones y tratamientos, intervenciones y previenen lesiones debido a una escasa o nula movilidad. Además de garantizar el bienestar de la persona en cama como apuntaba antes.

    De manera que tus posibilidades de tener que emplearlas son elevadísimas, casi del cien por cien, y por tanto no viene nada mal empezar a saber cuanto antes sus nombres y para qué se emplean. No están todas las que son pero sí son todas las que están. ¿Preparado?

    • Trendelenburg. Si algún día necesitas aplicar esta posición, el paciente siempre debe permanecer tumbado en decúbito supino sobre una superficie recta, con la cabeza a menor altura que las piernas y en un plano que forme un ángulo de 45 grados respecto al suelo. Se emplea sobre todo para mejorar la circulación sanguínea cerebral y de las extremidades, evitar hemorragias internas y en recuperaciones de cirugías de órganos pélvicos.
    • Genupectoral. Entre los colegas de profesión también es conocida como mahometana. ¿Adivinas por qué? Es preciso colocar al paciente boca abajo y apoyado sobre sus rodillas, con el torso inclinado hacia delante y la cabeza entre los brazos, dispuestos sobre una superficie. Entre las pruebas médicas más frecuentes donde se emplea destacan las exploraciones rectales.
    • Roser o Proetz. Otra de las maniobras básicas, cuyo principal objetivo es lograr una hiperextensión del cuello del paciente porque se emplea para exploraciones faríngeas, intubaciones traqueales, intervenciones quirúrgicas en el cuello… y también para higienizar el cabello. El paciente siempre debe permanecer acostado en decúbito supino y con la cabeza sobresaliendo de la mesa o de la cama.
    • Morestin (o Antitrendelenburg). Se asemeja bastante a la primera pero en este caso la cabeza de la persona debe estar a una altura por encima de los pies. Colocado sobre un plano recto y en un ángulo de 45 grados. Los profesionales sanitarios recurren a ella antes problemas respiratorios y hernias de hiato, entre otras dolencias.

     

    El protocolo de tu futuro lugar de trabajo, ¡sagrado!

    Seguir escrupulosamente las indicaciones de los protocolos establecidos en los centros y clínicas donde se va a trabajar sobre técnicas de movilización es muy importante. Ayudan a preservar la integridad de los pacientes al movilizarlos y a la vez que el personal efectúe las maniobras más recomendables evitando posibles lesiones. Para que te hagas una idea, suelen incluir normas generales sobre cómo debe efectuarse la elevación de cargas físicas por parte del personal sanitario auxiliar. Algunas se refieren a la alienación idónea de cabeza y cuello y otras indican cómo iniciar el levantamiento del paciente, entre otras muchas.

    El número de personal con el que es preciso realizar tales técnicas en función de una serie de situaciones es otro de los aspectos que contemplan estos procedimientos de actuación. Fundamental por otra parte, ¿no crees? No es lo mismo tener que mover a un paciente encamado que puede colaborar que a un enfermo totalmente inmovilizado. En el primer caso lo aconsejable es que sea un solo profesional (celador o auxiliar) mientras que en el segundo se recomienda una movilización entre dos, bien al mismo lado de la cama o en cada lateral.

    Lo habitual es que sean protocolos muy exhaustivos y actualizados con objeto de cubrir el mayor número de casos que puedan darse en estos centros ante el constante ingreso de pacientes. Esto explica que también contemplen normas o recomendaciones sobre la movilización de personas politraumatizadas, ya sea un traumatismo craneoencefálico (la norma aconseja mantener la cabeza elevada unos 30 grados) o torácico (se recomienda colocar al paciente en posición semifowler y en reposo absoluto). Así que no te preocupes. Serán valiosas herramientas de consulta en las que apoyarte si te conviertes en un megaprofesional y comienzas a ejercer dentro de este mundo antes de lo que imaginas.

     

    Y para terminar… En busca de una formación redonda

    Si has llegado hasta este último punto es porque quieres seguir adelante con tus nuevos planes profesionales. ¿Me equivoco? Y ya habrás visto que una formación de calidad es el camino a seguir para tener muchas posibilidades de alcanzar sueños como el que persigues y algún día aplicar a tus pacientes la posición de fowler. Nadie regala nada y ahora llega el momento de estudiar a fondo, darlo todo preparándote en alguna rama del mundo de la salud donde desarrollar esa vocación que llevas dentro.

    Fíjate bien en el formulario que sale a la derecha de estas líneas. Solo tienes que rellenarlo para obtener información sobre algunos de los mejores cursos sobre estos perfiles labores que puedes encontrar en la oferta formativa de nuestro país. Combinan una metodología propia de enseñanza, clases telepresenciales y online impartidas por docentes experimentados… Y un aprendizaje real en el mercado laboral actual del sector de la salud que se traduce en prácticas profesionales.

    Está claro que apostar por una formación de calidad es la mejor decisión que uno puede hacer cuando decide jugarse su futuro profesional y es consciente de que ahí fuera la competencia es dura. Verás cómo es una inversión que no te defrauda. Así que apuesta por ella lo antes posible para entrar en acción y demostrarte a ti mismo todo lo que vales. ¡Seguro que lo vas a conseguir!

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