Un trabajo escrito es una herramienta muy solicitada en los diferentes niveles educativos para investigar o profundizar un tema concreto. Si deseas saber cuáles son las partes de un trabajo escrito no te pierdas estas explicaciones.
¿Qué es un trabajo escrito?
Un trabajo escrito es un informe que argumenta o habla sobre un tema en particular o investiga sobre ese tema. También se conocen con el nombre de monografías o monográficos y permiten aplicar conocimientos a través del estudio y expresar una opinión concreta sobre un tema determinado.
En estos trabajos escritos se suelen presentar datos sobre un tema concreto consultado en diversas fuentes o referencias. Todos los trabajos tienen, o deben tener, un objeto de estudio para llevar a cabo un proceso de investigación y aprovisionamiento de la información a tratar previamente a que se escriba el trabajo.
Su lenguaje ha de ser claro, conciso y acorde a unas normas correspondientes. Este tipo de trabajo también permite medir la habilidad de las personas que los hacen para investigar sobre un tema, resumirlo, y plasmar esa información en papel, además de transmitir las ideas de forma entendibles y correctas.
¿Cuáles son las partes de un trabajo escrito?
Las partes de un trabajo escrito son las siguientes:
- Portada. Es la primera página donde se presenta el título del trabajo que se va a desarrollar y el autor o autora del mismo. También se menciona la institución a la que va dirigido y la fecha y lugar. Se recomienda que sea lo más sobria y sencilla posible.
- Introducción. Es la parte o sección que da entrada al trabajo, sea del tipo que sea. Pretende servir para ubicar al lector del trabajo y desarrollar lo que luego se puede leer en el cuerpo. La idea es que el lector conozca el tema que se va a tratar y también lleva por nombre prefacio o síntesis. Es un esbozo del contenido y se puede explicar también la forma de la investigación y el motivo de la misma.
- Índice. Es la parte donde se colocan títulos y subtítulos del trabajo escrito y el número de páginas para facilitar que el lector los encuentre sin dificultad directamente. Suele aparecer al comienzo del trabajo después de la introducción, pero también al final del texto. Existen diferentes tipos de índices: onomásticos, terminológicos, bibliográficos, de contenidos o topográficos.
- Desarrollo. También se denomina cuerpo del trabajo y es la presentación del tema que se ha investigado y la sección más extensa de ese trabajo. Ha de ser consistente y coherente, exponiéndose de forma lógica según el orden de la introducción. Es parte del trabajo y se puede dividir en varias subpartes. La parte principal introduce la situación y las subpartes analizan datos e interpretan resultados.
- Conclusión. Permite dar a conocer aspectos importantes del trabajo y los resultados obtenidos tras realizar el proceso de investigación. Debe ir redactada en párrafos cortos y con información breve y precisa.
- Bibliografía. Aclara las fuentes utilizadas para realizar la investigación y las referencias necesarias para conseguir la información. Es básica para demostrar en qué se fundamenta la investigación y permite consultar esas referencias para saber más del tema. Está siempre al final del texto.
- Notas. Aunque esta parte no es obligatoria a la hora de estructurar un trabajo, sí se hace necesaria para que el autor refuerce algún punto de vista no desarrollado en el cuerpo o deje algún comentario importante sobre un tema.
En general los trabajos escritos son habituales en el ámbito universitario o en secundaria.
Importancia de una correcta estructura en trabajos académicos
Resumen, introducción, metodología, resultados, bibliografía… Definir correctamente las partes de un trabajo escrito es fundamental para facilitar la comprensión del contenido. Así pues, configurar con claridad los diferentes puntos en los que se divide la investigación, permitirá que el lector sepa situar la información y acceder al bloque que más le interese de forma rápida y sencilla.
Además, la estructura de un estudio también es determinante en su impacto, y es que, probablemente, si su estructura es caótica, nadie quiera leerlo, alcanzando a un menor número de personas. Por el contrario, si está organizado de forma atractiva, será mucho más fácil que capte la atención de las personas interesadas en el mismo. Por último, la estructura es fundamental para cumplir con los estándares marcados para los trabajos académicos. Si no sigues estas normas, tu investigación perderá su rigor y no será aceptada por las revistas que difunden este tipo de publicaciones.
Diferencias entre resumen y abstract en trabajos académicos
Entendemos por resumen o abstract un pequeño apartado al inicio de un trabajo académico en el que se recoge, de forma muy breve y concisa, los objetivos del estudio, su contenido y sus conclusiones. Es la mejor carta de presentación de la investigación que hayas realizado, y es que en este bloque, la persona interesada en el estudio podrá ver de forma rápida qué es lo que va a encontrarse en el mismo.
Como puedes ver, resumen y abstract son lo mismo, aunque con un par de diferencias:
- Lengua utilizada. El resumen está en español, mientras que el abstract se redacta en inglés.
- Obligatoriedad. Mientras que el resumen debe estar presente sí o sí, en algunos trabajos el abstract no será necesario, ya que este está más enfocado a revistas con carácter internacional.
- Enfoque. El resumen hace más referencias a nivel local, mientras que el abstract busca internacionalizar el estudio, adaptándose un poco más a otro tipo de estándares.
Uso adecuado de citas y referencias según normas internacionales
Una investigación académica rigurosa debe respaldarse con una sólida base teórica. Para conseguirlo, es fundamental incorporar a lo largo del texto referencias bibliográficas a artículos, publicaciones o libros de autores y autoras que sean referentes en la materia que se está estudiando. ¿Cómo hacerlo? Las normas más comunes en cuanto a citas son APA, Vancouver, Chicago o MLA. Utilizarás una u otra atendiendo al ámbito en el que estés desarrollando tu trabajo.
¿Cómo realizar estas citas de forma correcta? Debes tener en cuenta un par de aspectos fundamentales:
- Tendrás que citar a lo largo del texto, entre paréntesis, de dónde procede la información que estás trasmitiendo en el mismo. De este modo la persona que lo lea sabrá que tu estudio se basa en algo.
- Irás haciendo referencias a los documentos utilizados para tu trabajo en toda su extensión, pero al final de este debes incluir un apartado de bibliografía, en el que se recojan todas la fuentes que hayas consultado.
- Debes escoger la norma para citar recomendada en tu área de estudio y utilizar siempre la misma.
Consejos para elaborar una bibliografía efectiva y organizada
Ahora que ya sabes las partes de un trabajo escrito, así como los requerimientos de este tipo de investigación en materia bibliográfica, queremos facilitarte algunos tips para que puedas elaborar tu bibliografía sin morir en el intento. ¡Toma nota de estos consejos!
- Define la normativa que vas a usar. Es fundamental que la tengas clara desde el principio para empezar a trabajar con ella y mantener la coherencia en su uso a lo largo del trabajo.
- Cita de forma correcta desde el principio. Ve citando a medida que vayas redactando, no lo dejes para el final. Sabemos que puede resultar tedioso pararse a citar una fuente de forma correcta, pero realmente te ahorrará mucho trabajo en el futuro y, además, te permitirá evitar la pérdida de información en el camino.
- Apóyate en aplicaciones. Utilizar algunas herramientas de citación automática te ayudará a resolver dudas y también te permitirá avanzar de forma más rápida.
- Haz una revisión final. Una vez hayas concluido con el estudio, es importante que leas todo detenidamente y compruebes que toda la bibliografía, y sus referencias a lo largo del texto, son correctas.
Errores comunes en la estructuración de trabajos académicos y cómo evitarlos
Aunque tengas muy claras las partes de un trabajo escrito, es normal que, si nunca te has enfrentado a uno, puedas cometer ciertos errores. Fallos que incluso pueden ocurrirle a las personas más experimentadas. Te mostramos algunos de los más comunes. ¡Toma nota de ellos!
- Mezclar apartados. Seguro que en alguna ocasión te has puesto a redactar y te has dado cuenta de que estabas escribiendo algo que debía ir en otro apartado. Este es uno de los errores más comunes. Para que esto no suceda, es fundamental estructurar de forma muy clara el estudio, de este modo, será mucho más sencillo distribuir el contenido del mismo.
- Dejar conceptos que después no se utilizaron. Te ponemos un ejemplo. Has realizado un estudio de la comunicación de los principales líderes políticos en redes sociales, y has hecho mención a una variable de estudio al inicio del documento pero, después, no la has incorporado en tu investigación. Revisa con atención la lógica de estos ítems para que no se te cuelen gazapos como este.
- Utilizar el apartado de resultados para hacer valoraciones. El apartado de los resultados del estudio debe estar dedicado a la presentación de los resultados de forma objetiva, sin realizar interpretaciones de los mismos. Estas opiniones pueden incluirse en el apartado de discusión.
Formación necesaria para desarrollar un trabajo escrito
Para enseñar al alumnado a realizar un trabajo escrito habitual en los diferentes niveles educativos, lo primero que debes hacer es superar un proceso selectivo de oposiciones de Educación. Te encontrarás con pruebas de maestro en primaria, secundaria, en audición y lenguaje, en educación física, infantil o pedagogía terapéutica, entre otras especialidades.
Prepararte para estos exámenes exige una planificación previa y, sobre todo, buscar una academia que te ayude en la preparación y que te ofrezca un seguimiento constante. Debes superar un proceso de oposición en el que tendrás que demostrar tu conocimiento sobre ciertos temas teóricos y realizar una presentación de una unidad didáctica si superas el primer examen.
Se trata de un concurso-oposición convocado por las respectivas comunidades autónomas, por lo que el contenido de las pruebas puede variar en función de la entidad convocante y de la especialidad. En todo caso, por norma general el proceso selectivo estará formado por tres fases:
- Fase de Oposición.
- Fase de Concurso.
- Fase de Prácticas.
Ahora ya conoces las partes de un trabajo escrito y todo lo que necesitas para desarrollarlo y sobre todo para enseñar a hacerlo si te dedicas a la educación. Para afianzar tu objetivo puedes contar con la ayuda de una academia a tu medida. ¡Fórmate con Flou, nuestro partner especializado en oposiciones!