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Sin duda, la cuestión de cómo mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje en el aula es una de las más debatidas en el ámbito de la educación.
Y es que la complejidad de este proceso hace imposible dar «recetas mágicas» universalmente válidas. Sin embargo, hay ciertas propuestas y consejos que pueden ser realmente útiles.
Si ya eres docente o si estás preparando las oposiciones de Educación, ¡seguro que encuentras ideas interesantes!
Efectivamente, aunque es difícil resumir todos los enfoques que se han estudiado en este sentido, hemos seleccionado las 7 ideas más interesantes sobre cómo mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje en el aula:
Es difícil implementar propuestas de mejora del proceso de enseñanza – aprendizaje si no partimos de un conocimiento exhaustivo de nuestro alumnado.
Por ello, cuando te incorpores a un nuevo grupo, es importante que trates de informarte sobre el contexto socio-económico de los estudiantes y, sobre todo, evaluar las capacidades, intereses y necesidades educativas de cada uno de los alumnos o alumnas (en la medida de lo posible).
No obstante, en la práctica, no siempre tenemos los medios ni el tiempo necesarios para lograrlo de forma efectiva, por lo que puede ser un proceso que se alargue durante todo el curso.
No es ningún secreto que un alumno motivado aprende mejor y más rápido, además de disfrutar más del proceso.
Por tanto, procura despertar el interés del alumnado con todos los recursos e ideas que tengas a tu disposición. Ya sea con nuevas formas de presentar la información, a través del debate o la resolución de problemas en grupo, experimentos prácticos, etc.
Aunque cada grupo y cada persona puede responder de forma distinta a un mismo estímulo, en general, incorporar nuevos recursos y hacer las clases más dinámicas y participativas suele dar buenos resultados.
Más allá de la tradicional clase magistral, existen muchas otras metodologías docentes que pueden ayudarte a mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje en el aula.
Aunque sería imposible explicarlas todas aquí, te dejamos algunas de las más interesantes para que investigues por tu cuenta:
Elige aquella o aquellas que mejor encajen con tu estilo de enseñanza y con las preferencias de los alumnos, pero no tengas miedo a probar varias (y descartar las que no te convenzan).
La tensión excesiva y la disciplina mal entendida no fomentan un proceso de enseñanza – aprendizaje motivador y productivo.
No obstante, tampoco debe caerse en el desorden y la improvisación sin objetivos.
Por tanto, lo más recomendable es tratar de generar un ambiente acogedor y creativo, en el que se fomente la participación y el debate respetuoso, y en el que alumnado y docente trabajen juntos hacia un objetivo común.
Por supuesto, no se trata de utilizar nuevas tecnologías porque sí, sin una guía clara o de forma desordenada.
Recuerda siempre que son simples herramientas. Por tanto, deben estar al servicio del proceso de enseñanza – aprendizaje (y no al revés).
Utiliza todo aquello que te sirva para transmitir conocimientos de forma más eficaz y para fomentar la motivación y el autoaprendizaje.
Descarta lo que acabe convirtiéndose en una simple distracción.
Sin duda, generar un ambiente en el que exista buena comunicación entre estudiantes, así como entre estos y el profesor o profesora, es fundamental para mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Lo ideal es que esta comunicación se produzca de forma natural y ordenada, sin forzarla en exceso. Es decir, debería surgir como una consecuencia lógica del ambiente participativo que exista en el aula.
Así, cuando existe interés y motivación, y el profesor alienta la creatividad y el respeto a las opiniones ajenas, es más probable que la comunicación fluya más fácilmente.
Con esto no nos estamos refiriendo, únicamente, a la tradicional evaluación mediante exámenes (aunque también sea una herramienta interesante). Se trata, en esencia, de valorar cómo están funcionando las distintas ideas, propuestas y herramientas en la práctica.
De este modo, el día a día en el aula es la mejor fuente de información para ver qué es lo que funciona y qué no.
Como decíamos más arriba, no tengas miedo a probar y experimentar. Pero aprovecha la experiencia diaria para:
Y es que solo la práctica directa, el feedback del alumnado y tu criterio como docente pueden guiarte en este proceso.
Ahora que ya conoces algunas ideas sobre cómo mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje en el aula, ¿has encontrado alguna propuesta que quieras probar?